El 18 de octubre pasado, el diario La Nación publicó un artículo donde se informaba que Fernando Brun, el número dos de la Cancillería argentina, y otros tres altos funcionarios del gobierno de Javier Milei habían viajado hacia “una diminuta isla del Caribe” con “pasaje en primera y hotel cinco estrellas”.
La comitiva oficial participó de la Semana de la Agricultura del Caribe. O más bien esa era la excusa, pues se trató de una invitación cursada desde el IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura) en el marco de una fuerte interna para quedarse con la silla de director general de ese organismo de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La conducción del IICA hoy la ejerce un argentino, Manuel Otero, que de todos modos ha cumplido dos mandatos y debe dar un paso al costado. Para sucederlo, este martes 4 de noviembre se hará en Brasil una cumbre de todos los ministros de Agricultura del Continente y una votación secreta entre ellos para elegir a quien manejará el timón. Como telón de fondo, se repite en ese escenario una puja entre los países agroexportadores del Mercosur y la comunidad de países del Caribe, que en general son importadores de alimentos y suelen tener otra agenda de prioridades.
La Argentina todavía no parece tener su voto todavía decido, o por lo menos no se conoce oficialmente una posición. Si por tradición diplomática fuera, no habría dudas y el país debería inclinarse por apoyar a uno de los candidatos en carrera, presentado por Uruguay y que también tiene el firme respaldo de Brasil. Se trata del ex presidente de la Asociación Rural del vecino país y también ex ministro de Agricultura de Luis Lacalle Pou. A pesar de esa filiación política, el actual gobierno de Yamandí Orsi apoyó en marzo su candidatura para dirigir el IICA.
Es aquí conde el curioso viaje del segundo de la Cancillería local y otros altos funcionarios -entre ellos el secretario de Producción Agropecuaria dependiente del Ministerio de Economía, Manuel Chiappe- cobra sentido. El festejo de la semana de la agricultura del Caribe, sucedido en la pequeñísima isla San Cristóbal y Nieves, el país más chico del continente americano, era una reunión organizada justamente para impulsar la postulación de otro candidato opuesto al uruguayo Mattos. Se trata del agrónomo Muhammad Ibrahim, que proviene de Guyana. De allí la relación directa entre esta viaje y la elección en el IICA, un organismo internacional que maneja un presupuesto de 1.000 millones de dólares anuales.
Había una tercera candidata, que era la ministra de Agricultura de Honduras, Laura Suazo, pero ésta declinó su postulación en las últimas horas.
Tras un proceso enriquecedor de postulación a la Dirección General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y por motivos de fuerza mayor notifico que he decidido declinar mi candidatura , informando oficialmente al IICA el pasado lunes.
Agradezco… pic.twitter.com/ocFemPVlO4
— Laura Suazo (@LauraSuazoT) October 31, 2025
El 22 de octubre, a poco de la publicación en La Nación de la singular visita de funcionarios argentinos a la isla caribeña, renunció sorpresivamente a su puesto en la Cancillería el empresario Gerardo Werthein, sin ni siquiera esperar el resultado de las elecciones que sucederían cuatro días después. No está claro si ese desenlace estuvo relacionado con aquel viaje pero, más bien, el alejamiento parece ser por un conjunto de razones. Pero en diplomacia, bien dicen, nada debe descartarse.
Quienes no descansan en esta búsqueda de imbrincadas relaciones, recuerdan que uno de los principales soportes políticos a la candidatura del guyanés Ibrahim (y por lo tanto uno de los organizadores de ese viaje) es el primo del ex canciller. El argentino Jorge Whertein, en rigor, es desde hace varios años asesor senior de la conducción del IICA en Costa Rica, donde el organismo tiene su sede central.

En la interna del IICA el primo del ahora ex canciller de Milei juega sus porotos a favor del guyanés porque éste no proviene de la política (es decir, no fue ministro de un país americano, como sí lo son Mattos o Suazo), sino que pertenecería a la propia casa: Ibrahim fue director de Cooperación Técnica del IICA luego de dirigir el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE).
Los países que integran el IICA son 34. Es decir que en la elección de la nueva conducción del organismo durante la Conferencia de Ministros de Agricultura de las Américas (JIA2050) que comienza el lunes en Brasilia, se necesitarán 18 votos para elegir a un nuevo director general del organismo.
El agrónomo guyanés, al parecer, ya cuenta con el apoyo de la Comunidad del Caribe (Caricom), que está integrada por 15 países, además de otras naciones como Paraguay. Se supone que también los países de América del Norte se inclinarían por este candidato más dócil a los intereses, sobre todo, de los Estados Unidos.

