La soja vale más de 500 dólares en todo el mundo, aunque aquí se pague menos por efecto de las retenciones del 33%. Por lo tanto, el impacto de ese altísimo precio sobre todas las cadenas que derivan de ese grano es inevitable, aquí y en la China. Sucede con el mercado del aceite, de las harinas proteicas y también del biodiésel.
El biodiésel sale caro, es cierto. Pero mientras que en la Argentina las petroleras están convenciendo al gobierno de aniquilar el régimen a favor de los biocombustibles, o en todo caso llevar el corte obligatorio del gasoil a un piso mínimo de 5%, en Brasil se acepta reducir temporalmente la participación de ese derivado de la soja, pero respetando un piso del 10%.
Según cuentan los medios brasileños este martes, el gobierno federal confirmó que reducirá la mezcla de biodiesel en el gasoil cuando realice una nueva subasta de biodiesel. La mezcla obligatoria bajará del 13% al 10% para abastecer el mercado en los meses de mayo y junio, según una nota conjunta de los Ministerios de Minas y Energía (MME) y de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (Mapa). Ese 10% es el mismo corte hoy vigente en la Argentina, aunque si no se prorroga la Ley de Biocombustibles vigente desde 2006, y que vence en mayo próximo, no será obligatorio cumplirlo.
Obviamente, el motivo de esta reducción en el vecino país es que el gobierno gobierno de Brasil está disconforme con los elevados precios del biodiesel. Cuando se suspendió la última licitación la semana pasada, el precio promedio del producto era de 7.028,51 reales por metro cúbico. Esto era más caro todavía, mucho más caro, que el biodiesel récord de la historia en el vecino país, que había valido 5.576,74 reales.
“El Gobierno trabaja para fortalecer y consolidar el mercado brasileño de biocombustibles, pero en un entorno que permite la competitividad, buscando garantizar el suministro nacional y preservando el interés del consumidor en el precio, calidad y oferta del producto”, dice el comunicado de ambos ministerios, que anuncia la poda.
Esta es la cuarta vez que el gobierno ha modificado la mezcla obligatoria. Las otras tres veces, sin embargo, se tomó la medida para reducir el riesgo de escasez en el mercado. Y no por los altos precios.
El documento también destaca la Política Nacional de Biocombustibles (RenovaBio) como referencia mundial en reducción de CO2 y que varios países utilizan el ejemplo brasileño en la adición de biodiesel al diesel de origen fósil. La Unión Europea agrega 7% de ese biocombustible. La India acaba de anunciar que va a agregar etanol en la mezcla con gasolina, en una proporción del 10%. Es lo mismo que ocurre en los Estados Unidos de América.
En la Argentina los porcentajes de corte son del 12% para las naftas (en partes iguales entre bioetanol de maíz yd e caña de azúcar) y de 10% para la soja. Pero un anteproyecto de diputados cercanos a Máximo Kirchner busca reducir varias veces esos porcentajes.
El biodiésel brasileño tiene una mayor proporción de materia prima en aceite de soja, con alrededor del 71%, y el resto proviene del sebo de vacuno (muchas veces importados desde la Argentina) y otros aceites. Las previsiones de cosecha de soja para el presente año apuntan a un crecimiento del 10% (de 124 a 136 millones de toneladas), pero el mercado mundial continúa con una fuerte demanda y los precios han subido más allá de los 500 dólares, principalmente por los bajos inventarios del producto en Estados Unidos y la creciente demanda de China.
“En ese contexto, y contando con el entendimiento y aporte del sector productivo, fue necesario hacer una corrección momentánea en relación al porcentaje de mezcla de biodiesel y diesel vendido en el país”, dice otro párrafo del comunicado.
Pero aclara, a contramano de lo que sucede aquí donde todo es incertidumbrte: “Se espera, lo antes posible, reanudar el uso de biodiesel en los niveles establecidos por el Consejo Nacional de Política Energética (CNPE), con el aumento de la producción y uso de biocombustibles en Brasil, de acuerdo con los objetivos de nuestra Política Nacional (Ley 13.576 / 2017) ”, concluye.
A lo largo de la semana, los productores intentaron evitar la abrupta reducción y abrieron una negociación para que la mezcla quedara en 12%. El viernes pasado se publicó una nota conjunta de Aproprio, Ubrabio (productores de biodiésel) y Abiove (aceites vegetales), con una lista de demandas, incluida la revocación de la medida. “Si el gobierno pretende cambiar las reglas del juego, debe hacerlo a través del CNPE y para la próxima subasta, que es la L80”, dice el documento.
El sector calcula que, con la reducción del porcentaje de mezcla, la demanda debería tener una caída de unos 250 a 300 millones de litros de biocombustible, con efecto cascada en toda la cadena productiva, ya que los productores realizan adquisiciones. y contratos con granjas familiares por adelantado.