Después de dos años seguidos de condiciones de humedad por debajo de lo esperado, el trigo vuelve a mirar el cielo con otros ojos. Las lluvias de marzo y abril recargaron los perfiles de suelo en buena parte de la región pampeana, y los precios internacionales, si bien no están en máximos, mantienen una firmeza que no desentona.
En ese escenario, la campaña 2025/26 aparece en el radar de muchos productores como una buena oportunidad: con condiciones de humedad inicial inéditas en los últimos años y márgenes más aceptables, las decisiones de siembra empiezan a ocupar la agenda.
Y si hay que hablar de decisiones, también hay que hablar de herramientas. La Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), que viene profundizando su estrategia de desarrollo genético en trigo, decidió salir al mercado con dos nuevas variedades que no pasaron desapercibidas en el ambiente técnico.
Estas fueron desarrolladas con tecnología de doble haploide, un proceso biotecnológico que acorta los tiempos de obtención y permite ajustar con más rapidez la genética a las necesidades del campo.
Las variedades nuevas lanzada por la asociación de cooperativas son el ACA 607 y ACA 319, desarrolladas con la innovadora tecnología de Haploides Duplicados en el laboratorio biotecnológico de Pergamino.
“Desde nuestro laboratorio desarrollamos tecnologías innovadoras, como el doble haploide, que nos permiten ganar tiempo y mejorar la performance agronómica y comercial de nuestras variedades”, explicó Marco Prenna, director de Insumos Agropecuarios e Industrias de ACA. “Pero lo más importante es que estas herramientas se integran a un sistema cooperativo que acompaña al productor desde la semilla hasta la cosecha”, agregó.
Para conocer más sobre esta movida, Bichos de Campo habló con Mariano Beker, genetista del criadero de trigo de ACA en Cabildo, quien desde lo técnico, pone foco en el uso real. “Una de las variedades es de ciclo intermedio a corto, con un paquete sanitario muy sólido. Hay que monitorear por roya del tallo, pero fuera de eso, el comportamiento es excelente”, detalló. “Tiene muy buena adaptación, no es para un nicho, sino de uso general. Y cubre un hueco que teníamos en el portfolio: el de una variedad de calidad industrial diferenciada, de grupo 1”.
La otra variedad, explicó, es de ciclo largo intermedio, sin requerimientos de vernalización. “Eso nos permite sembrarla desde el sur de Buenos Aires hasta Tucumán, en siembras tempranas. Es una variedad de perfil defensivo, con un comportamiento sanitario impecable”, aseguró Beker.
Agustín Sosa, gerente comercial de Semillas de ACA, aportó otra clave del enfoque. “Trabajamos en estrecho vínculo con nuestras cooperativas y productores, que nos exigen una mejora continua. Nuestro compromiso es ofrecerles materiales que respondan a sus necesidades reales, con respaldo técnico, agronómico y comercial”.
Pero la tecnología doble haploide no solo se trata de velocidad. Según Beker, “lo que nos permite es acelerar la ganancia genética. Si una línea anda bien, ya la usamos para nuevos cruzamientos. Eso genera una sinergia que hace que el progreso no se frene nunca. Llegamos más rápido, pero también mejor preparados”.
Para llegar al productor, sin embargo, hay que pasar por pruebas. En ACA, las nuevas variedades deben superar cinco campañas en la Red de Ensayos Comparativos de Rendimiento, con más de mil líneas evaluadas por año. “De esas, apenas una o dos llegan a ser variedad. Somos muy exigentes”, aseguró el genetista. “Y además, trabajamos con ensayos de franja y lotes demostrativos. La validación no es solo de laboratorio: es agronómica y territorial”, sostuvo.
En resumen, lo nuevo de ACA llega con validación y con foco. Pero también con respuestas concretas. En diálogo con este medio, Beker respondió en forma directa algunas preguntas clave:
-¿Para qué tipo de planteos están pensadas estas nuevas variedades?
-Son ideales para zonas intermedias y planteos defensivos. Tal vez para ambientes de punta conviene otra cosa, pero si se busca estabilidad, sanidad y buen rinde, son dos herramientas muy competitivas.
-¿Qué diferencia hay con ACA 605 o ACA 917, sus versiones antecesoras?
-El 607 tiene un ciclo similar al 605, pero suma un plus en calidad. El 605 lo posicionaría en ambientes de mejor potencial. El 917 es más corto, para otras fechas de siembra. Y el 319 viene a cubrir el lugar de un ciclo largo sin vernalización, como lo fue el ACA 360, con un perfil sanitario excelente.
-¿Qué ganan los productores con el doble haploide?
-Ganan tiempo, pero también una mejora constante. Podemos responder más rápido a nuevas enfermedades o demandas, y acelerar la mejora genética. Esa es la clave.