Al noreste de la provincia de Buenos Aires, exactamente en la localidad de Pergamino, la ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas) tiene su principal cuartel para la selección y producción de semillas. Además de modernos laboratorios y criaderos existe una planta para el procesamiento de las diferentes semillas que después comercializan. ¿Pero cómo se producen las semillas?
Curiosos por conocer el proceso Bichos de Campo realizó un recorrido por las instalaciones junto a Ernesto De Estrada, gerente de producción en la planta de proceso de ACA, quien conoce al dedillo las distintas fases que atraviesa un grano de maíz para poder luego ser utilizado en semilla. Ese cultivo es uno de los más complejos de procesar porque es el único que no se cosecha desgranado.
En una primera parada, De Estrada mostró cómo ingresan a la planta las espigas de maíz, en el inicio del proceso:
Por supuesto que en todo el derrotero el primer paso es la recepción de la semilla, que se levanta del campo donde se implantaron las variedades seleccionadas mediante una cosechadora especial, según contó el gerente.
“El maíz para semilla se cosecha en espigas vestidas y con máquinas importadas se extrae la chala de la espiga. Para nosotros esa chala es una merma sin valor. A la espiga húmeda la incorporamos a la secadora hasta que alcance un 11% de humedad. Se trata de un proceso que demora 72 horas, hasta que la maíz está listo para desgranar y se manda después a los silos”, describió Estada.
Esta es una nueva etapa en el proceso:
Sobre las características de la secadora, donde se reduce la humedad del maíz de un 35 hasta un 11%, dijo el especialista: “Este es un modelo de secadora que se llama simple paso reversible y es una máquina que tiene una capacidad para recibir 1200 toneladas de espigas y se divide en 24 celdas de 75 toneladas cada una. Cada lote que ingresa del campo va a una celda diferente que tiene su turbina y su ventilador que hacen el secado”.
La finalidad de este proceso, es lograr una espiga apta para ser desgranada y luego verterla en los grandes silos de almacenamiento. Pero antes las semillas deben pasar por un proceso de control de calidad, el cual indica si la semilla será apta para ser finalmente embolsada.
Justo es el proceso de empaquetado la última etapa y transcurre dentro de la torre de proceso. Es precisamente en esta área donde se concentra la mayor cantidad de tecnología.
“Tras una inversión que duró tres años logramos duplicar la capacidad de procesamiento de la torre. Adquirimos maquinas de ultima generación que nos permiten clasificar mejor las semillas. Por ejemplo, adquirimos una planta colorimétrica que nos permite detectar la presencia de patógenos. Además al encontrar una semilla de otro color se le saca del circuito porque generalmente esta tiene bajo poder germinativo”, precisó el gerente.
En este tramo de la visita se puede observar la tecnología para embolsar y distribuir las semillas de maíz.
“Nosotros contamos con un proceso que es completamente trazable y va desde que la semilla se produce en el campo, ingresa a la planta y se embolsa. En nuestro sistema cada lote tiene un código que lo identifica desde el origen hasta la bolsa del producto terminado. Entonces cualquier información que requiramos podemos ir al sistema y encontrar la partida fácilmente”, agregó De Estrada, quien también es responsable de la producción a campo en el semillero de ACA.
En el final de línea, que no es más que ubicar en los pallets los lotes de bolsas que serán entregados a los clientes, pareciera que concluyó el proceso. Pero el cooperativista destacó que el almacenaje es una etapa muy importante dentro de la planta.
“Nosotros en la planta tenemos la parte del almacenaje del producto terminado. Aquí la bolsa paletizada va a los galpones comunes. Sin embargo, en los últimos años hemos hecho algunas inversiones y adquirimos tres cámaras de frío que utilizamos como galpones. Estas cámaras están aisladas térmicamente y ahí dentro encontrás un ambiente controlado de temperatura y humedad. Estas condiciones favorecen a demorar el envejecimiento de la semilla y a que la calidad se mantenga por más tiempo. En unas de estas cámaras se podrían tener almacenadas las semillas entre 2 y 3 años”, terminó diciendo.