En un informe que envió a sus acreedores, la concursada aceitera Vicentin reveló que están avanzadas las negociaciones para vender sus acciones en una planta de lecitina del Gran Rosario. La empresa controlada se llama Emulgrain, y pasaría a manos de otra empresa del ramo, Lekigos SA, ubicada en San Lorenzo. El valor de la transacción sería de 1 millón de dólares.
Pero todo depende del juez Hernán Lorenzini, que debería definirse en las próximas horas.
La operación permitiría reducir el nivel de pérdidas acumulados por Vicentin desde que se inició el concurso de acreedores. Según el balance operativo presentado por la sociedad, “la diferencia resultante en el periodo marzo-octubre 2020 entre el total de ingresos y egresos de la empresa es de -9.197.331 dólares”. Parece poco dinero frente al multimillonario pasivo que Vicentin declaró poseer cuando se ingresó en default, un año atrás, y que asciende a unos 1.300 millones de dólares.
Al contar las novedades de este año complicado, Vincetín recordó que “solicitó al juez del Concurso Preventivo la aprobación para la venta del 25% del paquete accionario de Emulgrain SA. El comprador del 50% del paquete accionario de Emulgrain sería Lekigos SA”.
Para entender, Vicentin SAIC vendería la cuarta parte de la planta de lecitina que nació en 2006 como fruto de una cuerdo con el fabricante de emulsionantes Lasenor, originario de España. Vicentin proveía materias primas para ese emprendimiento, las lecitinas de soja y girasol.
La participación del grupo Vicentin en Emulgrain es del 50%, pero esa mitad se integra de un 25% de la firma concursada y otro 25% que están en manos de la empresa Sir Cotton SA, que forma parte del holding Vicentin Family Group, radicado en Uruguay.
En su informe, la aceitera originaria de Reconquista añadió que “el precio de compra se fijó en la suma total de 1.000.000 dólares, correspondiendo a la sociedad el cobro de la suma de 500 mil por su participación del 25% del total del paquete accionario de Emulgrain”. Y agregó que “de no aprobarse la operación la Sociedad se liquidaría”.
Será una decisión difícil para Lorenzini. El juez está investigando si el desprendimiento de otras sociedades vinculadas originalmente con el grupo Vincetin, como el frigorífico Friar de Reconquista, no forman parte de una estrategia de vaciamiento de la empresa concursada, de modo de reducir el volumen de los activos expuestos a una posible quiebra.
De esto escribió bastante el periodista Raul Dellatorre este domingo en Página/12. “Los representantes legales del Banco Nación y de los trabajadores de Vicentin SAIC intentaron una vez más, en vano, que el juez del concurso involucre al conjunto de las empresas del grupo empresario en las obligaciones que tiene la cerealera exportadora ante sus acreedores, y actúe de modo tal de evitar que continúe el vaciamiento del capital con el que deberá responder la concursada”, contó el artículo.
Esta visión, alimentada sobre todo por la venta de Friar al grupo ARSA, contrasta con la que tiene la propia Vicentin, que desde el vamos trató de establecer que se trata de sociedades diferentes que no tienen vínculos entre sí. “Desde la apertura del concurso, no ha habido desprendimiento o cambios en la tenencia accionaria en relación con sociedades controladas o vinculadas”, insistió en el escrito enviado a sus acreedores.
Lorenzini tiene poco tiempo para expedirse sobre el caso de Emulgrain. “La oferta se encuentra sujeta al cumplimiento de que la sociedad obtenga la conformidad del juez concursal antes del 15 de diciembre de 2020 y que se obtenga la correspondiente autorización judicial a efectos de levantar la medida cautelar de prohibición de innovar sobre la composición de la masa accionaria y disposición de la misma”, explicó la compañía.