“Es importante tener un vivero amigo”. Ese es uno de los consejos que más se repite entre los productores de nuez pecán, que desde hace varios años cuentan con un amplio portfolio de variedades para elegir. La clave está en obtener una planta que realmente se comporte como lo promete, y que se exprese correctamente en el ambiente en el que se va a colocar.
Uno de los que más conoce ese derrotero posiblemente sea el tucumano Jorge Palacios, fundador del Vivero Quebrada de Lules, que desde hace más de dos décadas comercializa plantas de pecán –originalmente ingresadas al país desde Estados Unidos por Sarmiento- en distintos puntos del país e incluso ya las exporta.
“Elegir la planta es un verdadero matrimonio. Si la ponés en la tierra, sí o sí se va a quedar ahí y te va a acompañar toda la vida”, definió Palacios, que lleva 50 años dentro del rubro.
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“Hacer una planta no es tirar una semilla, injertarla, esperar y entregarla. Es ponerle un paquete tecnológico, una impronta tal que el productor se lleve una máquina de producir. Esto te va a dar frutos y te va a sostener económicamente, por lo que trabajábamos en hacer la mejor planta que seamos capaces”, indicó a continuación.
Aunque su principal producto son los cítricos, Palacios decidió ensayar con la producción de plantas de pecán luego de conocerlas en una visita a Entre Ríos.
“Creemos que para adquirir tecnología y conocimiento necesitamos viajar, ver e intercambiar con otros. Al pecán lo conocí en Concordia y dije ‘caramba, es un clima muy similar al que tenemos en Tucumán’. Llevé algunas plantas que entraron en producción con muy buena calidad, y en 2010 ya comenzamos a hacerlas y a vender. Al principio fue tímidamente, porque no es un cultivo tradicional del NOA, pero hoy ya el 10% de la superficie plantada en Argentina está en Tucumán. Tenemos 1.200 hectáreas con pecán”, contó el viverista.
De las 28 variedades con las que ensayaron, el Vivero Quebrada de Lules trabaja hoy con unas 8 variedades que muestran adaptación tanto a climas húmedos y templados, como a otros más secos y fríos.
La empresa de Palacios, que hoy gestiona junto a su familia, se vale de un gran banco genético de semillas y yemas, al cual afirma cuidar “con mucho celo”.
“Es la manera en que puedan llegar a los resultados que tenemos. En la pecanicultura tradicional había que esperar 5 a 7 años hasta que produzcan. Nosotros trabajamos para producir una planta que en el menor plazo posible entregue fruta, que es lo que le va a ser rentable al proyecto”, señaló el tucumano.

En ese proceso, el trabajo para lograr la trazabilidad de cada planta se vuelve clave. En el caso de los cítricos ya existe un plan para certificar las plantas a nivel nacional, algo que Palacios sueña con extrapolar al pecán.
“Nosotros ya tenemos una escuela de cómo trabajar ordenadamente. Tenemos plantas de pecán puestas hace más de 20 años, que han sido seleccionadas por dar buenos pies, buenas raíces y por adaptarse a distintos suelos. Y las variedades de copa la tenemos en cuadros yemeros con una productividad comprobada. Hicimos un testeo molecular y con eso nos aseguramos un mapeo genético de las plantas. No hay un sistema de certificación todavía pero nosotros sí las identificamos”, destacó el viverista.
-En términos de la competencia con otros viveros, ¿te gustaría no ser el único que realiza todo ese proceso, que además de tiempo conlleva gran una inversión?- le preguntamos.
-Totalmente. Yo estoy en el Comité de Viveristas a nivel nacional, trabajando con INASE, SENASA, INTA y organismos oficiales, para buscar un sistema de certificación de plantas de vivero. Porque eso mejora a todo el sector. Tanto los productores como los viveristas tenemos que trabajar juntos para lograr entrar en un mercado mundial que es altamente demandante.
-¿Y qué falta para eso?
-Al pecán hay que esperarlo un poco. Es un cultivo que necesita su tiempo para entrar en producción. Entonces, el apoyo que se tenga de algunos créditos blandos, que lo ayuden al productor a poner sus plantaciones con buenas plantas, con un buen sistema de riego, con buena maquinaria para el momento de la cosecha, es importante.
Adjuntamos una visita que realizo Bichos de Campo al vivero tucumano:
 
			 
					
 
                             
                             
                            


