Hace unos meses entrevistamos a Magalí Gutiérrez, una muy joven ingeniera agrónoma que -como dijimos en aquella nota- contagiaba las ganas de producir granos en el ambiente difícil de la Patagonia. Esa profesional parece haber llegado ahora a probar que es perfectamente posible: en los ensayos que dirige en la Chacra Aapresid Valles Irrigados del Norte Patagónico (VINPA) obtuvo en las últimas semanas rendimientos en trigo que superaron los 10 mil kilos por hectárea y hasta tocaron los 15 mil kilos en algunas zonas.
El trabajo de Magalí fue destacado por una gacetilla de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa, que banca esta iniciativa con apoyo también de técnicos del INTA. Gutiérrez está al frente de la llamada chacra VINPA de Aapresid, que abarca cuatro establecimientos ubicados a orillas del Rio Negro, que se dedican a la producción extensiva de commodities y hacen también ganadería.
Allí comenzaron tímidamente en 2012, según se recuerda, los ensayos para producir trigo bajo riego, aunque el experimento agronómico cobró mayor escala hacia 2015. “Este cultivo era altamente necesario para los sistemas locales que partían de suelos prístinos de escaso desarrollo, pobres en estructura y en materia orgánica. Esta gramínea seria clave para aportar cobertura, generar carbono y mejorar los niveles de infiltración de estos suelos”, explica la propia Magalí.
Ver Magalí Gutiérrez, una agronóma que contagia ganas para producir granos en la Patagonia
La saga fue la siguiente: Entre 2016 y 2018 se evaluaron materiales de distintos ciclos con el fin de validar potenciales de rendimiento y entender sus componentes. Y en 2019 se empezaron a ajustar aspectos de arreglo espacial y nutrición.
“Cabe destacar que no existe experimentación previa con trigo bajo riego de alto potencial en la región. Por eso se cuenta con el apoyo del ingeniero agrónomo Jorge Fraschina de INTA Marcos Juárez, y de expertos de INTA Valle Inferior, junto a quienes se desarrolla una evaluación fenológica y productiva de variedades bajo riego en distintas fechas de siembra”, contó la gacetilla de Aapresid.
Mirá lo que nos contaba Magalí Gutiérrez hace unos meses:
Finalmente, en la última campaña, y si bien los resultados fueron variables, Gutiérrez y su equipo lograron rindes “de hasta 9.500 y 10.100 kilogramos por hectárea (14% humedad) en lotes de 60 a 90 hectáreas, donde el manejo era todavía mejorable. Incluso los mapas mostraron sectores por arriba de los 15.000 kilos”, añadió.
Según la joven agrónoma, estos resultados confirman estimaciones de ensayos previos que arrojaban un potencial medio de 12.600 kilogramos por hectárea. “Si consideramos que a campo se puede trillar un 80% de ese potencial, estamos hablando de rindes muy raros para nuestro país”, añadió Magalí, que agrandada añadió: “Hoy nos repreguntamos ¿hasta a donde podemos llegar?”.
La Patagonia norte cuenta con ambientes excelentes para la producción de cultivos extensivos debido a sus condiciones de temperatura y radiación. El elevado cociente fototermal (Q) que relaciona radiación y temperatura, favorece especialmente la generación del rendimiento de cereales de invierno como el trigo. “El cociente Q en Norpatagonia es muy superior al de otras zonas del país y permite explicar los mayores rendimientos. A esto debe sumarse la gran disponibilidad de agua de calidad para riego”, asegura Gutiérrez.
Como aspectos esenciales del manejo, Magali destaca la importancia de optimizar la producción de espigas por metro cuadrado de cada variedad, apuntando a un objetivo de 30.000 granos por metro cuadrado, con un peso de mil granos igual o superior a 40 gramos.
“Para ello necesitamos que las espigas florezcan entre el 5 y el 10 de noviembre, con el fin de captar un máximo coeficiente fototermal y disminuir el riesgo de helada. A su vez, las mismas deben desarrollarse en ausencia de stress hídrico y/o nutricional”, explicó.
El riego es el principal componente a ajustar a futuro. La demanda hídrica para estos planteos se ubica alrededor de los 550 a 650 milímetros (dependiendo del ciclo) y resulta clave mantener niveles superiores al 65% de capacidad de campo durante el periodo crítico para evitar momentos de estrés que afecten la expresión del rendimiento.
Deberían saber que hace muchos años trigos producidos en la zona de Trevelin recibieron premios en Chicago EEUU en ferias internacionales. Producir buen trigo en la Patagonia no es nuevo.
Como dice Eduardo Rizzi, hace 100 años, trigo producido en la zona norte de la provincia del Chubut, ganaron el primer premio en la Bolsa de Chicago, (1919 – 1921 – 1923 – 1924 -1925), Trevelin, El Maitén, y Epuyén, de ahí, de los molinos de la zona se producía la mejor harina del país, poco volúmen, es cierto, lo hicieron los Galeses, con semillas traídas de Gales y de Escocia. Todavía hoy se pueden visitar algunos molinos de aquella época.
Eselentes rendimientos igual o mejores que los europeos, que materiales de trigo usaron, los felicito sigan x ese camino me enorgullecen.
Lo que faltó al amigo Rizzi fue la razzia de Molinos Rio de Plata, comprando todos los molinos para cerrarlos y así vender monopólicamente su harina