Este miércoles llegó con regalo de Navidad para el mercado estadounidense CME Group (“Chicago”), donde los precios de todos los contratos agrícolas terminaron con alzas intradiarias.
En lo que respecta al complejo sojero, las subas se registraron tanto en poroto como en la harina y el aceite de soja, lo que evidencia un probable reposicionamiento de administradores de fondos agrícolas en la oleaginosa. Las cotizaciones también terminaron con subas, aunque más modestas, en maíz y trigo.
Vale recordar que el sistema de formación de precios en el mercado estadounidense está fuertemente influenciado por el enorme volumen de subsidios estatales tanto oficiales como extraordinarios aplicados por la administración de Donald Trump.
En lo que respecta al poroto de soja, las cotizaciones del poroto parecen haber encontrado un “piso” luego de la debacle registrada en el último mes, la cual fue (y sigue siendo) provocada por las dificultades para colocar embarques de soja estadounidense en China.
El ritmo de declaraciones de embarques programados de soja de EE.UU. hacia China sigue siendo insuficiente para lograr sostener los precios del poroto en el mercado estadounidense, lo que evidencia que los operadores podrían estar incorporando nuevas variables al análisis de situación.
La consultora brasileña AgRural ajustó la estimación de cosecha de soja de Brasil en 180,4 millones de toneladas, una cifra que supera a la estimación oficial de 177,1 millones realizada por Conab. No se trata, por cierto, de un factor alcista.
En lo que respecta a la Argentina, donde existen buenas reservas de humedad en las principales regiones agrícolas, la superficie de soja reducirá en 2025/26 para permitir un crecimiento del área de maíz.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyecta para esta campaña un área nacional de soja de 17,6 millones de hectáreas versus 18,4 millones en 2024/25, mientras que en el caso del maíz pasaría de 7,10 a 7,80 millones de hectáreas.
Sin embargo, pronósticos climáticos indican que en buena parte del norte de la zona pampeana argentina, Uruguay y sur de Brasil el primer trimestre de 2026 estaría marcado por lluvias menores a las normales, lo que plantea un interrogante sobre la evolución de la campaña gruesa sudamericana.






