Dentro del periodismo agropecuario, el nombre de Susana Merlo es uno de los que más resuena debido a su larga trayectoria (comenzó a trabajar en los años ’70) pero sobre todo por la agudeza de sus críticas a los dirigentes políticos y sectoriales. Aunque su título universitario da cuenta de que es ingeniera agrónoma, su trayectoria profesional la colocó siempre en el puesto de comunicadora. Pero aún con esos motes, ella se define verdaderamente como “extensionista”.
Sea como fuere, Merlo logró verdaderamente consagrarse en un sector al que afirma que llegó por mera casualidad. Una beca que obtuvo en su época de estudiante de agronomía la llevó a recorrer los pasillos de la redacción del diario Clarín durante varios años.
“La beca era para que yo siguiera estudiando Agronomía, pero que contara con todas las facilidades habidas: viajes por el país, una biblioteca, etcétera. Lo único que tenía que hacer era ir al diario cada 15 o 20 días, tomar el té con la directora de ese entonces, e ir a la redacción donde me llenaba de libros, papeles y cosas que se recibían en el área de Clarín Rural”, recordó Merlo en una charla con Bichos de Campo en la que revisó sus orígenes como periodista.
“Evidentemente yo tenía la parte de comunicación porque dentro de la agronomía me perfilaba como una extensionista, y ellos son los voceros. Hay experimentadores, hay científicos y hay extensionistas. El que hace el contacto con el productor, el que está en contacto con el campo es el extensionista. Yo netamente era eso”, se definió.
Con el paso del tiempo esa tarea eventual en el diario se convirtió en una necesidad del medio de tener alguien que cubra algunas reuniones o eventos a los que poca gente quería asistir. Y a pesar de que para la joven Merlo esto era todo una novedad, su presencia en aquellas reuniones abiertas de los grupos CREA la ayudaron a empezar a codearse con importantes empresarios y referentes del sector.
“Volviendo de una reunión me llamó Luis Aristizábal para que trabajara con ellos en Fundea, la fundación de Fiat. Empecé a hacer eso mientras seguía en el diario. Luego llegó Chacra. En 1977 me sumé a Ámbito Financiero. Yo miraba ese diario y pensaba que no podía ser que un diario económico no tuviera nada de agro. ¿Cómo era posible? Yo no pensaba como periodista sino como extensionista. Yo quería llevar el agro y empecé a escribir gratis para Ámbito”, relató.
De esa experiencia también sacó provecho y aprendió, quizás, una de las lecciones más importantes del periodismo: siempre se debe conservar el espíritu crítico. Luego de la primero victoria electoral de Carlos Menem en 1989, el editor principal de Ámbito exclamó en medio de la redacción: “¡Señores, nadie vende siendo oficialismo!”
“A mí eso me quedó muy grabado. El oficialismo te cuenta todas las bondades de algo. Pero ser periodista te coloca en el punto del molesto. El periodista es básicamente una persona molesta. Yo no considero ser una persona peligrosa, pero en términos del resto, del sujeto analizado en cuestión, ya sea una empresa o un funcionario de algo, le tienen miedo al sujeto crítico que pasa a ser el periodista que no es adulador. Vos vas a preguntar la debilidad del sistema, vas a hacer la pregunta que se hacen todos, porque sos el vocero. Yo trabajo para el que me lee o para el que me escucha”, aseguró Merlo.
“Yo tengo que tratar de interpretar a ese tipo que lee porque, pues yo soy el medio para que él compre algo o no, y no lo puede engañar, no lo debo engañar”, añadió.
Mirá la nota completa acá:
Frente a esto, uno de los puntos más destacados de su carrera fue su paso por Canal Rural, a poco de inaugurarse, proyecto del cual fue parte durante más de una década.
“Lo dirigí gracias a Dios durante 12 años y fue lo mejor que hice en mi vida. No era un concepto empresario, era un concepto más cultural. En ese momento lo pensaba como algo para que la ciudad se enterara de lo que había detrás de cada tenedor o cuchara de comida que se metía en la boca. Y que el sector tuviera una tribuna desde donde hablar las 24 horas del día”, afirmó.
-Y con tanto recorrido, ¿cómo ves al periodismo agropecuario?- le preguntamos.
-Con sus pros y sus contras. Hoy tal vez no lo vemos tanto, pero seguimos sufriendo que el agro es como el área de castigo. Cuando yo empecé, el que iba a agro iba castigado. Necrológicas, cartas de lectores y agro eran el castigo (en las redacciones). Y sigo viendo que muchos de los que empiezan en agro tratan de salir e ir a otro rubro, como si esto fuera menor. Gracias a que hubo fanáticos que se fueron apasionando, creo que servimos para mostrarle a los colegas que vos desde agro podés hacer todo y que tenes acceso a un nivel de política y de economía que no lo tenés desde otro lado. Por qué sigue siendo un país fuertemente agroindustrial, aunque sea detractor de lo agroindustrial.
“El primero que sale un poquito arriba, un deportista, un empresario, un político, lo primero que hace después de comprarse un departamento y cambiar su guardarropas, es comprarse un campito. Yo creo que el campo primero para el país es la columna vertebral. No creo que sea la única, creo que es un gran arrancador para otros sectores con potencial inmenso. Puede ser minería, turismo, lo que sea, pero también es una concepción, es un modo de vida, es un concepto, al cual el periodismo agropecuario puede ayudar mucho para revertir el abandono que tiene lo mal llamado interior”, agregó a continuación.
-Entonces te parece que falta mucho por comunicar…
-Todavía falta muchísimo y sobre todo falta por eso de que muchos de los que estamos acá no estamos porque queremos sino porque no queda más remedio. Muchos no están porque lo eligen.
-¿Y cuáles son las responsabilidades de los medios en esto?
-Los medios se han vuelto hacia un lado bastante más mercantil. Hoy es muy difícil tener un programa de radio, salvo que compres tu propio espacio, tener un programa de televisión, lo mismo. Y los medios gráficos, salvo las publicaciones específicas del sector, fueron acotando mucho la participación del sector agroindustrial, salvo los que logramos mechar, meternos, infiltrar, contaminar todas las otras secciones.