En el mercado de soja existe una proporción considerable de productores que dejaron pasar el “dólar soja 3” a la espera de eventuales mejores oportunidades de precios en un futuro.
Ya están disponibles los datos oficiales de compras de soja al 31 de mayo pasado, fecha en la cual finalizó el régimen cambiario especial “dólar soja 3”, y muestran que la industria y la exportación adquirieron 10,427 millones de toneladas de soja 2022/23 sobre un total estimado de 21,0 millones de toneladas.
Es decir: ya se comercializó casi la mitad de la oferta interna disponible de la oleaginosa, la cual está siendo complementada con importaciones de poroto proveniente de Paraguay y Brasil.
Pero el dato llamativo es que, ya finalizado el “anabólico” cambiario del “dólar soja 3”, un volumen de 3,564 millones de toneladas permanecía al 31 de mayo pasado con “precio a fijar”.
Mientras que en el mejor momento del “dólar soja 3” hubo posibilidades de vender el producto con entrega en Rosario a valores del orden de 110.000 $/tonelada, con el fin del régimen cambiario los precios cayeron con fuerza.
Al analizar el precio de la “soja billete”, considerando el valor del poroto en función de la cotización del dólar negociado en el mercado bursátil argentino (MEP), la caída del valor luce mucho más dramática.
La gran pregunta es qué están imaginado aquellos que ya entregaron su soja y tienen pendientes de cobro partidas con “precio abierto”. Quizás están esperando un nuevo incentivo cambiario por parte del gobierno nacional, algo que por el momento no está en agenda porque el ministro Sergio Massa apuesta a conseguir más “refuerzos cambiarios” en EE.UU. luego del “swap” acordado la semana pasada en China.
De hecho, este miércoles se aprobaron dos créditos del BID, anunciados semanas atrás, por un total de 800 millones de dólares, los cuales, más allá del propósito del préstamo, opera en los hechos como un “refuerzo cambiario”.