El gobierno chino sigue haciendo grandes esfuerzos por reducir la dependencia del maíz importado a fuerza de subsidios y restricciones comerciales.
Un informe del USDA proyecta que la cosecha china de maíz en 2025/26 sería de 298 millones de toneladas versus casi 295 millones en el ciclo anterior y 288,8 millones en 2023/24.
“Se proyecta que las importaciones de maíz para el año fiscal 2025/26 serán de 7 millones de toneladas métricas, una marcada disminución respecto a los 23 millones de toneladas métricas del año fiscal 2023/24, debido a las restricciones impuestas por Pekín a las importaciones de granos”, señala el informe.
El crecimiento de la producción está sustentado en una mejora de los rendimientos, lo que se explica por la mejora del paquete tecnológico empleado, junto con la mecanización de las labores.
“El noreste de China enfrenta mayores dificultades en la producción debido a la reducción de la superficie como producto de la debilidad de los precios, mientras que las regiones de Xinjiang y la llanura del norte de China muestran aumentos de rendimiento”, destaca el informe del USDA.
En los últimos años la provincia de Xinjiang, en el extremo noroeste de China. ha introducido una serie de políticas y medidas favorables al cultivo de cereales, lo que impulsó el aumento conjunto tanto del área como del rendimiento de maíz (y también de trigo).
“Según el Xinjiang Daily, en los últimos tres años la superficie dedicada a cereales de Xinjiang se expandió en 589.000 hectáreas, lo que representa el 34,8% del incremento de China a nivel nacional, mientras que la producción de cereales aumentó en más de 5 millones de toneladas, lo que representa el 25,1% del aumento nacional, la mayor contribución entre las provincias”, remarca el documento.
La contraparte de los subsidios destinados al sector son medidas comerciales orientadas a proteger el mercado interno a través de políticas diseñadas para desalentar las importaciones de granos.
“Los gobiernos central y locales de China han limitado las importaciones de granos desde abril de 2024, para lo cual han establecido barreras a las importaciones de maíz en zonas francas, convocado a los principales importadores a reuniones sectoriales e instado a reducir las compras en el exterior, además de retrasar los procesos de despacho de aduanas y la emisión de documentos”, destaca el USDA.
“Las principales fuentes del sector pronostican importaciones de maíz de 5 a 7 millones de toneladas métricas en el año comercial 2025/26. El consenso del sector es que la política de importación para el año comercial 2025/26 seguirá siendo restrictiva en comparación con años anteriores”, añade.
Otra de las herramientas empleadas por el gobierno central para mantener a raya los precios internos del cereal son subastas públicas de maíz realizadas por corporaciones estatales.
“La empresa de reserva estatal china, Sinograin, comenzó a subastar su maíz importado en julio. Hasta el 5 de septiembre, Sinograin había ofrecido 4,2 millones de toneladas de maíz importado para subasta, de las cuales se vendieron 1,38 millones de toneladas métricas”, señala el informe. Una cifra tan baja es probablemente una evidencia de la baja calidad del grano almacenado en silos estatales.
En tanto, el consumo de maíz se proyecta en 321 millones de toneladas para 2025/26, de las cuales el 67% se destina a la alimentación animal y el 26% al procesamiento industrial (almidón, bioetanol, alimento balanceado, etcétera).







