El fenómeno de “El Niño” se ensañó con gran parte del sur de Brasil para ocasionar el pasado mes de octubre precipitaciones muy por encima de las normales que trastocaron la dinámica del sector agroindustrial.
Un informe especial del Servicio Meteorológico de Brasil (Inmet) resalta que hacia finales del mes pasado se registraron en un período de apenas 24 horas lluvias de 204 milímetros en Laranjeiras do Sul, de 190 milímetros en Dois Vizinhos y de 140 milímetros en Inácio Martins, las tres localidades pertenecientes al estado de Paraná.
La contrapartida de ese suceso fueron lluvias inferiores a las normales en las regiones del Cerrado y especialmente de Matopiba (noreste del país), donde se evidencia un retraso de las siembras de soja y de maíz temprano.
Recién esta semana se prevé la ocurrencia de lluvias abundantes en la zona de Matopiba que podrían revertir parte del déficit hídrico presente en esa región.
En lo que respecta al sur del país, las lluvias torrenciales, además de arruinar parte de la cosecha de trigo y perjudicar su calidad, ocasionó un problema logístico enorme.
Brasil cuenta con un déficit de infraestructura importante y requiere exportar de manera constante grandes volúmenes de productos agroindustriales para así evitar un colapso logístico.
Con la interrupción de envíos registrada en las últimas semanas, producto de los temporales que provocaron inundaciones y anegamientos –además de un crecida brutal de los ríos–, la dinámica de embarques en el puerto sureño de Paranaguá se desaceleró.
La plataforma Marine Traffic muestra un congestionamiento significativo de buques graneleros en la zona de influencia del puerto de Paranaguá como producto de los retrasos generados por el desastre climático.
Además de complicar los embarques de soja y maíz 2022/23, los primeros eventos provocados por “El Niño” en Brasil podrían limitar la capacidad productivo de ambos cultivos en la campaña 2023/24.