Este año la disponibilidad de semillas de girasol alto oleico se acabaron muy rápido en el mercado argentino porque ese negocio se “nicho” resultó por demás favorable en 2024/25.
En el ciclo 2024/25 la primera del girasol alto oleico se recuperó luego de flaquear en las dos campañas previas para ubicarse en un media de 50 u$s/tonelada con respecto al girasol común o linoleico.
Así lo indicó Marcelo Cosso, representante comercial de COFCO, durante un evento sobre girasol realizado en formato virtual por ADBlick Granos.
El aceite de girasol alto oleico se produce mayormente en la UE-27 y Ucrania, mientras que la participación de Rusia y la Argentina es marginal. Eso hace que, ante alguna falla en las dos regiones productoras, se produzcan alzas importantes de precios.
La contrapartida del fenómeno es que, con buenas cosecha en la UE-27 y Ucrania, las primas de precios se caen y el valor del girasol alto oleico se acerca mucho al de su primo linoleico.
“Para la campaña 2025/26 se pudieron hacer forwards de girasol alto oleico en un rango de 400 a 420 u$s/tonelada (precio base + diferencial)”, comentó Cosso.
“Esperamos una cosecha argentina de girasol 2025/26 de 5,75 millones de toneladas, es decir, va a haber mucha mercadería y es necesario comercializarla en el momento justo”, añadió.
En el presente mes de octubre finalizará la cosecha de girasol en la UE-27 (fundamentalmente en Francia) y Ucrania, luego de lo cual el mercado tendrá certeza sobre la oferta disponible de aceite alto oleico.
La resolución 694-E/17 del Instituto Nacional de Semillas (Inase) define al girasol oleico como aquel cuyo aceite obtenido de la molienda y análisis de sus granos F2 (producto de cruzamientos de dos híbridos F1) tenga un contenido de ácido oleico mayor al 80% con expresión suficientemente estable.
El suboleico, por su parte, es el que tiene un contenido de ácido oleico en promedio superior al 39,4% e inferior al 80,0%, mientras que el linoleico no debe exceder una proporción de 39,4% de oleico “salvo justificadas excepciones”.
Es recomendable no comercializar partidas de girasol linoleico (convencional) mezcladas con materiales oleico para evitar eventuales rechazos, dado que, al tratarse de productos diferentes, la industria aceitera exportadora debe procesarlos por separado.