Acercándonos al fin del año 2023 buscábamos alguna canción o algún poema de nuestro acervo folklórico que aludiera al año nuevo y nos emocionara a tal punto que nos dieran ganas de compartirlo. Y como nos suele suceder, nos llegó de manos de nuestro querido y admirado amigo Luis Hardoy, quien hace unos cuantos años creó en internet una “biblioteca” o exhaustivo archivo virtual de literatura gauchesca, que lleva el título de El GauchoGuacho.
Pues Luis acaba de publicar allí un poema gauchesco, escrito en décimas, del poeta y escritor uruguayo Guillermo Cuadri, nacido en Minas en 1884 y fallecido en 1953. Cuadri fue apodado “el poeta de los seudónimos”, ya que solía firmar como “Simón Carqueja” o “El Gaucho Cañones” o “Salustiano Melgarejo” o “Siriaco Almada” o “Gluc” o “El Viejo”, etcétera, pero pasó a la inmortalidad con apodo de “Santos Garrido”.
No sólo este poema se destaca por una asombrosa lucidez filosófica, sino también porque pareciera haber sido escrito como fruto de esta época, tan angustiante que atravesamos los argentinos, y por qué no el mundo entero. Por esto y por mucho más, Cuadri, es considerado uno de los más grandes poetas gauchescos de nuestro país hermano, integrando un elenco glorioso en la historia de la sabiduría popular rioplatense. Es autor de los libros: “Bajo la misma sombra”, “El agregao” y “Leyendas minuanas” (gran aporte al folklore regional, en prosa). Su hijo, Waldemar, publicó “Entre vulcano y las musas”, con obras inéditas de su padre, en 1979.
Aníbal Barrios Pintos comentó su obra: “Como tienen alma y lenguaje popular, sus versos penetraron en el ruedo de nuestros trabajadores de campo… Su difusión, principalmente en Uruguay y Argentina, fue rápida y creciente. Muchas de sus composiciones son parte ya del pueblo que las canta o recita, aprendidas por tradición oral…”.
Para leer algo más sobre Cuadri.
En la ciudad de Minas dedicaron una plaza a Guillermo Cuadri. Invitamos a profundizar su magnífica obra. Y estamos convencidos de que la sabia y profunda mirada sobre la vida, de Cuadri, nos ayudarán mucho a sobrellevar el año que comienza, para el que les deseamos a todos lo mejor.
Poema “Pa’dentro”
Año nuevo, ¿qué trairás /
p’al pobre que nada espera?
¿Cambiará su “suerte overa”
sólo porque vos yegás?
Pa mí serás uno más
en la tarja de mi vida,
y te doy la bienvenida
por saber que a tu yegada
me acercás a la largada
de la última partida.
Yo nada espero de ti
-ya seas güeno o fatal-
porque sé qu’el bien o el mal
están adentro de mí.
Pero no importa, seguí,
mentinos felisidá;
cremos, por necesidá,
que v’a ser linda la vida,
y una mentira creída
vale lo que una verdá.
Año nuevo, qu’enancada
trais una nueva ilusión
p’al sonso del corazón
que no deb’esperar nada;
al festejar tu yegada
aislándome pa sismar,
hasta me has hecho cantar
y me alegro más con ésto
que si me fueras pretesto
pa comer y pa chupar.
Alma mía, que sentistes
ansina com’un renuevo
al soliart’el año nuevo
los guñapos conque vistes;
alma, que olvidás los tristes
años, de penurias yenos,
y qu’estás como d’estrenos,
desime: ¿qué festejás?
¿El peso de un año más
O el alivio de uno menos?
(Escrito el viernes 11 de febrero de 2011 o publicado en GauchoGuacho)
Vocabulario:
Tarja: señal
Guiñapo: ropa andrajosa, de pobre.
Suerte Overa: “a veces suerte, a veces desgracia”, porque el pelaje overo es el que suele tener grandes manchas blancas, que contrastan con algún pelo oscuro, como el tobiano, el zaino overo, el overo moro, el gateado overo. La imagen se refiere a la suerte, que cuando no cae tal, sale culo (como en la taba). (Luis Hardoy)
Luis ilustra el poema “P’adentro”, al comienzo, con una obra de Florencio Molina Campos, y al final presenta el poema musicalizado en versión de milonga, interpretada ésta por la cantante Amalia de la Vega, con el acompañamiento, en guitarras, de Gualberto Freire, Antonio Beltrán y Ciro Pérez:
Gracias Bichos de Campo por darnos notas tan interesantes. Y por defender al campo. Aclaro que vivo en Montevideo pero nací en el campo, en Colonia. Y gracias por recordar al poeta. Cuadri y a Doña Amalia de la Vega. ¡Abrazo grande hermanos!