En las últimas horas se especuló con el apoyo de Washington al candidato de Guyana. “El USDA espera con interés trabajar con Ibrahim en el IICA y continuar una asociación constructiva con Guyana”, señaló un tuiter que trajo confusión, porque se atribuyó al Foreign Agricultural Service, la agencia de servicios exteriores del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
“Fue una burda operación del candidato guyanés en la desesperación, porque no juntan los votos “, dijeron desde el entorno del uruguayo Mattos, dando cuenta de que el mensaje no surgió del USDA sino de un simple agregado agrícola con base en el Caribe. Uruguay considera que Estados Unidos finalmente apoyará a su candidato.
Y es que Mattos no se rinde. Afirma que es quien mejor sintetiza sobre todo los intereses más concretos de los países agroexportadores del sur, en especial Uruguay, Brasil y Chile, pero también de Estados Unidos y Canadá.
Además, como la reunión se realiza en Brasilia, los partidarios del candidato uruguayo todavía no dan por perdida esta partida. Un dato clave es que la poderosa cancillería Itamaraty y el ministro local de Agricultura, Carlos Fávaro, no parecen dispuestos a perder una elección en su propia casa. Por eso Brasil se cargó al hombro la candidatura de Mattos (quien además tiene doble nacionalidad brasileña y uruguaya ) y ya reservaron 7 salas para las bilaterales previas a la elección.
En estas contiendas voto a voto siempre es difícil pronosticar un resultado, ya que el voto de cada ministro americano es además secreto y abundan las negociaciones de último momento.
En este contexto, llama entonces poderosamente la atención la indefinición de la Argentina. Otero, el presidente saliente, ha decidido no jugar personalmente en esta partida, para no condicionar a nadie. Pero eso no quiere decir que el gobierno argentino deba permanecer prescindente.

Pese a las intrigas palaciegas dentro del propio gobierno, esta disputa no pasa desapercibida para los productores, que están temerosos de un giro de las posiciones en defensa de la agricultura del Mercosur (especialmente frente a las crítricas de tono ambiental que surgen de Europa), que se han manifestado tan nítidamente en la gestión del argentino Otero.
Días atrás, la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM) manifestó su apoyo a Mattos. Pero además la Sociedad Rural Argentina (SRA) hizo suya la candidatura.
Nicolás Pino, uno de los dirigentes empresarios de mayor llegada a MIlei, incluso afirmó: “Desde la SRA nos enorgullece que la República Argentina respalde la continuidad de la región sur al frente de este Instituto que es clave para el desarrollo de la agricultura de las Américas”.
El próximo 4 de noviembre se elegirá al nuevo Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Uno de los principales candidatos será el uruguayo Fernando Mattos, que representará a la región sur.
Días atrás, la Federación de Asociaciones…
— Sociedad Rural Argentina (@SociedadRural) October 25, 2025
La elección del nuevo director general, según el programa de la reunión de ministros de las Américas, sucederá el martes 4 a partir de las 16,50.
El miércoles 5, a horas de la mañana, continuarán las deliberaciones y, entre otros paneles, habrá uno dedicado a construir una “nueva narrativa de la agricultura de las Américas, con la visión desde los medios de comunicación”. Expondrán allí un editor de Globo Rural, un medio masivo de Brasil, y también el argentino Héctor Huergo, el histórico editor de Clarín Rural, desde donde se instaló una muy dudosa épica “segunda revolución de las pampas”, que hace eje en el fuerte crecimiento de la producción y las exportaciones agrícolas, pero se omite en el relato tanto la degradación de los recursos naturales como la desaparición de la mitad de los productores en las últimas décadas.

Al parecer bastante a tono con ese relato, Otero y el IICA ya habían premiado a Huergo en el último congreso de los grupos CREA en Buenos Aires.
De todos modos, lo más seguro es que tanta “narrativa” cambie según sea el resultado de la elección. Eso nunca falla.





