Durante la ceremonia del Día Mundial del Suelo celebrada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se otorgó el Premio Mundial del Suelo Glinka 2017 a la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID).
“El premio es un reconocimiento a los esfuerzos desarrollados por la asociación para promover prácticas sostenibles de gestión de suelos en el campo, los que permiten luchar contra su erosión y contribuir de forma directa a la seguridad alimentaria tanto de Argentina como de América del Sur y el resto del mundo”, informó la FAO en un comunicado.
El Premio Mundial del Suelo Glinka –que recibe su nombre del científico pionero ruso Konstantin D. Glinka-, fue establecido en 2016 por la Alianza Mundial por el Suelo, con el apoyo de la Federación de Rusia. Distingue a individuos y organizaciones cuyo liderazgo y actividades han contribuido a promover el manejo sostenible del suelo y la protección de sus recursos.
El video que anunció al ganador destaca que AAPRESID ha hecho claras contribuciones al mejoramiento de la calidad de los suelos para aumentar la producción de alimentos. Pedro Vigneau, su presidente, fue quien recibió la distinción.
No fue la única buena noticia de la reunión internacional realizada en Roma. Durante las celebraciones, la FAO presentó además el mapa más completo hasta ahora sobre las reservas de carbono en los suelos jamás elaborado, hecho con la participación de todos los países en el mundo.
El Mapa Mundial de Carbono Orgánico del Suelo, muestra que en todo el mundo, los 30 primeros centímetros del suelo contienen alrededor de 680 000 millones de toneladas de carbono, una cantidad significativa comparada con el total del carbono almacenado en la vegetación (560 000 millones de toneladas).
La buena noticia es que la Argentina figura entre los diez países del planeta que concentran más del 60 por ciento de esas 680 000 millones de toneladas de carbono. Los otros son Rusia, Canadá, EEUU, China, Brasil, Indonesia, Australia, Kazajstán y la República Democrática del Congo.
Según Sally Bunning, Oficial de FAO, “Los suelos turbosos, las tundras, los pastizales e incluso las tierras áridas son fundamentales por sus contenido de carbono orgánico, y deben realizarse esfuerzos globales para protegerlos.”.
Los suelos del mundo actúan como el sumidero de carbono más grande de la tierra, reduciendo los gases de efecto invernadero en la atmósfera. Aumentar su papel podría compensar significativamente el rápido aumento del dióxido de carbono en la atmósfera. De hecho, en una decisión histórica sobre agricultura, la reciente conferencia sobre cambio climático en Bonn (COP23) reconoció la necesidad de mejorar el carbono, la salud y la fertilidad del suelo.
En América Latina y el Caribe, la Alianza Suramericana por el Suelo realizará un simposio regional sobre carbono orgánico del suelo en Río de Janeiro, Brasil, durante 2018, durante la cual se buscará conformar una red latinoamericana de carbono del suelo.