En la lista de los “agroinfluencers” que coparon el sector agropecuario en el último tiempo, el perfil de Lara Giuliani se destaca. Aunque hoy en las redes muestra una imagen eminentemente rural, lo cierto es que la historia de esta ingeniera agrónoma y productora ganadera, que hoy encabeza la empresa AgroLarus, no comenzó en el campo sino en la ciudad.
En 2017, a sus 36 años, Lara sintió por primera vez el peso de tener que hacerse cargo del campo familiar, ubicado en la localidad bonaerense de Suipacha. Siendo oriunda de la Ciudad de Buenos Aires, esto supuso un enorme desafío, no obstante su formación académica –y la de su marido con quien comparte este proyecto- le dio las herramientas necesarias para llevarlo exitosamente adelante y convertirse en una referencia en materia de ganadería.
“Cuando me tocó hacerme cargo de casi el 100% del campo –yo en ganadería y mi marido en agricultura- empecé a ver que los manejos aplicados para con los animales eran a la vieja usanza. Al animal por ahí no se lo veía todos los días o estaba siempre muy lejos, no se lo pasaba por la manga, se le daban pocas vacunas. No había conocimiento. Ahí fue que empecé a ver qué cosas se podían cambiar”, dijo Giuliani a Bichos de Campo.
“Comencé con capacitaciones externas y analicé técnicas de manejo vinculadas al bienestar animal, como por ejemplo el ingreso al brete sin golpear a los animales, sin apurarlos. Antes las vacas estaban a 50 metros de nosotros porque éramos vistos como una amenaza por la forma en que las tratábamos. Ahora que empecé a ir más seguido y cambiamos al personal comenzaron a acercarse cada vez más. Ahí fue que las llamé ‘mis seguidoras’ y las mostré en redes”, agregó la productora.
En las charlas que brinda hoy a otros productores y técnicos del agro, Giuliani divide el trabajo de reconversión que aplicó en su campo en cuatro ejes: la sanidad, la alimentación, el manejo con bienestar animal y el CowTech (nuevo concepto de moda que refiere a la tecnología aplicada a la producción ganadera).
“Primero apliqué más vacunas preventivas dentro del calendario general que ya incluida brucelosis, carbunclo y aftosa. Por ejemplo sumé conjuntivitis, diarrea neonatal y neumonía. Lo cierto es que los animales tienen otras enfermedades más allá de las del calendario obligatorio. Por supuesto que esto varía con cada categoría y hay que hablar con el veterinario”, afirmó.
En cuanto a la alimentación, fue necesario hacer un trabajo sobre las pasturas de invierno que era donde más fallaba la planificación del campo.
“Cuando el manejo empezó a ser más retornable iniciamos con la siembra de pasturas y verdeos. El año pasado hicimos un silo de maíz por primera vez y sumamos un manejo de los pastizales naturales con boyeros eléctricos para eficientizar el consumo. Si es por las vacas, ellas comen aquello que está cerca de la aguada y el resto lo dejan. Eso hay que mejorarlo sobre todo en la época de la parición donde el animal tiene que estar muy bien comido. Hay que prestarle atención a la gestación, el parto y la lactancia”, indicó la productora.
El tercer eje fue el manejo, punto que catapultó a Lara a la arena pública ya que implicó soluciones sencillas pero con una gran efectividad.
“Primero aplicamos banderas para direccionar el ganado en el brete. Al principio usé las bolsas de alimento de mis animales atadas a un palo. También quitamos a los perros porque estos muerden las patas de los animales, los garrones como se les dice, y generan en ellos infecciones, dolor y estrés. Tampoco permitimos gritos o picanas. Directamente nos manejamos con aplausos o banderas”, detalló Giuliani.
Mirá la entrevista completa acá:
-En muchas de tus charlas referidas al manejo ganadero usas la frase “mejor maña que fuerza”. ¿Eso es lo que vos haces acá?
-Claro. Todo esto es maña. Si vos conocés cómo se mueve el animal es fácil. Él se divide en un punto de equilibrio que está en el medio. Si vos vas hacia su cabeza el animal tiende a ir para atrás. Si vas de la mitad de su cuerpo hasta la cola, el animal tiende a avanzar. Entonces vos no tenés que hacer nada más complicado que saber posicionarte y llamar su atención. El animal tiene que entrar tranquilo, no se lo tiene que apurar porque si no se estresa y no sabe qué ocurre.
