La resolución 41/2020 del Ministerio de Agricultura, que fue la que “autorizó comercialización de la semilla, de los productos y subproductos derivados de ésta, provenientes del trigo IND-ØØ412-7”, el nombre científico del trigo transgénico HB4, determinaba a renglón seguido que la empresa INDEAR SA (que integran Biocerees y el Conicet) “deberá abstenerse de comercializar variedades de trigo con el evento hasta tanto obtenga el permiso de importación en la República Federativa de Brasil”.
Hoy, por lo que anunció la firma Bioceres, la Comisión Técnica de Bioseguridad de Brasil (CNTBio) autorizó en su reunión mensual la comercialización de la harina proveniente de la molienda del trigo HB4. Esto hizo subir varias posiciones la acción de la firma argentina en el Mercado de Nueva York, pues se supone que es un aval muy claro a la adopción de esa variedad genéticamente modificada. ¿Pero esto significa que realmente quedó liberada la venta de semilla y la posibilidad de siembra en la Argentina?
Según altas fuentes del gobierno argentino, para nada.
“Este es un primer paso, pero hay que ir despacio. Aprobaron la harina (el producto final de la molienda) y no el grano. Pero con esto solo no alcanza para liberar la siembra en la Argentina”, aclaró un funcionario del Ministerio de Agricultura consultado por Bichos de Campo, que está empapado con este tema e incluso trabaja a contrarreloj para dar garantías a la cadena triguera nacional de que no se producirá una contaminación del trigo convencional con esta variedad transgénica, como muchos temen.
Para empezar, consideró la fuente, por ahora el aval de la CTNBio no solo es incompleto (pues abarca solo el producto harina elaborado a partir de las espigas del trigo HB4) sino que es simplemente un pronunciamiento técnico que debe ser todavía validado “políticamente” por las autoridades de Brasil.
“Si la parte política de Brasil aprueba esta normativa técnica adoptada con la harina, es un paso gigante y todo lo demás se va a dar por añadidura. Van a tener que aprobar también el grano para que puedas ingresar el trigo para hacer esa harina, porque si no sería una gran contradicción”, explicó el funcionario.
Pero esta situación promete estirar más los tiempos hasta la liberación definitiva del HB4.
Por un lado porque la Abitrigo (la entidad que agrupa a los molinos de ese país) anunció que iniciaría acciones legales contra la decisión de la CTNBio. Para esto se abre ahora un plazo de al menos 30 días, pues luego de la publicación respectiva de la aprobación de la harina de trigo HB4 se puede impugnar administrativamente esta decisión técnica.
Si existe y prospera una impugnación, que debe realizarse primero ante organismos pertinentes como el Ministerio de Agricultura de Brasil (Mapa), el organismo de vigilancia sanitaria (Anvisa) o el Instituto de Medio Ambiente de Brasil, la comercialización de la harina puede llegar a suspenderse por dos años. Pero si se rechaza, el permiso concedido por la CTNBio quedaría vigente.
Para las autoridades argentinas, de todos modos, eso tampoco alcanzaría a destrabar las siembras del HB4 en el país, pues falta el permiso al grano.
Esta variedad transgénica -que sería la única autorizada a escala global- se ha sembrado la última campaña 2021/22 sobre 55.000 hectáreas pertenecientes a 225 productores argentinos seleccionados por Bioceres, con los cuales se firmaron estrictos contratos de bioseguridad. De ellas, ya se han cosechado cerca de 10.000 hectáreas en el norte del país, con rindes pobres de menos de 1.000 kilos por hectárea. Pero la cosecha se generalizará y aumentará cuando las trilladoras vayan bajando hacia el sur.
El temor a una filtración de ese trigo modificado que contamine el resto de las cargas que la Argentina envía con su saldo exportable (de unos 14 millones de toneladas) a muchos países del mundo -además de a Brasil-, fue el principal argumento de acopiadores, molinos y exportadores argentinos para rechazar (al igual que Abitrigo), la habilitación comercial del HB4 tanto en la Argentina como en el vecino país.
En ese sentido, la fuente oficial consultada por Bichos de Campo comentó que la semana próxima el gobierno presentará a acopiadores y exportadores un diagrama o “tablero de control” del sistema ideado oficialmente para garantizar la segregación absoluta de esa variedad OGM y evitar que salpique al resto del trigo.
“Se van a sorprender mucho con la cantidad de variables” que se tomarán en cuenta para evitar este escenario de contaminación, indicó el funcionario, que, por supuesto, está negociando todos los días este tema con la propia Bioceres. De hecho, al dar la buena noticia surgida de la CTNBio, la empresa rosarina aclaró que no tenía pensado vender ni grano ni semilla esta campaña.
-Más allá que el trigo HB4 finalmente no esté autorizado, en el mercado ya se habla de controles muy onerosos para “certificar” que el trigo convencional está “libre” de ese OGM- apuntó Bichos de Campo a su interlocutor en la cartera agropecuaria.
-Se están diciendo muchas cosas, pero no es así. Por ahora en el mercado local nadie aplica controles y ni siquiera se sabe si existe la capacidad para controlar. No hay un método homologado tampoco- respondió la fuente, negando que los test puedan llegar a costar 5 dólares por tonelada de trigo o 16 mil pesos por camión, como dicen las versiones.
En los despachos oficiales, más bien, se inclinan por pensar qué el método para testear cargas a futuro no será un análisis genético (como se hacía con la soja Intacta), sino algo mucho más económico e igualmente efectivo, como el test por imágenes que ofrecen plataformas como Zoom Agri, y que ya se aplica para identificar variedades de cebada. También aclararon que, para el gobierno, los costos de ese sistema no deberían ser descontados de la billetera del productor.
“Estamos buscando tecnológicamente otras soluciones y estamos armando todos los protocolos para que no haya problemas”, enfatizó el funcionario a cargo de diseñar el que llamó un “ecosistema HB4”, destinado a preservar la cadena de trigo a salvo de posibles contaminaciones. Al decir de Las Primas: los nenes con los nenes, las nenas…
En este esquema, la responsabilidad primordial estará puesta sobre los hombros de la propia Bioceres, que ya informó a las autoridades que acumulará el trigo que vaya a cosechar estas semanas en silobolsas que serán georreferenciados en el campo y que además deberán tener -por exigencia del gobierno- unos equipos para testear online cualquier modificación del estado de esos silobolsas, midiendo por ejemplo la presión.