Aunque parezca que solo se trata de soplar y hacer botellas, aunque en este caso se trate de multiplicar las plantas, la agenda de los ingenieros agrónomos está llena de dilemas, especialmente en este momento de la historia colmado de cuestionamientos hacia los modos de producción. Claudio Gonzáles, que es presidente del Consejo Profesional de Ingeniería Agronómica (CPIA), lo admite sin rodeos. Y está dispuesto a dar ese debate.
“El rol de los profesionales de las Ciencias Agrarias, en general, va mutando permanentemente y se nos van exigiendo nuevas cosas y nuevos conceptos que van surgiendo, que nos interpelan como profesionales y, particularmente al Consejo Profesional en tener que garantizar las capacitaciones para que los profesionales estén preparados para esta nueva era”, prologó en una charla con Bichos de Campo.
Acerca de la presión que imponen los ambientalistas y otros que prejuzgan o estigmatizan a este grupo de profesionales, González apeló a su propia experiencia: “Te miran como si fueses el malo de la película”, reconoció.
“Pero lo primero que me surge es resaltar la figura de muchos ingenieros agrónomos que fueron hitos en la conservación (Rolando León, Lorenzo Parodi y otros). Personas que los mismos que nos critican los toman como referencia. Hay muchos profesionales que son referentes, y está bueno aprender y recordar de ellos por su aporte al conservacionismo”, destacó.
En esa línea, reparó que “a veces se lo ubica al agrónomo con un perfil productivista y al biólogo como más conservacionista, y a veces puede suceder al revés. La voluntad del Consejo Profesional es poder dar los servicios necesarios como para que puedan abordar esa problemática y dar respuesta a ese tipo de inquietudes. Hay veces que las respuestas están saldadas, y otras que las tenemos que encontrar. Ahí está el Consejo para generar ese ámbito de participación y debate”.
Mirá la entrevista completa:
“Si bien el Consejo Profesional de Ingeniería Agronómica es de jurisdicción nacional, no matricula solamente a los ingenieros agrónomos; matricula a lo que llamamos las siete áreas del conocimiento: ingenieros agrónomos, ingenieros forestales, ingenieros en alimentos, ingenieros zootecnistas, ingenieros ambientales y/o licenciados en ciencias ambientales, técnicos en bromatología y economistas agropecuarios. En sus tres versiones de titulación: ingenieros, licenciados y técnicos. Y cada área tiene su expertise, su demanda y su espacio. En el Consejo hay diferentes comisiones”, describió Gonzáles.
Para mostrar que entonces no hay tales antagonismos, destacó que “la de Ciencias Ambientales es una carrera muy buscada”, advirtiendo que “está bueno y no es casual que esa carrera haya sido creada en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UBA y no en la de Ciencias Exactas”, gestión que personalizó en el ex decano de esa casa de estudios Fernando Vilella. “Estamos buscando que las ciencias ambientales sean declaradas de interés público nacional (delimitando las competencias y ámbitos de influencia), como las otras carreras”, afirmó.
Gonzáles pretende que desde el CPIA el debate ambientalista se dé internamente, “para que cuando tengamos que salir a expresarnos públicamente, lo hagamos en consonancia”.
La ley de humedales, la modificación de la ley de semillas, los incendios forestales, son considerados temas calientes que merecen ser tratados por un profesional, y no que ocupe ese espacio un ‘opinólogo’ sin sustento. “Esos temas se tratan internamente, entre comisiones, en debates horizontales, democráticos y sanos. El problema es ‘afuera’ con determinados sectores más radicalizados”, expresó.
“Hay una diferencia sustancial entre el profesional del ambiente y el militante del ambiente”, subrayó el presidente del Consejo, sugiriendo a los medios de comunicación que cuando haya un tema de interés acudan a ellos para tener una voz profesional y equilibrada.
-Respecto de la formación universitaria ¿estiman que hay que cambiar currículas y revisar cosas?
-Estamos volviendo a viejos esquemas. Cuando estudié nos decían que el esquema era producir, alternar, rotar, y antes se estudiaban los ciclos ganaderos en descanso con los ciclos agrícolas. Hoy parece que volvemos a hablar de los tiempos de descanso.
Así como las dicotomías de unir a los ganaderos con los conservacionistas ante la agricultura que arrasa con cuatro grandes cultivos. Gonzáles aclaró que eso lo dice a título personal, porque no es algo que haya sido planteado en el seno del Consejo Profesional.
