Hay un mantra que muchos dirigentes repiten hace tiempo: “Si nos dan reglas claras e incentivos, la producción agropecuaria explota”. A ese reclamo corporativo, que no ha cesado ni con la rebaja parcial de retenciones, lo respaldan con cifras y datos que, de hecho, no están alejados de la realidad en el interior productivo.
“En los últimos años han quedado más o menos 200.000 productores agropecuarios en el camino, pero la producción es la misma. Eso quiere decir que somos eficientes”, observa Patricio Killmurray, que, además de agricultor en el sur cordobés, es presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez).
Lo que el ruralista sostiene es que, aún sin haber tenido un Estado que estuviera a la altura, con políticas claras y previsibilidad, el sector ha podido crecer. El resto, entonces, llega por “regla de 3 simple”: Si esas reglas de juego existieran, el potencial es enorme.
Sobre ese acuerdo básico -o mantra- que sostienen muchos de los referentes de todo el arco productivo, luego cada uno agrega sus prioridades. Para Killmurray, que preside una entidad que nuclea a productores de Córdoba, San Luis, La Rioja y Catamarca, la prioridad está en disminuir la carga impositiva, que es hoy el principal obstáculo para planificar inversiones a futuro.
¿No se había hecho ya hace un mes, cuando se anunció la baja de retenciones? En parte sí, porque los principales granos hoy tributan unos puntos menos y, en suma, implica una reducción de unos 20 puntos de presión fiscal. Pero, aún así, y sobre todo cuando se hace en campos arrendados, la actividad tiene una renta muy magra.
“Son tan escasos los márgenes de ganancia hoy, que un productor que no llega a cumplir con su compromiso no puede salir más”, aseguró Killmurray.
¿Qué onda con los alquileres? Re bien; En Córdoba no solo no bajan, sino que suben
No es de extrañarse, entonces, que cuando la soga está al cuello la estrategia sea más bien defensiva y pocos se atrevan a hacer grandes inversiones en maquinaria, mano de obra, insumos o tierras.
“En estas condiciones el productor trata de subsistir más que arriesgar”, agrega el ruralista, que sostiene que espacio para crecer hay pero falta el “empujoncito” estatal. No con subsidios ni prebendas, sino con políticas agropecuarias y previsibilidad.
A fin de cuentas, asegura, “los productores no invierten sus ganancias en paraísos fiscales o en otra cosa que no sea para mejorar su producción”. Más dinero en el bolsillo, sostiene el sector, se traduce en más cultivos, más animales y más alimentos.
Mirá la entrevista completa:
Con el argumento de Killmurray queda también una pregunta en el aire. Si los niveles productivos se han mantenido aún con menos actores en juego y sin un escenario favorable, ¿cómo lo lograron? La respuesta del ruralista le remite a la historia que ya ha visto incluso repetirse en su familia: Resistir.
“Estamos subsistiendo gracias a que tenemos rindes muy superiores a base de tecnología, productores de leche que han avanzado mucho y carne de de primera calidad, pero no precisamente por un acompañamiento del Estado”, aseguró el productor, que insiste en que quienes han quedado en pie están más que en condiciones de seguir expandiéndose.