José Luis Tedesco es un agrónomo y productor de Chacabuco, que fue presidente de Aapresid y luego incursionó en política local, siendo candidato a intendente de su partido. No ganó, pero tampoco le fue mal, así que -es evidente- tiene ganas de seguir probando. Ahora impulsa un llamativo agrupamiento al que bautizaron “Las fuerzas del suelo”. No son las “fuerzas del cielo” que acompañan al presidente Javier Milei, pero se le parecen demasiado.
Para despejar estas dudas lo entrevistamos:
-Hay muchos productores que dicen que “hay que participar en política”, pero en la mayoría de los casos es puro “jarabe de pico” y no hacen nada. Vos en cambio persistís en el intento. ¿Por qué?
-Eso es lo que suele ocurrir, es cierto. La realidad es que el año pasado me presenté como candidato a intendente en Chacabuco, provincia de Buenos Aires, donde obtuvimos el 25% de los votos, el apoyo de la gente, y logramos dos concejales. Lamentablemente en estas cosas que pasan en la política, la segunda concejal termina jugando con el kirchnerismo, que terminó ganando la intendencia. Son esas cosas que pasan en la política. Los borocotazos tristes. Pero más allá de eso, la idea es seguir trabajando, y de hecho hay un gran grupo que se ha conformado a partir de Las Fuerzas del Suelo, que es un movimiento que crece de abajo hacia arriba.
— José Luis Tedesco (@JoseLuisTedesco) December 8, 2024
-¿Cómo lo presentarías a ese grupo?
-Nuestros referentes son las ideas de la libertad, las ideas de lo que pretendemos construir, son los proyectos. Así que en definitiva se está dando esta masa crítica que cada vez crece más, más gente se suma, y pide formar parte de Las Fuerzas del Suelo, porque en definitiva es un movimiento genuino.
-¿Y está trascendiendo Chacabuco?
-Esto ya es a nivel provincial, y se va sumando gente de otras provincias, inclusive. De hecho tenemos referentes en cada una de las secciones electorales, porque le dimos un formato de ese tipo. Como te decía recién, no nos referenciamos todavía con ninguna figura a nivel nacional, pero sí con las ideas, y con los proyectos, y con la voluntad de hacer una propuesta política diferente, con mucho capital humano, desde el punto de vista del valor que tiene la gente que conforma Las Fuerzas del Suelo, y desde ahí posicionar referentes en los distintos distritos, en las distintas localidades, con la idea de poder influir, de poder generar cambios en la política. Así que estamos trabajando en eso.
-¿Es un partido agropecuario, es un partido del campo?
-No, no. Hay gente del agro, sí, pero también hay gente de otros sectores, hay gente del sector servicios, comercio, de la industria. Son empresarios de diversos sectores, así que hay un poco de todo. Y eso es lo rico. Acostumbrados con este formato que tenemos en el campo, que vivimos todos en distintos lugares, hacemos reuniones virtuales. En Las Fuerzas del Suelo trabajamos con la misma modalidad, y las reuniones semanales que tenemos son impresionantes en cuanto a todo lo que se vuelca ahí, de conocimiento, de calidad humana, capital humano. Es una cosa realmente impresionante todo lo que aporta cada uno de los integrantes, así que da gusto. En definitiva, parece un movimiento agropecuario, pero no lo es únicamente.
-Por el nombre parecido a las fuerzas del cielo, un movimiento que apoya al partido de gobierno… Pero acabas de decir, no hay referentes.
-No hay referentes, pero sí coincidimos con la propuesta que viene haciendo el gobierno en cuanto a la parte macroeconómica, donde realmente ha habido un cambio importante. Falta mucho por cambiar, pero bueno, en este año de gestión, la verdad es que han hecho cambios muy interesantes. Al mismo tiempo consideramos que nosotros, desde Las Fuerzas del Suelo, no debemos accionar solamente para acceder a funciones en el Estado, sino también accionar a través de proyectos o nuevas maneras de entender la realidad argentina, porque en la medida que la economía empieza a estar más abierta, aparecen otras oportunidades que nos permiten reducir costos, que nos permiten ser más eficientes en lo que hacemos, encontrar nuevos nichos de negocio. Se busca, obviamente, influir en la política del Estado, sobre todo porque hay un gran desafío para las próximas elecciones de 2027, sobre todo en los municipios y las provincias. Pero no solamente eso, sino que también buscamos generar una nueva manera de ver la realidad y de aprovechar las oportunidades que van apareciendo con este nuevo esquema económico y social que se va a ver en Argentina.
