En diálogo con Bichos de Campo, tres gerentes agropecuarios de un banco estatal y dos privados coincidieron en que el mercado de créditos para el agro se movió en 2020 muchísimo en pesos:
El productor agropecuario demandó gran cantidad de financiamiento en esta moneda, pero no debido a su fortaleza sino por su debilidad. Al tomar créditos en pesos, los productores por un lado escapan del riesgo de una devaluación a la vez que licúan sus pasivos, ya que pudieron financiarse a tasas que usualmente eran menores que la inflación.
Emir Cesaroni, gerente de Banca Agropecuaria de Banco Provincia de Buenos Aires (Bapro), comentó que este año la entidad bancaria destinó un total de 7.000 millones de pesos en créditos a tasa cero para el agro. La campaña formaba parte de los beneficios ofrecidos por el Bapro para la Tarjeta Procampo.
Cesaroni dijo que “este año se ve una creciente demanda de créditos de evolución y de capital de trabajo y también para inversión. En nuestro caso, un porcentaje importante de créditos de corto plazo se canalizaron a través de la tarjeta Pro Campo y son el resultado de alianzas estratégicos que el Bapro mantiene con los principales proveedores de insumos del sector”.
En referencia a las alternativas crediticias, el gerente del Bapro explicó que mantienen una línea de financiación para la inversión productiva destinada a MiPyMEs que se encuentren radicadas en la Provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con plazos de 48 y 60 meses y con una tasa fija del 30%.
Dentro del programa Reactivación Pyme, Cesaroni manifestó que el banco ofrece propuestas tales como una línea de capital de trabajo de hasta 12 meses con amortización mensual o semestral y una tasa del 34%. También ofrecen una línea de Descuento de Cheques a través de su plataforma eCheq, con plazos de hasta 90 días, con una tasa del 26,5% para plazos de hasta 90 días, y con una tasa del 29,5% para plazos de más de 90 días y hasta 180 días.
En relación a los exportadores, Cesaroni declaró que “tenemos la línea prefinanciación y financiación de exportaciones, la cual es en dólares, y cuenta con un plazo de hasta 180 días de devolución y con una tasa fija del 4%. La misma está fundamentalmente destinada a financiar el ciclo productivo y a facilitar la colocación de bienes nacionales en mercados externos”.
En cuanto a las tarjetas agro, según Cesaroni, “la Procampo del Bapro continúa aumentando el volumen de operaciones año tras año. Durante este año se realizaron compras con la tarjeta por más de 17.500 millones de pesos; si lo comparamos con el mismo periodo del año anterior podemos apreciar que hay un crecimiento sustancial y estamos seguros de que esta expansión continuará”.
“Estas operaciones con tarjeta, normalmente llamadas créditos de bolsillo, permiten que miles de productores bonaerenses puedan comprar insumos y acordar con los vendedores los plazos de pago de acuerdo a cada necesidad productiva y financiera. Es una herramienta que se caracteriza por su practicidad en el uso y adaptabilidad a los plazos”, concluyó Cesaroni.
Juan Martín Ocampo, gerente de Agronegocios de Santander Argentina, dijo a Bichos de Campo que “este año calzó con la campaña 2019/2020 y con el inicio de la 2020/2021 estuvo básicamente concentrado en el financiamiento en pesos”.
A partir de la Expoagro, Ocampo describió que instalaron líneas especiales para el sector con convenios para compra de insumos y de maquinaria agrícola.
“A través de la tarjeta Agro ofrecemos compra de insumos donde tenemos más de 100 acuerdos a tasa cero y pago a cosecha con las principales marcas y lideres del mercado. Y en cuanto a maquinaria agrícola vimos que fue muy demandada porque implicó un refugio para el productor en un bien dolarizado; por eso presentamos 60 acuerdos con las principales terminales y fabricantes del mercado. Este año ofrecimos acuerdos a 48 meses con amortización semestral y con tasas del 11% al 18% y mantenemos vigente esta oferta”, informó Ocampo.
