Un equipo de investigación del INTA Marcos Juárez, en Córdoba, presentó cinco nuevas variedades de soja que, a pesar de no haber sido modificadas genéticamente (es decir que no son transgénicas), tienen “rasgos diferenciales”, como un buen comportamiento sanitario, fenológico, productivo y de calidad industrial.
“Nuestro objetivo es colaborar en la generación de una herramienta tecnológica que contribuya a impulsar sistemas productivos de granos con valor agregado biológico”, expresó Diego Soldini, especialista en mejoramiento genético del INTA y obtentor de los nuevos cultivares.
En al experimental de Marcos Juárez esta campaña se están multiplicando cinco nuevos cultivares que poseen rasgos diferenciales: INTA ALIM4C No OGM, INTA ALIM4M No OGM, INTA ALIM4L No OGM, INTA ALIM5C No OGM y INTA-FICA5C k/lx.
Soldini y su equipo trabajan en el desarrollo de cultivares de soja no modificados genéticamente (no OGM) que tengan buen comportamiento sanitario, fenológico, productivo y de calidad industrial, según las demandas específicas de la agroindustria nacional y de los mercados internacionales. La soja convencional es una franca minoría en la oferta nacional de soja (se estima que el 99% del cultivo es de variedades modificadas), pero tiene mercados de nicho y suele usarse para atender el mercado de consumo humano.
¿Cómo se obtiene una variedad no modificada genéticamente? Soldini explicó que “el proceso para la obtención de una variedad no OGM es el mismo que se utiliza para desarrollar materiales tipo commodity o RR (resistentes al glifosato). “Sin embargo, las principales diferencias entre ambos materiales son que, los no OGM, no poseen genes exógenos, tienen mayor porcentaje de proteína en el grano, granos más grandes, color claro del hilo de la semilla y mayor contenido de azúcares deseables, entro otros aspectos”, enumeró el experto.
En el INTA apuntan al desarrollo de germoplasmas de soja con características especiales de calidad, como: alto contenido de aceite y proteínas, ausencia de factores antinutricionales y de lipoxigenasas y material genético con perfiles alterados de ácidos grasos, incluyendo bajo contenido de ácido linolénico. “Los nuevos materiales genéticos incorporan características biológicas especiales”, puntualizó el especialista del INTA.
“El tamaño de grano es un componente importante del rendimiento y, en términos de calidad, el mayor tamaño contribuye a una menor proporción del tegumento (cáscara), lo que se traduce directamente en una mayor concentración de proteína y de otros componentes de las harinas”, explicó.
El color amarillo del hilo es un elemento utilizado como diferenciador en la producción de granos con calidad diferencial, debido a que el color negro o castaño oscuro (propio de la soja transgénica) afecta la calidad visual y repercute en el precio del producto.
El factor antinutricional es muy importante debido a que limita el uso de la harina de soja como alimento, principalmente en animales monogástricos. “Las nuevas variedades limitan la expresión de los genes que provocan una disminución de la digestión y absorción induce hipersecreción de enzimas pancreáticas y provoca hipertrofia e hiperplasia pancreática”, indicó el investigador del INTA.
Todo suma. El técnico del INTA evaluó que estas sojas convencionales (que ahora son la rareza) permiten “abastecer nichos de mercados especiales que bonifican la calidad”.
En la actualidad, el mercado de semillas de soja no OGM es bastante reducido y las transacciones se realizan con cierta exclusividad: la producción y la comercialización se da a través de la firma de contratos exclusivos con Pymes del sector productivo e industrial. De esta manera, “desde el INTA ponemos a disposición semillas de cultivares de soja no OGM que poseen un piso del 40% de proteína, para su posterior industrialización o uso directo”, expresó Soldini.
Las nuevas variedades INTA ALIM4C No OGM, INTA ALIM4M No OGM, INTA ALIM4L No OGM, INTA ALIM5C No OGM y INTA-FICA5C k/lx fueron inscriptas en el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE). “Si bien estos materiales no están a la venta, si están bajo uso exclusivo de los socios de los convenios de vinculación tecnológica”, aclaró Soldini.