Aunque días atrás se confirmó que el maíz temprano se encontraba en un 90% a salvo de la temida chicharrita del maíz (Dalbulus maidis), las alertas se renovaron, esta vez de la mano del gusano cogollero (Spodoptera frugiperda), otra gran amenaza para este cultivo en nuestro país y la región.
Según informó la Red de Manejo de plagas (REM) de Aapresid, los primeros reportes de daños en híbridos con proteína Vip3A –maíces con resistencia a esa plaga- surgieron en Corrientes, a los que luego se sumaron otros provenientes del norte de Córdoba y Santa Fe.
“Los daños podrían indicar que dicha ventaja comienza a disminuir. Vip3Aa continúa siendo una herramienta fundamental frente a esta plaga, por lo que constituye una señal de alerta que requiere atención inmediata y acciones coordinadas entre los distintos actores del sector”, alertaron desde aquella Asociación.

Aunque muestra una preferencia por el maíz y el sorgo, el gusano cogollero puede alimentarse de más de 180 especies vegetales y tener varias generaciones por año, gracias a un ciclo reproductivo de menos de 30 días. Las afecciones causadas a los cultivos varían en función del estadio de la plaga, pero incluyen corte de plántulas, destrucción de cogollos y perforación de tallos y espigas. Todo esto puede llevar a pérdidas de rendimiento de entre el 20% y el 30% en aquellas situaciones sin control oportuno.
Eso fue lo que motivó hace muchos años el desarrollo de eventos biotecnológicos que hicieron uso de proteínas insecticidas derivadas de Bacillus thuringiensis (Bt) que, al ser ingeridas por las larvas, provocan su muerte.
“Los primeros materiales disponibles incorporaron proteínas Cry1Ab, Cry1Fa y Cry2Ab, que ofrecieron un buen control inicial, pero que con el tiempo y bajo la alta presión de selección comenzaron a mostrar casos de resistencia o pérdida de eficacia”, recordaron desde la REM.
Frente a eso, el lanzamiento de eventos que incorporan la proteína Vip3A (Vegetative Insecticidal Protein) resultó clave, aunque su eficacia generó una rápida masificación que volvió a incrementar la presión de selección y el riesgo de evolución de resistencias.
Frente a este panorama, desde Aapresid reforzaron las recomendaciones de Manejo Integrado para evitar que las poblaciones que presentan fallas logren dispersarse, y la eficacia de la herramienta se sostenga. Entre ellas, detallaron:
- Cumplir con el refugio estructurado, procurando mantener un 10% del lote sembrado con híbridos no Bt.
- Diversificar el uso de eventos Bt cuando sea posible, evitando sembrar híbridos que expresen las mismas proteínas Bt.
- Complementar con control biológico y químico racional.
- Manejar la fecha de siembra y el ambiente
- Controlar malezas y rastrojos para evitar que el cogollero sobreviva en hospederos alternativos.
- Monitorear el lote para identificar la presencia de larvas o daños en forma temprana.





