Cuando se visita un vivero en la bonaerense localidad de San Pedro, donde existen más de un centenar de establecimientos de este tipo, suele repetirse una historia parecida: Una familia con una pequeña porción de tierra se especializó por mucho tiempo en las plantas frutales pero tuvo que abandonar la actividad cuando la producción de cítricos que caracterizaba hace décadas esa zona comenzó a ceder por la baja rentabilidad y los problemas climáticos.
La misma historia se repite en el caso de Francisco Lorido, un experimentado productor que sobre sus 11 hectáreas levantó hace 37 años un vivero bastante completo, donde multiplica plantas ornamentales, frutales, árboles de sombra y arbustos para cerco, que distribuye en la zona y otras partes del país.
Bautizado como El Nuevo Heredero, porque ha sido un campo que se ha trabajado por varias generaciones, el vivero es atendido por Francisco y su hijo Germán. Y aunque interviene el resto de la familia, el sueño de este productor es que la finca siga en mano de sus nietos.
“Yo arranqué porque mi papá era productor de fruta, de naranja y durazno. La fracción chica de tierra me dio como para empezar a hacer vivero. Ahí empecé haciendo un par de variedades, no mucho, porque en aquellos años, 37 años atrás, había que remarla bastante para producir. Pero de ahí se fueron implementando más variedades y fuimos creciendo despacito, porque en esto no se crece muy rápido”, dijo Lorido a Bichos de Campo.
Si bien Francisco es de los viveristas que hace la mayoría de sus cultivos directamente a campo, también está implementando la modalidad de plantar en contenedores o macetas.
“Nosotros hacemos toda la parte de arbustos y árboles frutales. Después jazmín, rosales y un montón de cosas más. La parte que no se puede hacer a campo, se hace en contenedores o maceta, algo que empezamos a emprender hace unos años para consolidar un reparto de plantas en la zona de Buenos Aires y alrededores. Somos un grupo familiar que es mi señora y mi hijo, con unos cuantos empleados también”, precisó Lorido, quien llegó a desempeñarse como presidente de la Cámara de Viveristas de San Pedro.
Mira la entrevista completa a Francisco Lorido.
En todo este derrotero, donde ha vivido altas y bajas, lo que más lamenta el productor es haber abandonado los cítricos y quedarse produciendo solo frutales de carozo.
“Cuando empecé hace 37 años el cítrico se hacía a campo, como hacemos todos los arbustos. Pero por una normativa del Senasa y el INASE (a raíz de la aparición del HLB en el país), no nos dejaron producir más a campo. Estuve un año sin producir, corté todo”, comentó.
“Después nos dieron un subsidio para hacer unos invernáculo y empezamos de nuevo. Los dos/tres primeros años fue un resultado bueno, pero la gente no se adaptaba a comprar una planta de menor tamaño a la que cultivábamos en el campo”, contó el productor.
“Anduvimos ahí peleándola, haciendo uno cinco años los cítricos porque es una planta que la consume mucho la gente. En todas las casas hay un limonero, un naranjo, una mandarina. Pero después vino sequia de tres o cuatro años seguidos. Y como necesitas acopiar agua de lluvia, para mojar adentro la planta, al no llover nos quedamos solo con el agua de pozo y entonces la planta no crecía. Entonces decidimos -con una lástima enorme, porque a nosotros nos gusta tener todas las variedades-, dejar de hacer los cítricos”, agregó.
Ahora el viverista, aunque se mantiene haciendo frutales de carozo, siguiendo las exigencias fitosanitarias, teme que surja una nueva normativa y se los obligue a producir estas variedades también en contenedores.
“Seguimos haciendo durazneros y ciruelos porque todavía eso se comercializa y lo podemos hacer a campo. En un momento se dijo que a lo mejor iba a quedar solo en contenedor. Si lo hacen en contenedor fuimos, no lo podemos hacer más”, reconoció.
En el vivero tienen plantas frutales “yemeras” a la que se le hacen los análisis para que no tengan enfermedades, aunque las multiplican en peque{as cantidades porque la demanda no las reclama en gran números. “Nosotros somos un vivero pequeño y no hacemos mucha cantidad de frutales de carozo”, explicó.
Francisco reitera que El Nuevo Heredero es un vivero pequeño, pero en esas 11 hectáreas genera empleo fijo para unas 7 personas. Reconoce, en este sentido, que la actividad demanda muchísimo esfuerzo porque casi todo se hace de forma manual. La incorporación de tecnología es una de las búsquedas.
“Hace unos años una metalúrgica acá armó una maquinita, que no muchos la tenemos -creo que somos tres- que planta y fertiliza a la vez. Solo se utiliza para plantas de arbusto que tienen vasitos, no la de raíz desnuda como los almácigo. Estamos plantando con esa. Hace tres años que la estamos usando y anda muy bien plantado; ahorra un poco de mano de obra, porque es más rápida y ocupa una persona sola en el tractor”, indicó Francisco.
Golpeado por la fuerte sequía de los últimos años, el productor se las arregló para proveer de agua su finca recurriendo al riego por goteo. “En estos campos pusimos bombas chica con riego por goteo, tenemos cintitas de riego y en el momento de plantado se aplica si no tenemos lluvia. Si tenemos lluvia, dejamos que se críen con el agua de lluvia, porque la tierra nuestra es de juntar mucha humedad”, indicó.
De todos modos apuntó que “el riego por goteo es una alternativa por si la plantita nos pide agua. Entonces hay que conectar y darle riego. Y tratar de darle en horas que no esté el sol muy fuerte porque el sol del mediodía hasta las 15 muy fuerte, entonces se calienta el agua y puede pudrir la raíz. Pero en la tardecita o la noche anda bien”, explicó.
-¿Los viveristas de San Pedro están reclamando alguna acción de los gobiernos o solos con sus esfuerzos son capaces de producir?– le preguntamos.
–Nosotros nunca le hemos pedido al gobierno, no siendo aquella vez que nos ayudaron por el cambio ese de los invernáculo para hacer la fruta cítrica. Nosotros siempre tuvimos problemas de heladas, de sequía y hemos venimos creciendo despacio porque a veces se nos pone un poquito ajustada. Hemos sacado créditos de bancos, porque por ahí no nos ha llegado los ahorros que uno guardó para la producción. Y esto lleva gasto: pagarle al personal, los agroquímico, el combustible, todas esas cosas que por ahí se disparan. Creo que (las autoridades) tendrían que reducir los costos en los combustibles que se nos han ido muy caros.