Corrientes es sin dudas la gran reserva ganadera nacional. Allí el stock de cría bovina ronda las 5 millones de cabezas. Los departamentos de Mercedes y Curuzú Cuatiá, en el centro de la provincia, son el epicentro de esta ganadería correntina, que está llena de desafíos y referentes.
Uno de ellos es Samuel Sáenz Rosas, productor del departamento de Curuzú Cuatiá y referente histórico de la ganadería correntina. Fue presidente de la Rural durante dos mandatos y hoy sigue participando activamente en la comisión directiva, a pesar de no ser correntino, pero no se siente incómodo dialogando con la bandera de la provincia litoraleña de fondo.
Samuel Nació en Buenos Aires, pero desde hace 35 años vive y produce en Corrientes, lo que lo terminó haciendo baqueano.
“Es una zona de referencia ganadera argentina y mundial, productora de terneros que se van a otras provincias a engordar”, describe. “Yo produzco en un campo de cría, con pastizales naturales. Es el monte tradicional de la zona, el espinal, con lumas y otras especies típicas. Son campos nobles, con mucho potencial. Con fertilización se hacen más productivos, las cargas son mucho mayores. El INTA hizo trabajos espectaculares en eso”.
Sáenz Rosas conoce bien las virtudes de la tierra, pero también sus límites. “Tenemos que luchar contra la garrapata. Hace cincuenta años que se intenta eliminarla y no se pudo. Hay resistencia a muchos productos y nos vamos quedando sin herramientas. Eso genera muchas mermas en la producción”, advierte.
Otro problema sanitario que menciona es la bichera. “La mosca que pone el gusano es tremendamente perjudicial. En Uruguay trabajaron mucho con eso. Trajeron moscas estériles de Panamá y las liberaron para controlar la plaga. Eso son políticas de Estado, que acá nos faltan”.
Sáenz Rosas sostiene que, a pesar de todo, el potencial del sector sigue intacto. “La carne argentina es reconocida y valorada en el mundo, pero seguimos con el mismo stock de hace quince o veinte años: unos cincuenta millones de cabezas. Brasil empezó con nosotros en los años sesenta y hoy tiene 240 millones. Hay mucho por mejorar, pero tiene que haber políticas de Estado. Las retenciones, por ejemplo, son un impuesto que en ningún país del mundo existe”.
Mirá la entrevista completa con Samuel Saenz Rosas:
Para el productor, la falta de políticas no solo se nota en la sanidad. “Tiene que haber políticas de Estado para que haya arraigo y producción. Si producimos más, el Estado cobra más impuestos. Es un círculo vicioso que hay que romper”, plantea.
El arraigo, dice, es un tema que le preocupa especialmente. “Muchos chicos se van del campo, se van a las ciudades. En la agricultura ya pasa: se siembra, se cosecha y no vive más nadie en el campo. Los pueblos lo están sintiendo”, señala.
La ganadería, en cambio, todavía requiere presencia humana. “Hoy es difícil conseguir personal competente que quiera ir al campo. Es una cuestión de moral: si tenés la gente bien, la gente te responde. Pero igual está muy escaso el personal. Cuando se empezaron con todos los subsidios y planes, fue más fácil resolver los problemas de dinero con eso que trabajando”.
Samuel Sáenz Rosas vive en Corrientes desde hace 35 años. Dice que la provincia lo adoptó, y él adoptó sus campos. Desde ahí, resume con simpleza el sentir de muchos productores de la región: “Tenemos todo para crecer, pero hace falta decisión”.