-Imaginamos que creen que el campo tiene un enorme potencial desaprovechado… ¿Qué te imaginas a futuro?
-El campo hoy tiene grandes desafíos. Por ejemplo, se viene debatiendo mucho el tema de las retenciones, que es urgente eliminar las retenciones, y esto lo sostenemos desde Las Fuerza del Suelo. La eliminación de las retenciones debería ser inmediata. Sin embargo, también somos conscientes que hay un gran problema de costos hoy en lo que es la producción agropecuaria. Entonces, cuando vos vas y decís “saquemos las retenciones a la ecuación actual”, fantástico, sacás las retenciones, mejora un poco el número, pero de todas maneras, en muchos casos, la rentabilidad en muchas de las actividades que tenemos en el agro, sigue siendo negativa. Entonces, evidentemente, tenemos un problema de costos y de eficiencia y de regulaciones que todavía falta sortear. Así que hay mucho por hacer ahí.
-Así que se trata de salir de las tranqueras…
-Ni te cuento del rol que debería asumir el agro a nivel internacional. Hoy deberíamos estar haciendo lobby por nosotros mismos. Esto yo lo he hecho en la época que estaba en Aapresid, que fuimos a hacer lobby por nuestras producciones sostenibles, bajo el sistema de siembra directa. A veces nos endilgan esto de que deforestamos, y en realidad no es que deforestemos, sino que venimos de una pampa que no se deforestó jamás. Y en las zonas en que se deforestó, se hace bajo el marco legal. Toda esta visión es necesario que la llevemos a Europa, que hagamos misiones comerciales, que hagamos misiones de lobby. Esto tiene que surgir desde el sector agropecuario y tiene que surgir con mucha fuerza. No podemos seguir mirándonos el ombligo y mirando puertas adentro nada más. Y esto el campo lo tiene que hacer. Así que esa es un poco la visión que tenemos desde Las fuerzas del Suelo.
-¿Cómo ves el nivel de participación de la dirigencia agropecuaria respecto de la política nacional?
-Cuando vos le preguntás, y de hecho hay encuestas de esto, a los productores cuántos se sienten representados por las entidades gremiales, en el mejor de los casos llegaba al 18% que se sentían representados por CRA. Después cuando ibas a las otras entidades, eran alrededor del 10, el 12% de los productores que se sentían representados nada más. Entonces hay toda otra gran masa crítica de productores, por ejemplo, los autoconvocados, que por ahí necesitarían organizarse o trabajar en conjunto con las entidades gremiales actuales. Hay que darle una vuelta de rosca a la representación que tenemos, porque cuando vas al productor de a pie, no estábamos representados por lo que está siendo el gremialismo. Así que evidentemente eso necesita un replanteo.
-¿Y estás convencido de que no te vas a frustrar en un par de años y volver al campo con la cabeza gacha? ¿Hay manera de rescatar la política argentina?
-Mirá, yo siempre lo planteo en estos términos: no se trata por ahí de ir con ínfulas o con expectativas enormes, sino con el realismo de las expectativas de lo que podemos hacer y en dónde podemos influir, qué es lo que podemos cambiar. Hay ciertas cosas en las que podemos tener un efecto concreto y realizable. Esas son a las que apuntamos y que le ponemos mucho foco. La realidad es que yo hace muchos años que vengo haciendo política institucional, no partidaria, pero sí desde ciertas ideas, que son básicamente las que siempre empujamos.No sé si existe esta situación en volver con la cabeza gacha o no. En realidad, yo sigo viviendo de lo que trabajo, de prestar servicios, de ser productor agropecuario, y en definitiva, esto es una constante. No pasa por ahí sino por generar la influencia necesaria para ir logrando pequeños cambios, ganar pequeñas batallas hacia el objetivo que soñábamos, que tiene que ver con poder tener un mejor desarrollo en el sector agropecuario, que eso al mismo tiempo impacte en las comunidades locales y que termine generando también más desarrollo y más generación de riqueza. O sea, no son cosas locas las que planteamos.