En el primer semestre de 2025 las importaciones argentinas de carne vacuna sumaron 8011 toneladas peso producto por un valor de 32,6 millones de dólares CIF, una cifra 1850% superior medida en volumen y 1336% mayor en divisas, según datos oficiales (Indec).
No es factible comparar los datos con el período comprendido entre 2020 y 2023 porque durante el gobierno kirchnerista de Alberto Fernández el comercio exterior estaba doblemente intervenido, ya que era necesario solicitar tanto permisos de importación como una autorización ante el Banco Central (BCRA) para obtener las divisas necesarias para realizar la operación.
En el último período comparable, el primer semestre del año 2019 (gestión del presidente Mauricio Macri), las importaciones de carne vacuna habían sumado 7167 toneladas peso producto por una suma de 18,5 millones de dólares CIF.
Los ingresos de carne vacuna –provenientes de Brasil, Paraguay y Uruguay– son anecdóticos y se circunscriben a operaciones realizadas en zonas fronterizas y a compras instrumentadas por la corporación brasileña Minerva Foods, que en la Argentina controla al frigorífico Swift.
Vale tener en cuenta que, según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, en el primer semestre de 2025 el consumo estimado de carne vacuna en la Argentina fue de 1,146 millones de toneladas res con hueso, cifra equivalente a 1,092 millones de toneladas peso producto.
Sin embargo, el indicador es una señal de que el tipo de cambio argentino se encuentra en un nivel que no resulta acorde a la competitividad de la economía argentina.
De todas maneras, a partir del mes de junio ya se observa una caída del ingreso de carne bovina al país, fenómeno que seguramente se potenció en julio y lo que va del presente mes de agosto de la mano de la devaluación del peso, que sigue, sin embargo, estando lejos de su nivel de equilibrio gracias a las intervenciones cambiarias instrumentadas por el equipo económico del gobierno de Javier Milei.
Entre los múltiples instrumentos empleados para intervenir el tipo de cambio, el Estado nacional está operando en el mercado de futuros de dólar, tal como se hizo durante el gobierno kirchnerista de Fernández.
El no reconocimiento del valor real del tipo de cambio también obliga a convalidar en títulos públicos tasas de interés que, si bien son muy lucrativas para el sector financiero, resultan asfixiantes para los sectores productivos.