En el CPIA están trabajando con servicios basados en la naturaleza, la biomimesis o biomemética (proceso de observar, entender y aplicar soluciones procedentes de la naturaleza a los problemas humanos, en forma de principios biológicos), que “te llevan a interpretar los ciclos naturales para llevarlos luego a los ciclos productivos. Es uno de los conceptos globales de la bioeconomía y lo queremos promover”.
En ese sentido González cree adecuado “salir del esquema de la producción a gran escala y empezar a hablar de una pequeña producción, más tecnificada, con valor agregado. Pasar a ser ‘la boutique del mundo’ exportando alimentos con valor agregado, conservando el ambiente y la naturaleza, y dejar de exportar granos. Es un gran desafío”, compartió.
Ante una consulta acerca de la participación de los profesionales en esos debates, admitió que “es muy difícil”, ya que en ese debate tienen “demanda de muchos profesionales por formaciones blandas (oratoria, liderazgo, conducción) y tenemos poca participación de profesionales en la política. Y eso es algo propio de nuestras profesiones”.
“Luego nos asombramos cuando abogados, contadores y politólogos son los que trazan políticas agropecuarias, sin que opinen los agrónomos o profesionales del sector”, apuntó.
Una de las gestiones recientes del Consejo fructificó en convenios con la Sociedad Rural Argentina, con CREA, “donde podremos ir a formarnos para poder interpretar mejor la política pública y poder participar”. En ese sentido, González indicó: “Creo que la participación de todas las profesiones vinculadas a nuestro sector es elemental en la instrumentación de las políticas públicas nacionales y locales. Sea para el diseño de una plaza o para trazar la política productiva de país. La realidad es que el ambiente nos atraviesa a todos, y los profesionales del ambiente somos los que estamos involucrados en las ciencias naturales”, apuntó.
“Lo último que hicimos desde el Consejo Profesional fue sumarnos al Consejo Agroindustrial Argentino, como miembros adherentes desde una entidad técnica, porque entendimos que es un espacio de trabajo con otras organizaciones que nos permite hacer un aporte desde lo técnico a una política agropecuaria, incluida en el Plan 2030. Participamos en la confección de esas propuestas concretas que hace casi toda la cadena productiva al Estado”, dijo.
Finalmente, Claudio recordó que al terminar la carrera lo primero que hizo fue matricularse. “La matrícula es un deber ético”, resaltó, para luego contar que se sumó a las comisiones internas del Consejo Profesional, buscando ámbito de relaciones, debate y aprendizaje; fue consejero y ahora es presidente, como consecuencia de “una búsqueda de renovación generacional, vinculación con todas las provincias, y asumimos esa responsabilidad junto a otros colegas para mostrarnos como una institución de vanguardia a nivel nacional”.
Entre los miembros de la Comisión Directiva que acompañan a Gonzáles están Pedro Vigneau y Gabriel Delgado. “En términos del Consejo, lo que me moviliza es tratar de jerarquizar la profesión; que los jóvenes elijan nuestras carreras y que podamos tener amplia salida laboral y se nos respete”, concluyó.
En realidad son ñas provincias las que deben regular el ejercicio de las profesiones y lo.hacen mediante los colegios provinciales que existen en muchas de nuestras provincias. Aquellas que no los tienen y caba matriculan en CPIA. Por lo tanto no tiene jurosdiccion nacional. Para quienes ejercen en diferentes jirisdicciones provinciales existen los convenios matriculares entre colegios.
Me gustaría que el CPIA solo matricule a Ingenieros Agrónomos. ( 5 o 6 años de carrera)
Hoy todos se presentan como Agrónomo, muchos con cursos que duran 4 meses en facultades ni siquiera habilitadas.
Si se habla tanto de en la sociedad de “agrotóxicos” en lugar de fitosanitarios es culpa nuestra.
¡ Cuándo se va implementar la receta agronómica ! La misma prescrista por el Ingeniero Agrónomo matriculado y responsable técnico fe la misma.
Las pulverizaciones a destiempo o por si las dudas que uno ve diariamente no tienen sentido.
Mi matrícula es 11.102
Gracias
Me encantaría debatir porque no etiquetan como actividad peligrosas, en control ambiental hay categoría 1 no peligroso , 2 peligroso 3 muy peligroso
Resulta que en todas las leyes logran mayoría de lobby para,serie declarando la actividad no peligrosa, dejé de hacer leyes a medidas de la evasión ambiental , las ciencias del derecho y la gestión del ambiente ambiental son claras hay procedimientos estándar para toda actividad peligrosa, van a seguir negándose a reconocer que es una actividad peligrosa y cumplir con los trámites mínimos que se le exigen a cualquier actividad peligrosa? Partamos de ahí, aver si hay debate..