Unas 5 millones de toneladas de soja, a valores de exportación de unos 500 dólares por tonelada, equivalen a 2.500 millones de dólares. Es mucho dinero para un gobierno adicto a las divisas generadas por el campo, y que este año sufre una visible abstinencia forzosa debido a los recortes que la sequía está provocando a la producción de soja y maíz. La Secretaría de Agricultura difundió su primera estimación oficial sobre la campaña, y aunque reconoce el fuerte recorte, todavía no es apocalíptica. Incluso suena muy optimista respecto de los análisis que se hacen en el sector privado.
Unas 5 millones de toneladas de soja, valuadas en necesitados 2.500 millones de dólares, es la diferencia que existe entre esos pronósticos. Mientras la Bolsa de Cereales de Buenos Aires lanzó ayer la catastrófica cifra de 22,5 millones de toneladas de producción para la campaña 2022/23, el gobierno ubicó ese mismo pronóstico en 27,7 millones.
Ambas estimaciones, la privada y la estatal, reconocen un fortísimo recorte respecto de los niveles de producción de la campaña previa, que llegaron a 44 millones de toneladas. Para la flamante estimación oficial, la caída de oferta es del 37%. Los privados, en cambio, hablan de un 50% de la producción de un año a otro. Entre los exportadores incluso hay pronósticos más lapidarios aún, que refieren a que es probable todavía perforar el piso de las 20 millones de toneladas.
400 kgs de promedio… Hoy empezamos la vigésima cosecha de soja. La peor de nuestra vida, pero aflojar no está permitido. Siempre en el camino nunca en la posada pic.twitter.com/bceiGLtVSz
— Sebastian Da Silva (@camboue) April 20, 2023
¿Por qué es tan elevado el pronóstico oficial respecto de los de las bolsas de cereales? El equipo de estimaciones de Agricultura mantiene todavía un rendimiento promedio alto, de 19 quintales por hectárea. Además no recorta todavía una porción de superficie perdida como hizo la Bolsa de Rosario, que ayer -en el primer remate de soja- habló de que “en la Argentina se dejará de cosechar este año unas 6,5 millones de hectáreas de soja, trigo y maíz, lo que equivale a toda la superficie de la provincia de Santa Fe”. La mitad de eso corresponde a la oleaginosa.
Para los técnicos del gobierno, en cambio, “la condición general del cultivo es variable, aunque es generalizada la caída en el potencial productivo por el déficit hídrico que afectó a la oleaginosa a lo largo del ciclo y especialmente en momentos críticos de definición de rendimiento, como así también la helada temprana del 18 de febrero en amplias zonas productivas. Muchos lotes afectados por el calor fueron abandonados o destinados a forraje”.
En este contexto, “se estima que el rinde promedio nacional se ubicaría en los 19 qq/ha determinando una producción final de 27,7 millones de toneladas. Al momento del informe el avance de cosecha se ubica en el 19%, muy demorado con respecto a la campaña anterior, que registraba un avance del 31%”.
“A nivel país, el 72% de la soja de primera aun en pie se encuentra en madurez y el resto en llenado de grano. La soja de segunda, en tanto, está en floración (5%), llenado (62%) y madurez (33%). En cuanto al estado de la soja de primera un 48% es bueno, 35% regular y un 17% malo, mientras que el 35% de la superficie de la soja de segunda se presenta buena, 34% regular y el resto regular a mala. Entre los granos cosechados se observa presencia de granos chicos, de bajo peso, verdes y dañados”, completa el informe oficial sobre la campaña.
En función de este primer pronóstico de la campaña de granos gruesos 2022/23, el balance de oferta y demanda de soja no parece ser tan apocalíptico, básicamente porque según la mirada del gobierno el faltante grave de oferta de soja será reemplazad por 10 millones de toneladas de importación desde países vecinos (ya ingresaron de hecho varios barcos de ultramar trayendo soja del norte de Brasil), y porque además las exportaciones del poroto se reducirán a un mínimo de solo 1 millón de toneladas, el 15% de lo vendido el año anterior.
En este contexto, Agricultura calculó que la industria aceitera terminará procesando 38,5 millones de toneladas, apenas 3 millones menos que en la campaña 2021/22, y que la temporada incluso terminará con un stock de soja disponible de 6,5 millones de toneladas.
La Secretaría también lanzó su pronóstico sobre maíz, que también reconoce un fuerte recorte de la oferta respecto de la campaña 2021/22. El tropezón sería de 27%, pues se resignarían casi 16 millones de toneladas, desde las 59 millones previas a solo 43 millones de toneladas este ciclo agrícola.
En este caso es muy difícil hacer una comparación con los pronósticos privados, pues la estimación oficial se realiza sumando el maíz que se comercializa en el mercado local con el que se destina a consumo propio en chacra, y por lo tanto no se contabiliza con fines comerciales. Por eso la Bolsa de Cereales habla solo de una producción de 36 millones de toneladas.
No hay más de 20 millones de tn y hay que importar semillas. Las semillas con clorofila no sirven para biodiesel.