Una fábrica de dulce de batata llamada Dolky fue inaugurada el 11 de octubre en la localidad de Simoca, en Tucumán, en un gran acto en el cual participaron el presidente Alberto Fernández; su Jefe de Gabinete Juan Manzur; y el gobernador interino Osvaldo Jaldo. Fue el día en que el presidente de la Nación paseó en sulky por las calles de esa ciudad tucumana.
Previamente, tanto Jaldo como Manzur -enfrentados políticamente en la interna del peronismo tucumano- habían realizado sus propias inauguraciones.
El problema era que en ninguno de los tres casos había batata disponible. La batata, crease o no, es la materia prima necesaria para elaborar el tradicional dulce de batata. En este contexto, la fábrica que mereció la presencia presidencial permaneció abierta apenas unas pocas horas después de ese acto, pero jamás llegó a estar operativa.
“Parece ser uno de los tantos anuncios que se hace en campaña proselitista”, se lamentó Héctor Ávila, un dirigente tucumano que contó el caso a Primeros TV. El viernes pasado, el hombre y un amigo viajaron hasta Simoca y fueron en busca de la flamante fábrica de dulce de batata. Pero estaba cerrada. Vecinos del lugar luego le contaron que la planta nunca estuvo operativa.
“No sabemos si hay algún problema o no tienen batata, pero junto a un amigo queríamos conocer la fábrica Dulky y poder comprar dulce de batata”, dijo Ávila. La excusa para que la fábrica no haya abierto es que en la zona falta la materia prima. Al parecer, la poca batata disponible que había en la región se envía toda hacia el mercado de Buenos Aires.
Las crónicas periodísticas que en la provincia reconstruyeron la historia de este papelón confirmaron que la fábrica -que iba a generar 100 puestos de trabajo directos e indirectos- solo estuvo abierta el día del acto. Para ese momento, incluso, el dulce de batata que probaron los altos funcionarios habría sido aportado por otra productora local llamada Verónica Segovia.
“Si hay algo por lo que estamos preocupados después de estos tiempos difíciles que nos tocaron vivir es que en la argentina crezca la producción y vuelva el empleo. son las dos cosas que nos hacen falta”, dijo el presidente ese día, antes de subirse al sulky.
La planta de Dulky está montada en un edificio de 750 metros cuadrados, y según datos oficiales cuenta con capacidad para producir entre 700 y 1.000 kilos por hora de dulce de batata. Eso sí, siempre y cuando disponga de batata.
Frente a la noticia de que había escasez de esa raíz comestible, los defensores del proyecto dijeron que la cosecha en Tucumán ingresa en octubre y noviembre, aunque reconocieron que en la zona no estaban preparados para satisfacer esa demanda.
En realidad, ese 11 de octubre no fue el único día en que la planta estuvo abierta. El 2 de ese mismo mes, el vicegobnernador Jaldo realizó una visita previa al lugar junto a una enorme comitiva de políticos y funcionarios tucumanos. Quizás ese día surgió la idea de llevarlo también al Presidente.
“Generar puestos de trabajo genuinos, es mejorar las condiciones de los vecinos, y dinamizar las economías locales, como es lo que sucederá con esta planta de dulce de batata en Simoca, que va a generar mas 100 puestos de trabajo de manera directa e indirecta, el beneficio económico que generará a la economía local y el valor agregado a la producción en origen”, dijo Jaldo.
Un mes antes, el 6 de septiembre, fue Juan Manzur (que todavía era gobernador y no había asumido como jefe de Gabinete) quien visitaba el lugar, según él mismo se ocupó de comentar en las redes sociales.
La Fábrica de Dulce de Batata está en su etapa final y es una enorme alegría para el pueblo de Simoca. Hoy junto al intendente, Marcelo Herrera, recepcionamos la nueva maquinaria que arribó desde la provincia de Mendoza, y que comenzará a operar dentro de muy poco tiempo. pic.twitter.com/wvrskj4NPC
— Juan Manzur (@JuanManzurOK) September 6, 2021
“La Fábrica de Dulce de Batata está en su etapa final y es una enorme alegría para el pueblo de Simoca. Hoy junto al intendente, Marcelo Herrera, recepcionamos la nueva maquinaria que arribó desde la provincia de Mendoza, y que comenzará a operar dentro de muy poco tiempo”, contó Manzur ese día.
La bendita fábrica de dulce de batata es un emprendimiento oficial. La presidenta del Ente Autárquico de la Fábrica de Dulces Regionales Dulky, Marcela Herrera, comparte casi el mismo nombre y apellido con el intendente local, Marcelo Herrera.
Según el programa presentado entonces por Manzur, el emprendimiento beneficiaría a 29 familias que producen batata en esa región. “Después del destrato sufrido por el gobierno del ex presidente Mauricio Macri y de haber transitado por la pandemia, fuimos construyendo, articulando con el Gobernador que llevó estos sueños de los simoqueños al gobierno nacional del presidente Alberto Fernández”, subrayó el intendente Herrera.
El secretario de Obras Públicas de Simoca, Carlos Apud, comentó en la inauguración de septiembre que “dividimos la obra en tres etapas. Una son los salones donde se producirá, otra donde estará el sector de servicio, vestuario, sanitario, administración y por ultimo las instalaciones especiales para abastecer la fábrica con agua, energía y gas. Eso está en un 80% nos faltan las terminaciones”.
También les faltaba la materia prima. Pero después de tantas inauguraciones nadie parece haber reparado demasiado en ese detalle.
Mejor dicho, algo falló, porque en diciembre de 2020 el entonces gobernador Manzur recorrió una plantaciónd e batata que se estaba haciendo en la zona. En ese momento había 33 hectáreas plantadas y la aspiración era llegar a 100 hectáreas. El INTA era responsable de proveer los plantines
El proyecto ideado por los técnicos del INTA Famaillá, por cierto, era un poco más serio del que después terminó en manos de los políticos apremiados por los tiempos de campaña electoral. Ellos partían de la necesidad de generar alternativas productivas en el Departamento Simoca, que está ubicado en la llanura deprimida de Tucumán y produce sobre todo caña de azúcar. “La superficie con este cultivo es de 39.000 hectáreas distribuidas entre 1.800 explotaciones, de las cuales el 80% es minifundista (entre 5 y 20 ha)”, explicaban.
Fue así que diseñaron este proyecto, cuyo objetivo era “generar un sistema de producción rentable y sustentable de batata con destino industrial que contemple la provisión, en una primera etapa, y una posterior autoproducción de plantines sanos”. La idea del INTA era contribuir a la implementación de un sistema de rotación de la caña de azúcar que permita rotar el 50% de la superficie de Simoca en un período de tres años.
En agosto de 2020, con miras a llevar adelante la plantación de las primeras 100 hectáreas de batata proyectadas, técnicos oficiales implantaron los almácigos sobre tres lotes de 1.100 m² cada uno en las localidades de Güemes, Los Pérez y El Jardín. La variedad era la Paraguaya-INTA.