El tradicional congreso sobre trigo y cultivos de invierno, A todo trigo. no se pudo organizar de forma presencial como ocurría cada dos años en la ciudad de Mar del Plata, debido a la cuarentena por el coronavirus. Pero logró estructurarse con la misma calidad informativa de forma remota con los disertantes desde sus casas.
El denominador común en todas las charlas es la gran oportunidad que parece tener el trigo durante este año, basándose en cuestiones climáticas y de precio a futuro. Daniel Miralles, coordinador del panel técnico, mostró que las reservas hídricas en toda la región pampeana son más que adecuadas para “arrancar con el tanque lleno” el ciclo del cultivo, y las proyecciones a futuro hablan de un año Neutro, ni Niña ni Niño. Esto resulta ideal para no entorpecer el resultado exitoso del cereal.
“Las condiciones están dadas, pero tenemos que focalizarnos en el manejo y la nutrición para lograr trigos de alta calidad y rinde, ya que la relación insumo/producto es favorable. No pensemos en hacer trigos baratos que no tenemos como antes un solo gran comprador -Brasil- sino que contamos con 16 destinos distintos”, pidió Miralles.
Para generalizar el buen panorama que se vislumbra para el trigo en los margenes agrícolas -siempre calculado con una soja de segunda luego de su cosecha-, Pablo Calviño comparó la mejor zona para el trigo en el país, conocida como Mar y sierras (Tandil, Balcarce, Lobería y Necochea), con el sudeste de Córdoba, donde se da bien la soja y el maíz. Llegó a la conclusión de que el trigo gana en márgenes en ambas zonas. Dijo causarle una gran sorpresa esto, que está fundamentado básicamente en los precios actuales.
En el gráfico que mostró Calviño, se nota claramente como el tándem trigo-soja (línea roja) le gana en margen a una soja de primera (azul) y al maíz (verde), en el sudeste de Córdoba, calculando 3,7 toneladas por hectárea (tn/ha) para la soja y 9,3 tn/ha para el maíz. La línea amarilla que copia bastante a trigo-soja es el girasol alto oleico, pero tiene la debilidad de que su precio es muy inestable y termina siendo poco claro a futuro.
Calviño agregó que, ahora que están en boga los cultivos de servicio, el trigo resulta el mejor cultivo con este fin y que es amigable con el medio ambiente por la banda toxicológica de los productos químicos que se utilizan. Al igual que Miralles, instó a evaluar bien la fertilidad con especial hincapié en el nitrógeno y el fósforo, siendo el primero el que dará la calidad proteica del grano y el segundo la fortaleza de la planta y sus macollos.
También apuntó un tema que pocos advierten y es el ciclo del cereal a sembrar. “Tengamos en cuenta que tres días de cosecha más tarde, son 60 kilos menos para la soja que sigue”, marcó.
Gustavo Duarte, evaluó el manejo del cereal invernal y destacó sobre todo darle una buena nutrición al cultivo. “Tenemos que invertir en fertilizantes, porque la ecuación insumo/producto da positiva y sobre todo en fósforo”, destacó.
Para graficar dicha relación, el especialista en fertilidad, Fernando García, mostró la relación para los principales nutrientes, nitrógeno (N), fósforo (P) y azufre (S), todos positivos:
Ahora bien, las cuestiones agronómicas parecen estar claras para encarar la siembra del cereal. Lo que esperan los principales actores de la cadena es el apoyo del Gobierno para no encontrar dificultades nmi que cambien las reglas de juego a mitad del río.
Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores, la organizadora del congreso, pidió: “Si vamos a ser jugadores de peso mundial en alimentos necesitamos empoderar al Ministerio de Agricultura, con poder de decisión y de veto ante otros ministerios. Debemos fortalecer la Agencia Nacional de Comercio e Inversión para la Promoción e Inteligencia comercial. Agricultura y Cancillería deben trabajar en conjunto”.
“Necesitamos que la política le dé al sector la importancia que tiene”, apuntó.
Frente a este reclamo, el ministro de Agricultura, Luis Basterra, dijo: “Estamos haciendo los esfuerzos necesarios para que el aporte de la producción triguera sea el mínimo indispensable de acuerdo a las condiciones. No aplicamos el tope para los derechos de exportación”, recordó. Se refirió así a que el gobierno no elevó las alícuotas de retenciones que paga el cereal, y que permanecieron en 12% cuando el Congreso había habilitado elevarlas al 15%.
“Demostramos que actuamos para que el campo pueda trabajar de forma segura y aspiramos a que se siembre y coseche más trigo, cubramos las necesidades del mercado interno y podamos exportar”, comentó. También aseguró que el mercado de Brasil será satisfecho convenientemente. “Aspiramos a que la Argentina siembre y coseche más trigo para el mercado interno y para nuevos mercados”, cerró.