Si bien durante la mayor parte de 2020 la industria aceitera argentina ofreció “premios” para promover la originación de soja, desde diciembre pasado los valores de la oleaginosa cotizan con “descuentos” respecto de la capacidad de pago teórica de las fábricas.
A partir del mes de diciembre, con la paralización de los embarques generados por un conflicto sindical múltiple –aceiteros, recibidores de granos, estibadores y patrones fluviales y marítimos–, la demanda de soja se retrajo y los precios locales de la oleaginosa comenzaron a perder posiciones frente al empuje mostrado en el mercado internacional.
El mes de enero pasado no fue menos complicado, porque una serie de bloqueos viales promovidos por transportistas autoconvocados también interrumpieron la dinámica comercial y los embarques programados de soja.
En febrero el gobierno obligó a la industria aceitera a implementar un fideicomiso, financiado con aportes del sector agroindustrial, destinado a subsidiar el precio mayorista de los aceites refinados comercializados en el mercado interno. Se trata, supuestamente, de un aporte “voluntario” del sector aceitero argentino, aunque en los hechos es una intervención indirecta del gobierno en el mercado oleaginoso.
La falta de definición relativa a qué sucederá con la concesión otorgada a la empresa Hidrovía S.A. –que vence a fines del presente mes de abril– introduce un nivel adicional de “ruido”, dado que en el sector privado se teme que el gobierno nacional se haga con el control del “peaje” del canal de comunicación para obtener una nueva fuente de recaudación de fondos.
En el mes de marzo los niveles del “descuento” comenzaron a reducirse, pero siguen vigentes desde entonces debido al efecto acumulativo de sucesivos factores desfavorables que inciden sobre la competitividad de la principal industria exportadora presente en la Argentina.
Con el inicio de la cosecha de soja de primera difícilmente pueda revertirse la tendencia presente en el mercado de soja en lo relativo a la mejora de los precios ofrecidos por la industria aceitera, dado que en esta época del año se registra la mayor presión vendedora del producto.