Mariela Gallinger es una mujer sencilla, de campo. Tuvo mayor protagonismo hace algunos años, en tiempos del kirchnerismo, cuando todas las semanas organizaba asambleas de productores y vecinos en la rotonda de acceso a Crespo, en Entre Ríos, desde la filial de la Federación Agraria. Pero ahora está retraída de la actividad gremial. Luce bastante decepcionada con los dirigentes nacionales del sector y expectante con la renovación de aires políticos.
Pero lejos está Mariela de ser condescendiente con el gobierno de Javier Milei, por más ansias de cambio que mantenga.
-¿Era finalmente el gobierno de mi ley el que necesitaba el sector agropecuario?- le preguntamos en la Expoagro.
-Cambio hay en el modelo. Pero nosotros los productores lo que estamos viendo es que este tipo de gobierno, la gente de Milei no va en contra de nosotros, pero tampoco va con nosotros. No va en contra, pero tampoco acompaña demasiado. No está al lado. Me parece que falta empatía y todo lo que estamos pasando no lo percibe. Y cuando estamos representados por personas que solo le traen números, ahí estamos en problemas. Creo que nuestros representantes deberían ser más productores y esa es nuestra deficiencia. Los que van no son productores. Tienen campo, pero no están viviendo, trabajando y durmiendo en el campo.
-Bueno, pero tampoco el gobierno hace esfuerzo en ir a conocer y meterse y embarrarse un poco. ¿Te parece que falta eso?
-Totalmente. Más territorio y menos oficina. Esa es la clave. Que pisen un tambo, que pisen una granja avícola, un pollo, un huevo, un feedlot, con todos los problemas que tenemos, que lluvia, que sequía. Que vean eso.
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“No están tomando decisiones en contra, pero no están con nosotros. Es como que nos están ninguneando y eso a mí me preocupa, porque siempre la Argentina salió adelante de la mano del campo, siempre. Siempre fue mi sacrificio, el de mi familia, el de mis antepasados, que no están siendo reconocidos por los precios que nos pagan. Siempre es como apretarnos un poco más el cogote a ver cuánto aguantamos y no es así”, se lamentó la productora.
Y prosiguió, con tono de decepción: “Toda la vida haciendo y lo mismo esperando resultados diferente. No es así”.
-¿Así que te gustaría que hubiera más acompañamiento?
-No sentí el acompañamiento de los anteriores gobiernos, de este tampoco. Hasta tengo miedo que van a valorar otra actividad más que a la agropecuaria. Tengo miedo de que valoren más la minería, el petróleo, vaca muerta, todo eso, y no a nosotros. Y eso es una gran falencia que estoy pidiendo a nuestros dirigentes que se planten arriba del escritorio, que pateen el escritorio, porque detrás de ellos hay muchos productores, que hoy nos levantamos, nos acostamos y seguimos luchando en el campo. Y se lo digo de corazón, no para criticarlo y mandarlos al carajo, sino porque hay veces que hay que pegar una voz más fuerte y pegar el puño fuerte en la mesa y empezar a cambiar. Yo siempre digo, no hay mala intención de este gobierno, pero no hay acompañamiento.