El gasoil es el combustible tradicionalmente empleado por el transporte de pasajeros y de cargas porque, al ser más barato que la nafta, contribuye a reducir el costo de esos servicios esenciales.
Sin embargo, el descalabro energético generado por el conflicto ruso-ucraniano cambió esa premisa histórica y no sólo en la Argentina, donde el gasoil escasea hace meses y tiene un precio estratosférico, sino ahora también en Brasil.
El precio promedio nacional de la nafta común al 2 de julio pasado, según el relevamiento semanal realizado por la Agência Nacional do Petróleo, Gás Natural e Biocombustíveis (ANP) de Brasil, fue de 7,13 reales el litro.
El precio del bioetanol, en tanto, a nivel nacional en Brasil se ubicó en una media de 4,72 reales por litro. ¿Tan bajo con respecto a la nafta? Y sí: precisamente esa es la razón por la cual la mayor parte del parque de vehículos brasileño es “flex fuel”, es decir, puede usar nafta o etanol al 100% o bien una combinación de ambos sin inconvenientes.
En el estado de São Paulo, principal productor y consumidor de etanol de Brasil, el precio promedio del biocombustible fue de apenas 4,39 reales por litro.
Los precios de ambos combustible cayeron en la última semana a causa de una reducción, instrumentada por el gobierno de Jair Bolsonaro, del impuesto sobre circulación de mercaderías y servicios de transporte (ICMS).
Pero el “batacazo” lo dio el precio del gasoil con un valor de venta medio de 7,67 reales por litro al sábado pasado, producto de la escasez del combustible en el mercado brasileño.
Vale recordar que hacia fines de febrero pasado, antes de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el precio promedio de venta del gasoil en Brasil era de 5,59 reales por litro, pero desde entonces no paró de aumentar.
La diferencia es que, mientras que en Brasil existe pleno abastecimiento de gasoil, en la Argentina existe desabastecimiento en el marco de un mercado “desdoblado” de facto con ventas cuotificadas a “precio oficial” en estaciones de servicio de compañías petroleras y un mercado completamente desregulado en estaciones independientes y distribuidores mayoristas.