Las entidades afiliadas a la Asociación Brasileña de Proteínas Animales (ABPA), dedicadas a la producción de carnes de pollos y cerdos -dos rubros donde el vecino país es líder global-, reclamaron al presidente de su país, Jair Bolsonaro, una serie de medidas para paliar el impacto de la fuerte suba de los granos sobre esas actividades, y que ha incrementado los costos de producción por arriba del 40% de un año a otro.
El problema es muy semejante o peor todavía al que sufren quienes transforman granos en carne en la Argentina. Pero a diferencia del debate que se plantea aquí, donde algunos sectores proponen una suba de las retenciones vigentes o la imposición de cupos de exportación, en Brasil reclamaron a Bolsonaro otras medidas muy diferentes que poco tienen que ver con limitar el comercio.
En un documento público, la ABPA no oculta “la grave situación sectorial que enfrentan los sectores productivos responsables de tres de las proteínas animales estratégicas para la seguridad alimentaria de la población: carne de pollo, cerdo y huevo”. También -como sucede aquí- recordaron el rol clave que esas actividades jugaron durante toda la pandemia de Covid para asegurar alimentos a la población. En 2020, la oferta de creció 6,5% en aves de corral, un 5,5% en porcinos y un 9,15 en huevos.
“Sin embargo, en medio de la situación pandémica, un escenario de fuerte especulación llegó a estos sectores. El maíz y la soja, insumos básicos que conforman el 70% de los costos de producción, acumulan máximos nunca registrados en el país . En el caso del maíz, se registraron registros superiores al 100% en varios mercados consumidores del país. En el caso de la soja, las alzas acumularon más del 60% en relación al mismo período de 2020”, se lamentó el comunicado, reflejando el impacto de la fuerte suba de los granos básicos en Chicago.
Como en la Argentina, no ha sido el alimento el único costo que se fue de las manos en Brasil. Los productores de carnes también se quejaron del aumento del gasoil, que fue del 30% el año pasado; de los embalajes de cartón (treparon un 60%) y de los los embalajes rígidos y flexibles (que aumentaron 80%).
“En 12 meses, según el seguimiento realizado por el Índice de Costes de Producción (ICP) más reciente de EMBRAPA Porcina y Avicultura (datos para abril de 2021), producir pollo es un 39,79% más caro que en abril de 2020, lo que ya fue un momento de fuertes subas de costes. Lo mismo ocurre con el sector porcino, con un incremento del 44,5%”, reflejó el comunicado de ABPA.
Allí, a diferencia de lo que sucede aquí con los huevos, por ejemplo, no hay controles ni listados de precios máximos, por lo cual parte de esa mayor suba ya se ha trasladado a los consumidores, “pero a niveles que aún no alcanzan los niveles de costos”, aclararon los productores.
“Hay otro factor agravante: las aves de corral, la carne de cerdo y los huevos que actualmente tienen un precio más alto se produjeron con granos adquiridos en 2020, cuando los valores por tonelada eran más bajos. Por esta razón, se espera que en los próximos meses lleguen a la población brasileña nuevas subas de precios , en un momento crítico para los ingresos y la seguridad alimentaria de nuestro país”, admitieron desde esa Asociación, que lejos quedó de tratar de ocultar el problema bajo la alfombra.
Según el sitio Agrolink, se espera que el precio por kilogramo de cerdos vivos que se pagan a los productores integrados aumente en los próximos días. Hoy varía entre 5,60 y 6,00 reales, según el matadero y la región productora, pero hay criadores que ya han recibido montos superiores a 8 reales el kilo vivo, que todavía no alcanzan.
“Hoy, si tomáramos todo al pie de la letra, el valor del kilo de cerdo debería estar cerca de 10 reales para que el porcino tenga alguna rentabilidad”, señaló el presidente de la asociación de criadores de Santa Catarina, Losivânio de Lorenzi.
En este contexto es que ABPA solicitó una serie de medidas de socorro al presidente Bolsonaro, que muy lejos están del menú tradicional en la Argentina, donde usualmente lo primero que se analiza es cerrar las exportaciones de esos granos (para que haya mayor disponibilidad interna y bajen los precios) o donde se pide aumentar las retenciones a la exportación. En Brasil. que también es un gran productor y exportador de soja y maíz, esos derechos de exportación no existen.
POSICIONAMENTO-INSTITUCIONAL-pdf-1¿Y entonces cómo hacen? ¿Qué reclaman? Básicamente que se facilite el comercio y la provisión de granos desde el extranjero y “reducir la desigualdad de condiciones que existe entre la importación y la exportación de granos. Hoy en día es mucho más fácil enviar granos al exterior que importarlos”, se señaló.
Quienes transforman granos en carne en el vecino país presentaron esta serie de demandas:
- Que se faciliten las importaciones de maíz y soja estrictamente para uso en la alimentación animal. Hoy existe una reducción arancelaria para esta importación, pero no hay factibilidad técnica;
- Suspensión del Impuesto Adicional al Flete para Renovación de la Marina Mercante (AFRMM) sobre la importación de estos insumos desde países no Mercosur;
- Suspensión temporal del cobro de PIS y COFINS para importaciones de países no Mercosur, para empresas que no puedan realizar Drawback. Se trata de una tasa del 1,6% y 7,6% respectivamente, sobre el valor de los bienes importados por el servicio de nacionalización.
- Suspensión temporal del cobro de PIS y COFINS en fletes transportados en el mercado nacional.
- Creación de un sistema oficial de información anticipada sobre futuras exportaciones de granos, como en otros países para brindar mayor transparencia al mercado de insumos, evitando situaciones especulativas como la actual.
- Financiamiento para la construcción de bodegas y almacenamiento de productos, dando más estabilidad al mercado.
- Mayores políticas de incentivos para la siembra de maíz y cereales de invierno en Brasil.
“Hay 4 millones de puestos de trabajo directos e indirectos en juego, junto con la seguridad alimentaria de nuestra población. Las medidas rápidas son de emergencia para evitar que la pérdida de ingresos se vea afectada por la reducción del acceso a alimentos básicos, agravando el hambre en nuestro país”, finalizó el comunicado de ABPA dirigido a su presidente.
O sea que, si Bolsonaro aceptara este petitorio, Brasil exportaría soja y maíz… para luego importar ambos insumos. Estas orientaciones se están volviendo económica, social y políticamente inviables. Aunque Bolsonaro se allane a esta demanda Brasil parece estar virando en otra dirección.
https://www.infobae.com/america/agencias/2021/05/21/lula-se-reune-con-fernando-henrique-cardoso-en-un-movimiento-antibolsonaro-en-brasil/