Mauricio Macri se encontraba a unos pocos metros de distancia. Lo certificaba la fuerte presencia de policías y gendarmes en torno al Centro Cultura Kirchner, ex Correo Central. Sus funcionarios dirían después que había allí una reunión del gabinete ampliado y arduas negociaciones con los gobernadores por el Presupuesto, y que el Presidente no podía desatender esas tareas…
Lo cierto es que enfrente del CCK, justo enfrente, en el edificio de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, decenas de dirigentes del cooperativismo agropecuario abarrotaron el salón de actos y esperaron en vano que el presidente cruzara la avenida Corrientes y tuviera un gesto con el sector agropecuario. Hubiera sido como una caricia balsámica luego del cachetazo que le propinó la semana pasada, con la implantación de nuevas retenciones a todos los productos exportables.
Desde hace rato que Macri había sido invitado a inaugurar el primer congreso internacional organizado por Coninagro, una de las cuatro entidades de la Mesa de Enlace que dos meses atrás escucharon de boca del presidente que las retenciones ni iban a volver jamás porque él mismo las consideraba “un pésimo impuesto”. El programa esperaba la presencia del Presidente a las 9,30, en la inauguración de la jornada. Pero solo asistió el gobernador peronista de Salta, Juan Manuel Urtubey, que tiene apetencias presidenciales. De Macri no se supo nada.
Así se perdió el Presidente una buena posibilidad de comenzar a cicatrizar con un sector que lejos parece estar de querer enfrentarlo a pesar de los ingratos anuncios que la crisis le obligó a tener que dar la semana pasada: la degradación del Ministerio de Agroindustria y la creación de un derecho de exportación adicional a los que ya paga el complejo sojero, y que será de 3 o 4 pesos por dólar exportado, lo que equivale a una neo-retención de entre 7 y 11% para todos los productos.
Horas después sí asistió una de las principales aliadas políticas de la alianza de Gobierno, la diputada Elisa Carrió, pero sus explicaciones políticas lejos están de ser las que puedan convencer a los productores sobre el nuevo camino tomado por el gobierno. Lilita se victimizó como si fuera ella la que ahora perderá una tajada de su ingreso.
Dijo: “No pudieron con nosotros ni los de afuera ni los de adentro. Evitamos el golpe institucional”. Tras lo cual defendió el nuevo esquema de derechos de exportación porque “nos permite sostener la República y sostener un modelo de campo ligado a la industria y a las pymes”. Insistió además con eso de que a ella la sacarán “muerta” de la Casa Rosada si acaso insistieran los golpistas.
“La verdad es mucho más dolorosa de lo que dicen los diarios y de eso se sale fortalecido. El campo empieza a ser valorado porque la sequía demostró que nuestros únicos recursos genuinos vienen del campo. Ustedes son la Argentina del futuro y la tradición del pasado”, trató de compensar la diputada, con lindas palabras, la ausencia de funcionarios del Poder Ejecutivo haste ese momento. A última hora de la tarde el titular de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, se acercó a la reunión de los cooperativistas. “Lo que hace sostenible una actividad en el tiempo es la competitividad estructural”, remarcó, tratando de defender las mesas que organiza con todos los sectores.
Una pena, insistimos. Porque Carlos Iannizzotto, el titular de Coninagro, lejos estuvo de lanzar un discurso convocando a una guerra de guerrillas o a un rebrote de la lucha contra la 125. Muy lejos de eso, el mendocino destacó la importancia del cooperativismo rural y ofreció: “Queremos ser protagonistas de un modelo productivista, de agregado de valor, que fortalezca el mercado interno y que sea competitivo a la hora de ofrecer nuestros alimentos al mundo”.
Eso sí, Iannizzotto reclamó al gobierno que “se debe enfrentar el desafío ineludible de reorientar aspectos económicos que basados solo en miradas monetaristas ahogan el esfuerzo de nuestra gente”. Y le advirtió que el campo “no soporta más impuestos”.
En el discurso de apertura, antes del inicio de una jornada que estuvo plagada de ejemplos de experiencias cooperativas exitosas, el presidente de Coninagro fue fundamentalmente propositivo y planteó una agenda para superar el mal trago del momento, fomentando la producción y en especial a las llamadas economías regionales. Dijo:
- Que urge una definición para tener una Ley de Semillas, y una ley vinculada al Suelo y el ambiente, es decir legislación que estimule las Buenas Prácticas en las actividades agropecuarias.
- Pidió una ley que le otorgue personería jurídica a los proyectos asociativos, como los consorcios camineros, para que sean sujeto de crédito y tengan los mismos beneficios de las pymes.
- Bregó por la creación de las Cooperativas de Crédito, juntos a otros modelos asociativos productivos rurales, complementadas con Sociedades de Garantías Recíprocas (SGR), para que puedan las cooperativas cumplir la función de financiar directamente a los productores sin necesidad de basar por un banco.
- “Las Cooperativas de Crédito podrían captar capitales de las propias Economías Regionales y destinarlas a crédito productivo en un monto cercano a los 1.000 millones de dólares, casi el 10% de la facturación del complejo agroindustrial”, estimó.
- Dijo que además “es necesario generar un fondo anticíclico para poder hacer frente a contingencias climáticas, de compensación logística, fitosanitarias y/o financieras. Es por ello, que proponemos la creación de un Programa Anticíclico de las Economías Regionales”.
- Ese fondo podría financiarse “modificando la actual Tasa de Estadística” que grava las importaciones. Según los cálculos del dirigente, en función de las proyecciones para 2019 y de acuerdo al tipo de cambio, “podríamos crear un Fondo de Economías regionales de casi 1.200 millones de pesos y al mismo tiempo dotar al INTA por otros 1.200 millones para Programas Regionales de Valor Agregado y a Cancillería con otros 1.500 millones de pesos más para promoción de exportaciones”.
- Por otro lado, Iannizzotto consideró fundamental el desarrollo de seguros multirriesgo. “Necesitamos una rápida definición a este tema, donde nuestras asociadas, La Segunda y SanCor Seguros, están trabajando mucho para lograr una Ley”, avisó.
- Pidió la creación de un Programa Habitacional Rural que permita construir 100.000 viviendas. “Hay que animarse a desarrollar un Pro.Cre.Ar Rural que sería una medida revolucionaria para todo el interior de nuestro país”, aseguró.
El presidente de Coninagro, en definitiva, habló en un tono adecuado como para volver a poner en línea los intereses del sector con los del gobierno de Cambiemos.
“Si nuestro proyecto de Ley se concreta, creemos que Argentina podría sumar 12.000 millones de dólares en concepto de exportaciones más de base, en un lapso de 5 años. De llevarse a cabo todas las medidas propuestas, podrían adicionarse la creación de 20.000 puestos de trabajos directos e indirectos en promedio por año”, exageró Iannizzotto.
Para cambiar de onda, a Macri le hubiera venido bien escucharlo.