Otros países han desplazado a la Argentina en el negocio de la carne vacuna. La han superado también en soja o maíz. Y hasta la han corrido del liderazgo en vinos. Pero hay un rubro agropecuario en el que la Argentina sigue siendo la líder regional indiscutida y eso quedó claro en un interesante informe presentado en el Congreso ALIM 2024, que concluyó este miércoles en la ciudad de Asunción, capital de Paraguay.
La sigla del congreso da cuenta de qué sector estamos hablando. La ALIM es la Asociación Latinoamericana de Industriales Molineros, que incluye a todos los países de la región. Más de 400 personas convocadas por esa entidad en Paraguay pudieron observar que en el rubro trigo y harina, la Argentina parece todavía imbatible.
Para empezar, el trabajo dice que en América Latina (incluyendo a Brasil y México) hay 697 molinos operativos, que muelen en promedio cada uno 85.580 toneladas por año. “Brasil, Argentina y México son los países con mayor cantidad de molinos y capacidad de molienda”, indicó ALIM. Nuestro país dispone solo de 160 plantas, pero a diferencia de los otros dos países mencionados, que tienen mucha más cantidad de habitantes, el trigo que se muele es todo de producción nacional y no necesita ser importado.
En total la región produjo unas 27,7 millones de toneladas de harina de trigo, para atender las necesidades de una población cercana a los 663 millones de habitantes, aproximadamente el 8,3% de la población mundial. Para poder producir esa cantidad de harina se utilizó una parte de la producción de trigo de todos estos países, que ascendió a 34,5 millones de toneladas, aunque también hay naciones latinoamericanas que importan trigo desde otras latitudes. Brasil, México, Colombia y Chile son los principales demandantes.
En total la región se exportó 7 millones de toneladas en 2023 (año de sequía), y la inmensa mayoría de ese trigo era argentino, aunque también Uruguay y Paraguay tienen saldos exportables. Por el contrario, las importaciones sumaron más de 18,5 millones de toneladas en ese mismo año: de la Argentina llegó el 33% de ese volumen, de Canadá el 31%, de Estados Unidos otro 24% y de otros países el 12% restante.
Tal es la importancia de Argentina a nivel regional como oferente de trigo que en la última jornada de la 42° Asamblea Anual de la ALIM el presidente de la Federación Molinera Argentina (FAIM), Diego Cifarelli, expuso mostrando los números esperados de producción de trigo en la campaña 2024/25. Este verano la Argentina cosecharía entre 18 y 19 millones de toneladas, y como solo consume 5/6 millones para su molienda propia, el saldo exportable treparía a cerca de 12/13 millones de toneladas.
Pero su rol como proveedor de trigo no es el único de importancia para la Argentina en esta comunidad. El país, según esta estadística, también aprovecha esta buena disponibilidad al tener el mayor consumo per cápita de trigo del continente, con cerca de 120 kilos anuales por habitante, por encima de Chila y Uruguay.
En volumen total, por obvias razones, la Argentina aparece como segunda productora de harina detrás de Brasil y por arriba de México (allí es mucho más utilizada la harina de maíz). Aquí se producen poco más de 4 millones de toneladas de harina en 2023, contra más de 9 millones en el principal socio del Mercosur. Pero si tomáramos la oferta de harina disponible por habitante, sin duda nuestro país volvería a ubicarse al tope del ránking.
En rigor, el consumo per cápita de harina de trigo en la Argentina se ubicaba el año pasado en 131 kilos por año, muy lejos del país que estaba en la segunda posición, que era Uruguay con 90 kilos anuales por habitante. Más atrás seguían Paraguay y Chile.
En el promedio del continente analizado por la ALIM, el principal destino de la harina es la panificación, con el 70% del volumen. Las fábricas de pastas remandan otro 13% y las de galletitas un 11% de la harina, mientras que a otros uso se destina el remanente de 6%.
En este territorio de los derivados de la harina, la Argentina también ostenta posiciones de dominio. Por caso, es el tercer país en cantidad de panaderías, con 35 mil locales de este tipo, la mitad que en Brasil (70 mil panaderías) y también menos que en México (con 56 mil locales). Una vez más, si se calcularan las panaderías disponibles en función de la cantidad de habitantes, Argentina se ubicaría primera.
En el caso de las empresas de pasta, Brasil vuelve a dominar la escena, con un total de 80 fábricas de fideos. Pero la Argentina aparece segunda con 46 firmas de ese tipo.
Finalmente, en el caso de empresas que producen galletitas, Brasil vuelve a imponerse en este ránking de la ALIM, con cerca de 600 empresas en total, muy lejos de las 250 aproximadamente que existen en la Argentina.
Esto no impide, de nuevo, que la Argentina lidere la competencia entre los principales consumidores per cápita de galletitas: aquí ese indicador llega a 8,5 kilos anuales por habitante, por sobre 7,8 kilos de México y 7 kilos de Brasil. En el mercado de las pastas, sin embargo, el podio nos queda lejos, porque el primer lugar de consumo per cápita lo ocupa Uruguay, con 17 kilos anuales por habitante, seguido por Venezuela (13 kilos) y Perú (12 kilos).
Como siempre. Impecable …