Un informe de la representación del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) en la Argentina, que proyectó una cosecha 2022/23 de soja de 36 millones de toneladas en el país sudamericano, es el principal factor que explica la tendencia alcista registrada este jueves en los futuros de poroto y harina de soja del CME Group.
Cómo el último informe oficial mensual el USDA proyectó una cosecha argentina de soja de 45,5 millones de toneladas para la presente campaña, entonces eso implica que en el balance de oferta y demanda global del producto alguien tendrá que “poner” las 9,5 millones de toneladas que no podrá aportar Argentina a causa de un desastre climático.
Si eso se repartiera entre partes iguales entre EE.UU y Brasil, eso implicaría que EE.UU. se quedaría prácticamente sin reservas internas de soja antes del “empalme” con la campaña 2023/24, dado que el USDA, con la planilla de cifras argentinas más “maquilladas” que una geisha, proyecta que EE.UU. terminaría 2022/23 con un stock final de apenas 5,7 millones de toneladas.
Como el único “negocio” abierto es actualmente el de EE.UU., la demanda internacional se está apurando por generar soja en ese origen. Los últimos datos oficiales del USDA, correspondientes al 26 de enero pasado, muestran que ya se había comprometido el 87% de la oferta exportable de soja estadounidense estimada para el presente ciclo comercial versus un promedio del 79% para la misma fecha en el último lustro.
A partir de marzo comienza la “temporada alta” comercial de la soja brasileña –que va camino a lograr una gran cosecha– con lo cual la exportación de EE.UU. podría tener algún “respiro”, aunque eso podría no ser suficiente para calmar a la demanda debido al hecho de que la cosecha argentina de soja de primera está muy comprometida.
Los registros oficiales de la Argentina muestran que a la fecha no existe una sola tonelada de poroto declarado para embarque en el próximo mes de abril, al tiempo que hay apenas 1,58 millones de toneladas declaradas de harina de soja en ese mismo mes.
Si bien la cosecha de soja de segunda siembra argentina podría tener un mejor comportamiento que la de primera, la misma es recolectada recién hacia mediados de año, lo que representa un horizonte temporal demasiado amplio para una demanda global por demás nerviosa.
En dos semanas la lluvia (70mm 20/1 + 25mm 27/1) frenó el deterioro y ayuda a recomponer algunos lotes. Falta aún un largo camino. pic.twitter.com/LQdhRkneAF
— Carlos Satuf (@CarlosSatuf) January 31, 2023