Por alguna razón, el informe oficial mensual de oferta y demanda global de productos agroindustriales del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) sigue “inflando” las proyecciones relativas al mercado de maíz.
El USDA este martes –el primer informe de la gestión de Donald Trump– ajustó a la baja la proyección de cosecha de maíz brasileño de 127 a 126 millones de toneladas, pero la cifra sigue estando muy lejos de la última previsión oficial de la Conab, que es de 119,5 millones de toneladas.
La oferta exportable de maíz brasileño en 2024/25 fue ajustada también por el USDA a 46 millones de toneladas, mientras que Conab proyecta 34 millones. Una diferencia enorme entre ambas.
En lo que respecta a la Argentina, este martes el USDA indicó que espera una cosecha de maíz de 50 millones de toneladas en 2024/25, mientras que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires prevé 49 millones. La diferencia, en este caso, no es tan dramática como en el caso de Brasil.
En cuanto a Ucrania, increíblemente el USDA mantuvo la estimación de cosecha y oferta exportable de maíz en 26,5 y 22,0 millones respectivamente, cuando la delegación del USDA en Kiev días atrás estimó que tales cifras terminarán siendo de 24,6 y 19,6 millones.
Lo que alguna vez fue la “biblia” para el mercado internacional de productos agroindustriales ya no lo es porque los operadores están al tanto del hecho de que el USDA ajusta “a cuentagotas” las abultadas proyecciones iniciales, mientras que los países, consultoras privadas e incluso las propias delegaciones del USDA en el exterior tienen información mucho más “fresca” sobre el estado de situación de los cultivos en los diferentes países clave.
En soja es otra “película” porque el informe del USDA está mucho más cerca de las fuentes privadas y oficiales sudamericanas. El organismo estadounidense prevé una cosecha brasileña y argentina de la oleaginosa de 169 y 49 millones de toneladas respectivamente.