De acuerdo al gerente de Agronegocios de Santander Argentina, “las carteras en el banco crecieron más de un 60% año contra año. Dentro del sistema Visa, Santander es el banco número 1; más del 80% de nuestra cartera de clientes tiene la Tarjeta Agro y esta representa una porción importante en nuestros créditos en pesos, por ende, el productor nos demandó mucho aumento de límite y utilización de estos convenios, así que fue una herramienta fundamental para acompañarlo en esta campaña”.
Con miras a la próxima campaña, Ocampo proyectó una tendencia muy similar a la de 2020, con un mercado “muy focalizado en asistencia crediticia en pesos con buena oferta y disponibilidad de limite para compra de insumos y de maquinaria agrícola con la tarjeta”.
Hernán Busch, gerente comercial de Agronegocios Galicia, opinó que el hecho de que el productor se haya financiado fuertemente tanto capital de trabajo como en inversiones, “se debió a que hubo muy buenas condiciones de financiamiento en pesos; podían comprar mercadería dolarizada a un tipo de cambio que consideraban muy competitivo para realizar dichas compras y eso hizo que la venta de maquinaria financiada llegara a niveles altísimos”.
Por otro lado, Busch señaló que el productor compró insumos de la campaña por adelantado, desde el mes de marzo, cuando normalmente esas compras se dan de una manera más intensa en el segundo semestre del año. “Actualmente el productor ya tiene la campaña financiada y aún posee stock de granos, por lo que se entiende que está en una muy buena situación de liquidez”, explicó.
Para el caso de empresas MiPyme, el gerente comercial de Agronegocios Galicia describió que “hay nuevamente líneas de crédito muy interesantes para la compra de maquinaria y proyectos de inversión a los cuales se puede acceder siempre que el tomador del crédito no tenga más del 5% de su capacidad de cosecha de trigo o soja en stock”.
“Hoy el financiamiento de capital de trabajo está básicamente dado con las operaciones de convenio de compra de insumos, tanto con Financiación Galicia Rural como así también con la Tarjeta, que tiene diferentes tasas según la empresa proveedora, plazo y de acuerdo a lo que se esté comprando. La realidad es que la financiación de capital de trabajo de la campaña está prácticamente resuelta”, resumió Busch.
Por otro lado, el directivo de Galicia manifestó que las empresas MiPyme sin stock de trigo o soja pueden acceder a líneas productivas con una tasa del 35%. Y en cuanto a las condiciones para compra de maquinaria y proyectos de inversión la situación es similar: hay condiciones variables según la marca que se esté comprando y la distinción se da si lo que se financia se hace dentro de la Línea de Inversión Productiva que tiene una tasa del 30% a 36 meses.
A su vez, esas condiciones mejoran si lo que se adquiere es una maquinaria con convenio, siempre que el tomador no posea más del 5% de su capacidad de cosecha de trigo o soja en stock, ya que es la norma establecida por el Banco Central (BCRA) para acceder a estas líneas.
En Galicia, según Busch, conviven dos alternativas: una que es la tarjeta tal como se la conoce desde hace años, y su evolución que es la Financiación Galicia Rural, en la que el proveedor genera un préstamo con el banco al comprador, y este acepta el mismo en su office Banking generando así el pago y el préstamo a cosecha en las condiciones acordadas en un mismo acto.
“Esta modalidad tiene condiciones especiales de convenio según el proveedor y el plazo. Son operaciones a cosecha o al mes de noviembre 2021. El crecimiento de ambas alternativas agrupadas fue altísimo este año, incluso más que duplicando las ventas del año anterior, por lo que en términos generales eso te da la pauta de que las alternativas de financiamiento de insumos con bancos crecieron fuertemente durante 2020 y esperamos sigan siendo el driver de financiamiento hacia adelante”, concluyó Busch.