El proyecto se llama “Corredor de Conservación del Arroyo Ayuí Grande” y está asociado a una reserva del mismo nombre (de la empresa forestal Masisa) de 215 hectáreas a lo largo del arroyo Ayuí, cerca de la ciudad de Concordia, en Entre Ríos.
El proyecto nació en 2007 para cuidar las aguas y su ambiente natural, para lo cual se buscó el compromiso de los productores de la zona, que también pidieron controlar los basurales que se formaron, controlar la entrada de intrusos y también el robo de ganado.
“La idea surgió al comprender que se requería del esfuerzo de la comunidad para asegurar la preservación de este ecosistema”, describe Lilian Roman (foto), coordinadora territorial y de desarrollo rural del INTA Concordia. “Y así se comenzó a contactar vecinos y municipios para lograr su compromiso para cuidar el arroyo y su ambiente natural cercano en el tramo de su propiedad, tanto pública como privada”.
El arroyo Ayuí Grande abarca cuatro municipios del departamento Concordia hasta desembocar en el río Uruguay, apenas debajo de la Represa Salto Grande. Los municipios son Concordia, Colonia Ayuí, Los Charrúas y La Criolla, un área principalmente dedicada a forestación de eucaliptos, citricultura, ganadería extensiva, cultivo de arándanos y, en menor medida, turismo.
“Varios vecinos son productores agropecuarios y otros sólo tienen casas de fin de semana o se dedican al turismo, pero todos firmaron un convenio con la Fundación Hábitat y Desarrollo donde se comprometieron a no desmontar bosque nativo, a no pescar con trasmallo y a no obstaculizar el curso de agua ni aplicar agroquímicos a 50 metros del arroyo. Tampoco pueden lavar maquinaria ni plantar algunas especies exóticas ornamentales de gran poder invasor como acacia negra, paraíso, crataegus, ligustro o ligustrina”, resume Lilian.
Desde sus inicios el proyecto contó con el apoyo de la Fundación Hábitat y Desarrollo, la empresa Masisa y el área de Medio Ambiente de la Municipalidad de Concordia. Luego se sumaron otros municipios, el auspicio de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, que es un organismo binacional (Argentina/Uruguay) y el respaldo del INTA Concordia a través del campo experimental “El Alambrado”, que contiene 7 kilómetros de arroyo cerca de su desembocadura.
“El objetivo ambiental es mantener la calidad del agua del arroyo, la flora y fauna autóctona asociada y los procesos ambientales que allí se desarrollan”, detalla Lilian. “También los aportes que este paisaje brinda a los pobladores, el mantenimiento de flores silvestres para la apicultura y agricultura, de predadores de plagas para la citricultura y la forestación, y de pastura natural, agua limpia y árboles de sombra para la ganadería”.
Para monitorear la efectividad del Corredor de Conservación se eligió como indicador la presencia de lobito de río, una especie amenazada por la caza furtiva y la pérdida de hábitat, que se desplaza a lo largo del arroyo y cuya presencia depende la existencia de gran variedad de presas.
“En muchos casos el Corredor viene a formalizar el respeto y cariño que muchos vecinos tienen por este y otros arroyos similares, con sus playitas de arena, bosque en galería, ceibales, espinillares, pajonales y pastizales; todos los habitantes de la zona pasaron buenos momentos allí o en arroyos similares durante su infancia”, describe Lilian.
“Por eso no encontramos resistencia a promover el cuidado del arroyo Ayuí Grande, salvo por la lógica desconfianza que puede tener un productor o vecino por alguien que viene de afuera a plantear algo desconocido. Por eso creemos que la integración formal de INTA Concordia al proyecto suma muchísimo ya que es una entidad con prestigio local y gran inserción territorial”.
Actualmente el Corredor está integrado por 18 propietarios cuyos predios contienen tramos del Arroyo Ayuí Grande y la idea es sumar más productores; cuentan con 2 cámaras trampa que colocan entre 30 a 45 días en los predios como manera de comprobar qué especies de fauna se desplazan por el arroyo y el bosque ribereño.
“El Corredor está planteado como una mesa de diálogo entre vecinos, con presencia del INTA Concordia, CTM Salto Grande y la Fundación Hábitat y Desarrollo”, resume Lilian. “La idea es trabajar temas como el control de flora leñosa exótica, la divulgación de los recursos naturales y culturales del arroyo, la erradicación de minibasurales y el control de caza furtiva y el abigeato”.