En las últimas horas, la ex ONCCA (ahora DNCCA, Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario) envió a unas 170 plantas de molienda de trigo que existen en el país un aviso para recordarles que, a pesar de que en estos dos meses de cuarentena no pudo realizar inspecciones físicas a los molinos, está cruzando la información que recibe de los de controladores electrónicos de molienda (CEMT). Y que así le será muy sencillo dar con quienes están procesando trigo en negro aprovechando la crisis del Covid-19.
El texto oficial enviado a la industria molinera es cortito y claro: “Hasta tanto se reanuden las inspecciones in situ, se continúan realizando tareas de fiscalización a partir del análisis y cruce de información de la operatoria tanto entre la DNCCA, la Dirección de Informática del Ministerio de Agricultura (que releva la información recibida por los CEMT) y la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos). En virtud de ello, en los próximos días, determinados operadores comenzarán a recibir requerimientos específicos de información, a fin de aclarar las inconsistencias o anormalidades que pudiéramos haber detectado”.
El problema es que desde el 19 de marzo, cuando se decretó la cuarentena, los inspectores de la ex ONCCA tuvieron que cesar con sus controles cotidianos a plantas de molienda, pues no fueron considerados dentro de las actividades esenciales y debieron ajustarse a las normas generales para toda la administración publica.
Con el relajamiento no querido de los controles presenciales, un grupo de empresas volvieron a la carga y a vender harina en negro. Lo dijo a Bichos de Campo con todas las letras el titular de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli: “Quiero aclarar que el 95% de las empresas hacen las cosas que deben hacer, pero hay un 5% de las empresa que ante la imposibilidad de las inspecciones físicas comenzaron a hacer de las suyas”.
Trampas Dos: En los molinos ya inventaron un “agujerito” para evitar los controles
Según el directivo industrial, “nosotros tenemos un sistema de denuncias anónimas en la Federación, que de estar muy tranquilo pasó a recibir en las últimas dos semanas denuncias de todo tipo sobre ventas en negro. El Ministerio debe estar observando lo mismo que nosotros y por eso la preocupación es compartida”, indicó Cifarelli, que calculó que “estamos de nuevo en una evasión que, pese a no alcanzar los niveles de otros años, estará entre el 10% y el 15%” de los volúmenes de molienda.
La Argentina demanda unas 6 millones de toneladas de trigo por año para atender su consumo interno, por lo que la industria molinera debe moler cerca de medio millón de toneladas por mes. Por lo tanto, la posible venta en negro implicaría entre 50 mil y 75 mil toneladas.
Para enfrentar la evasión, que en otros tiempos llegó a ser de 20% o 25%, durante el gobierno anterior la oficina conducida por Marcelo Rossi, al igual que lo hecho con las plantas de faena de bovinos y porcinos, obligó a todas las empresas molineras a colocar esta especia de “caudalímetros”, que además disparan de modo constante la información que registran hacia el Ministerio de Agricultura. Este plan se realizó en acuerdo con la FAIM y con APYMINRA, que agrupa a los molinos más pequeños. La molienda en negro, en un sector con alta capacidad ociosa, hace estragos entre los operadores que intentan cumplir con las reglas.
En tiempos normales, los inspectores de la DNCCA verificaban in situ el buen funcionamiento de los CEMT y sobre todo que no haya habido adulteraciones. Estos controladores son una suerte de cajas negras que registran por un lado el caudal de trigo procesado por cada molino, pero a la vez toman nota de otros indicadores útiles para el control, como el consumo de electricidad en cada establecimiento. Esa es una de las variables que ahora podrían utilizarse para verificar la situación de cada planta.
“Se le recuerda a los operadores que las irregularidades graves serán pasibles de la aplicación de las medidas preventivas (suspensión de la matrícula) previstas en la normativa vigente para la actividad, sin necesidad de notificación previa”, dicen el preaviso de la ex ONCCA a los molinos. Y les aclara: “En virtud de que no deseamos aplicar esta medida, solicitamos la mayor colaboración y apelamos a la responsabilidad de los operadores en el cumplimiento de la normativa vigente”.
En el organismo esperan poder retomar los controles presenciales a partir del 24 de mayo, obviamente cumpliendo con los protocolos sanitarios del caso. Una muestra de ello es que ya han hecho los pedidos de barbijos y otros elementos de protección para el personal a las autoridades del Ministerio.
Muy desubicados referirse de esa manera a industries molineros en general y no en forma puntual a quienes cometen ese tipo de delitos donde los primeros perjucados son sus propios colegas que ven perder volúmenes de ventas por esa competencia desleal .Un título desafortunado
Disculpen. Con solo leer la nota completa y no solo el título queda claro que los supuestos evqasores no son todo sino una pequeña minoría que afecta al conjunto. Lo dice textual y con porcentaje el presidente de la FAIM: 95% cumple y 5% son los vivos que afectan a la mayoría. Lean toda la nota, por favor.
Meten a todo el sector en la misma bolsa, hablar de un sector en general, eso no es periodismo es amarillismo, el periodismo debe ser objetivo.
Está perfecto los más grandes evasores fiscales son los del campo y la mayoría de las industrias primarias sino fíjense en por citar algunos ej Agrotorressi SA de Casilda Santa Fe a comienzo de los años 2000 vendían helados en la calle Buenos Aires de esa ciudad hoy todo un imperio e Industria frigoríficas Matievich SA evade y mata en negro 7 frigoríficos entre otros investiguen son unos ladrones y mangas de coimeros estos ” Sres ” donde están los inspectores q se dejan cometiar cárcel Sres cárcel !!!!!!!