Por Matías Longoni (@matiaslongoni).-
El jueves pasado, entre los estrenos de cada semana que llegan a la plaza local, al poderoso grupo cinematográfico “Los Petroleros de Siempre” dio a conocer su nuevo éxito: “Échale la culpa a Bío”. Se trata de una costosa producción que, sin embargo, repite una vieja fórmula y por lo tanto se parece más bien a una revival de viejos guiones ya demasiado trillados por la industria.
La película cuenta la historia de un poderoso empresario que le echa la culpa a otro comerciante más pequeño de los continuos aumentos que él mismo le imprime a su mercadería.
Aunque trillado, el argumento parece efectivo. Los llamados petroleros han venido incrementando fuerte los valores de sus mercaderías (nafta y gasoil), afectando a la población: léase Los Autos Locos (transporte) y la Familia Ingalls (el propio agro). Pero en todo momento, nuestro protagonista intenta evitar la sanción social porque le echa la culpa de esta escalada a uno de sus proveedores. Se trata de Bío, nuestro antihéroe, que no es otra cosa que el apodo que esconde la verdadera identidad de la industria productora de bioetanol.
Es sabido que el bioetanol, que puede producirse a partir de maíz o de caña de azúcar, se utiliza actualmente en el país para cortar las naftas con un combustible renovable, en una proporción del 12%. La mitad de ese corte lo aporta el sector maícero. La otra mitad la industria azucarera.
Desde ese último sector, de mucha importancia territorial en las provincias del Noroeste, surgieron las críticas más lacerantes hacia esta mega producción de Hollywood. “Échale la culpa a Bío” recibió apenas 1 cucharita de edulcorante, dentro de una escala de calificaciones que va de 1 a 10 kilos de azúcar.
“La producción de caña de azúcar para bioetanol ve con estupor cómo se engaña a la población echándole al bioetanol la responsabilidad del aumento de las naftas. El último aumento del etanol fue del 3,5% que solo impacta en un 0,4% en las naftas, pero se mencionan aumentos del orden del 11 al 18%, lo cual es totalmente falso”.
Así de lapidarias comenzaron las críticas a la película petrolera.
“Mientras los precios de las naftas subieron un 33% desde octubre el precio del bioetanol bajó un 4,2% en el mismo periodo. En este mismo sentido, entre noviembre 2017 y abril de 2018 la nafta Premium en USA aumentó un 2% en dólares, y en Argentina aumentó un 17% en dólares. Por ejemplo unas de las marcas Premium incrementó de $22,47 en octubre a $29,99, hoy un 33,5% de aumento en pesos”, se añadió en un comunicado firmado por la Unión Cañeros Independientes de Tucumán (UCIT), los Cañeros del Este y los Cañeros del Sur. Es decir, más o menos toda la crítica de la principal provincia azucarera.
En una reseña despiadada, estos sectores de los productores (aunque también los voceros también de la industria azucarera), deslizaron que el argumento de la película petrolera cansa y aburre, porque no resulta creíble. “¿Quiénes pierden?, los consumidores”, afirmaron los cañeros, pidiendo directamente a los espectadores que no paguen la entrada.
“Los petroleros no pueden aducir que (la suba de sus productos) es por la suba del pecio internacional, porque afecta a todos por igual. No pueden aducir que es por la devaluación, porque las comparaciones están en dólares Entonces la ‘culpa’ es de los productores de caña de azúcar para bioetanol, cuyos pecios fueron fuertemente reducidos por decisiones del Ministerio de Energía”, se quejaron.
Recordaron así la decisión del ministro Juan José Aranguren (que llegó al Instituto del Cine después de un largo paso por el estudio productor de esta película). Aranguren decidió, en noviembre pasado, poner bajo revisión los precios a los que los ingenios venden el bioetanol a las petroleras. Dispuso primero un fuerte bajón de casi 30%, pero después revisó parte de la decisión y estableció una negociación con el sector, que todavía está tramitándose aunque permitió revertir una parte de esa rebaja compulsiva.
Ver: Una medida de Aranguren transfirió más de $4.300 millones del agro a las petroleras
Luego de las últimas revisiones, el sector cañero consideró que las entradas para ver la película siguen costando demasiado caras al sector fabricante de bioetanol. “El precio fijado por el Ministerio de Energía para el bioetanol de caña implica una transferencia anual de 2.100.000.000 pesos a las petroleras, sin que los consumidores se beneficien en absoluto. Todo lo contrario”.