-También te convertiste en una exponente del CowTech. ¿En qué forma lo aplicaste?
-Hay muchas plataformas, a veces no hace falta gastar porque algunas son gratis. En otras quizás sí. Uno lo va viendo. Una de las primeras cosas que apliqué fueron las caravanas electrónicas que facilitan el censo cuando los animales pasan por la manga. Lo que se registra se sube a la nube y la información puedo verla en el celular desde cualquier parte del mundo. Eso me sirve para saber qué peso tienen, si adelgazaron o engordaron, por qué pasó eso, etc. Es una historia clínica. También puedo saber a dónde comieron y hacer una trazabilidad de la vacunación.
Pero la tecnología no solo es sinónimo de aplicaciones electrónicas sino que también aplica a herramientas físicas como la manga. En el caso de AgroLarus, Lara sumó una volteadora de terneros para mejorar los tiempos en que se realizan las castraciones de los terneros y evitar que tanto los operarios como los animales se lastimen.
“Antes tenían que trabajar cuatro o cinco personas por ternero y al mediodía llegaban destruidos. Hoy con dos personas lo podés agarrar. Lamentablemente hay que castrar los terneros por una cuestión de preferencia en el sabor al momento de consumir, y también para que no te preñen a las hermanas. Ahora igual se está usándolos los terneros sin castrarlo, es la categoría que se conocen como MEJ o macho entero joven, pero es algo que todavía no se ha vuelto extensivo en Argentina”, señaló la productora.
Y la tecnología también se aplicó en materia de genética ya que Lara comenzó a seleccionar toros específicos de la raza Angus para llevar adelante el entore natural de sus vacas.
“Nosotros antes comprábamos un toro pechudo pero de cola chica. Cuando hice el curso de jurado de Angus me di cuenta que lo tenía que hacer al revés. Primero, a nivel carnicero, los cortes más caros están en la parte de atrás. Vos tenés que lograr entonces un animal con mayor cadera y profundidad de costilla. Por otro lado, si el toro tiene caderas chicas sus hijas también las tendrán y podrían experimentar problemas en el parto”, explicó Giuliani.
Y agregó: “Hoy por hoy a las vacas les pongo toros de bajo peso al nacer y tengo en cuenta para eso los DEPS (diferencias esperadas de progenie). Si yo tengo una vaca de 450 kilos, el ternero no debe pesar más de 40 porque no saldrá por el canal de parto. Sabiendo toda esa información genética es que yo sé que pondré un toro seguro para mi vaca”.
-Un productor quizás se siente apabullado por todos los cambios que aplicaste pero lo cierto es que cada uno de ellos te sirvió para llegar al nivel de preñez que tenés. En 2017 era del 64% y hoy tenés un 98%.
-Correcto. Tengo un 98%, algo a lo que generalmente llegan solo las cabañas inseminando tres veces. Yo lo conseguí con entore natural. Para mí la clave está en tener una buena alimentación, una buena sanidad, un manejo sin estrés. Todo eso tiene que estar cubierto. Y hay gente que llega a tener el 100%. Se puede llegar haciendo las cosas bien, estando sobre el animal, sabiendo quién es quién. Tenés que hacer todo lo posible y conocer a tu ambiente, a tus animales y a tu gente. Capacitar a la gente que es lo más importante.
-¿Qué le aconsejarías a un productor que frente a todos estos tips no sabe por dónde arrancar?
-Le diría que vaya probando un poquito de cada tecnología. Vengan, toquen, pregunten lo que quieran, pero confíen en las tecnologías. Empiecen de a poquito, vayan capacitando a su personal para utilizarlas, porque muchas veces el personal se rehúsa porque no entiende o porque no sabe leer, o porque no saben inglés. Pero bueno, hay muchas cosas que son solo de tocar y hacer. Y si no es el peón, por ahí tenés al ingeniero agrónomo. Arranquen de a poco pero arranquen. Yo apliqué una cosa distinta por año.
Muy bueno
Buen día, gracias por el artículo, Temple Grandin y lo Digital, son inmenso progreso pero sin Voisín quedan en nada.
Respetar sus dos primeras leyes son fundamentales para el suelo.
Exacto, primero el suelo y el pasto, la vaca luego se acomoda sola, siempre que sea un biotipo pastoril.
Importante información para el ganadero