El informe mensual del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) relativo al balance de oferta y demanda global de productos agroindustriales sigue mostrando proyecciones que se encuentran muy lejanas de realidad.
Con la excusa de que los equipos del USDA se toman todo el tiempo necesario para actualizar las estimaciones iniciales en función de la nueva evidencia que vaya surgiendo, las planillas difundidas por el organismo terminan siendo un “mapa” bastante inexacto de la realidad presente y, mucho menos, de la esperada.
En lo que respecta a la Argentina, este miércoles el USDA mantuvo la estimación de cosecha de maíz 2023/24 en 53,0 millones de toneladas cuando la Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyecta 46,5 millones en el mejor de casos.
El daño generado por Spiroplasma en cultivos de maíz tardío –que se estarán recolectando hasta el mes que viene– aún está por verse y no son pocos los que creen que el número final de la cosecha argentina terminará siendo inferior al previsto a la fecha.
En Brasil el USDA insiste que ese país logrará cosechar 122,0 millones de toneladas de maíz 2023/24, un número que está lejísimos de las 111,6 millones de toneladas estimadas hace un mes atrás por el organismo oficial Conab.
Algo similar sucede con la soja brasileña 2023/24, donde el USDA proyecta una cosecha de 153,0 millones de toneladas y Conab, sin considerar el desastre climático ocurrido en el estado de Rio Grande do Sul, preveía no más de 147,6 millones de toneladas un mes atrás.
Adicionalmente, la semana pasada las autoridades de Rio Grande do Sul comunicaron que, luego de realizar un relevamiento general de los daños productivos provocados por las inundaciones ocurridas el mes pasado, calcularon una pérdida de 2,71 millones de toneladas de soja.
Otro tanto puede decirse de la campaña 2024/25 de trigo ruso, donde el USDA proyecta cosecha de 83,0 millones de toneladas con una oferta exportable de 48,0 millones, cuando la entidad que agrupa a los mayores exportadores rusos (Rusgrain Union) pronostica que tales cifras son de 79,5 y 40,2 millones de toneladas.
El “inflado” de tales cifras desvirtúa cualquier análisis general que se pueda elaborar con el documento del USDA, aunque, por tradición, el mismo sigue teniendo impacto en las cotizaciones de los futuros negociados en el CME Group (“Chicago”).