Por la sequía el trigo en muchas zonas productivas argentinas terminó siendo más un cultivo de servicio que de renta. Pero para aquellos que pueden “aguantarlo” podría haber “repechaje”.
La seca y las escasas lluvias están facilitando las tareas de recolección de la cosecha fina: a la fecha se levantó más del 78% del área nacional de trigo y es probable que la recolección finalice en una semana más.
En el centro-este de Entre Ríos la cosecha finalizó con un rendimiento medio regional de 34,5 qq/Ha, el más alto de las últimas cuatro campañas y un auténtico logro en una campaña marcada por déficits hídricos.
La contrapartida de ese éxito es un magro rinde de apenas 14,5 qq/ha para el trigo cosechado en el sector sur de la zona núcleo pampeana, mientras que el norte de esa región la media se ubicó en 20,1 qq/ha.
“Mientras los rendimientos sobre el norte de La Pampa y oeste de Buenos Aires, centro y sudoeste de Buenos Aires se mantienen cercanos a lo inicialmente esperados, sobre el sudeste de Buenos Aires el rendimiento medio semanal se mantuvo por encima al inicialmente previsto, permitiendo amortiguar parte de las pérdidas de área cosechable en la región como consecuencia de las frecuentes heladas y la falta de humedad”, apuntó hoy la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Hasta el momento, con un 30% del área recolectada, el rendimiento logrado en la zona sudeste de Buenos Aires es de 30,0 qq/ha, un número muy bueno teniendo en cuenta la situación climática general. No es el caso de la Cuenca del Salado, donde, con la mitad del área recolectada, el rinde medio es de apenas 23,9 qq/ha.
La buena noticia dentro de las muchas malas es que, tal como sucede en los períodos de sequía, los bajos rendimientos vinieron en muchos casos acompañados por elevados niveles de proteína y gluten, tal como muestra el relevamiento de calidad de trigo recopilado por ArgenTrigo en base a los datos de los análisis realizado hasta el pasado 20 de diciembre por los laboratorios de las Cámaras Arbitrales de las Bolsas de Cereales y de Comercio de las diferentes regiones trigueras.
Al tratarse de partidas con alto valor panadero, la clave es buscar, precisamente, valorizar esa mercadería entre la demanda molinera durante el transcurso de la campaña comercial 2022/23.