En los últimos días se confirmó, gracias a lo que se vislumbró durante Agritechnica 2025, la principal feria de maquinaria agrícola y tecnología para el agro más importante del mundo, que la tendencia va hacia la autonomía de las máquinas.
Tal como ocurría en ediciones anteriores de esta muestra, que se realiza cada dos años en Hannover, norte de Alemania, lo que allí se ve, al ratito está en los campos argentinos. Pasó con el cambio de mentalidad hacia la eficiencia de consumos, luego la conectividad de la maquinaria, la recolección de datos y el análisis mediante inteligencia artificial. Todo eso, luego de la expo alemana, comenzó a hacerse popular en los campos del mundo, con Argentina algo rezagada por los eternos problemas de acceso a créditos de los productores o contratistas, que buscan tecnología, la incorporan, pero no toman riesgos ante la incertidumbre habitual.
Sin embargo, ante la curiosidad del agro argentino, cuyo público es reconocido en el mundo por ser uno de los que más y mejor incorpora tecnología a la hora de producir, estas máquinas nuevas con nuevos conceptos o tendencias aparecen y se pueden ver. Quienes se animan, las compran, claro.
Este año la tendencia indiscutida de Agritechnica fue la autonomía. Allí se mostraron cientos de desarrollos tecnológicos que dejaron de ser prototipos, y se comercializan por Europa y otros mercados, ofreciendo robotización de muchas de las tareas que se realizan en el campo. La batalla contra las malezas, las tareas de siembra y recolección de datos, son solo algunos de los temas que están en boga dentro del entramado industrial de los nuevos equipos.
En este contexto, quien se llevó todas las miradas de la reciente Agritechnica 2025 fue KARL, que no es un operario de maquinaria, sino un desarrollo que la compañía francesa KUHN, su fabricante, define no como un tractor autónomo, sino como un sistema autónomo completo, pensado para trabajar en el campo sin intervención humana directa y con capacidad de tomar decisiones ante imprevistos.
Si bien KARL es aún un prototipo, se espera que en los próximos años salga a la cancha, y con el un sinfín de tareas e implementos que “trabajan solos”. “Para nosotros, es un sistema autónomo, ya no está listo o dispuesto a venderse, pero es un proyecto que tenemos desde algunos años, y la idea es de tener un sistema que puede trabajar de manera autónomo en el campo, y también tomar decisiones o buscar o encontrar soluciones si pasa algo”, explicó Jürgen Dicker, a quien los Bichos de Campo decidimos decirle Jorge para simplificar, y que trabaja de representante de KUHN para América Latina.
Según explica Jorge, KARL no fue concebido como un tractor tradicional al que se le quitó la cabina o que posee dispositivo de automatización, algo ya extendido en el agro global. El concepto es diferente y más amplio. “La idea es que el sistema reconozca un problema y sepa cómo solucionarlo sin que una persona tenga que intervenir”, señaló, al describir la lógica de funcionamiento ante obstáculos como piedras o acumulaciones de suelo.
Desde el punto de vista energético, el equipo combina tecnologías conocidas con un enfoque distinto: “KARL es un tractor con un motor de combustión de 170 caballos, pero todo el resto es eléctrico. La tracción es por motores eléctricos, la toma de fuerza es eléctrica y la transmisión de energía al implemento pasa por un sistema eléctrico”.
Uno de los aspectos más relevantes del desarrollo es que la inteligencia no está concentrada solo en la unidad portante. El implemento también juega un papel clave. “El implemento también tiene su inteligencia, tiene muchos sensores, captores, para informar cuál es la situación, cuál es el estado de trabajo”, explicó.
Como ejemplo concreto, detalló el funcionamiento de los sensores instalados en el rodillo: “Tenemos captores que captan la resistencia a la tracción y dicen: ‘tengo más resistencia, pasa algo, estoy trabajando demasiado profundo o hay una acumulación de tierra’. Entonces el sistema decide qué hacer: parar, levantar un poco, retroceder, para poder pasar este obstáculo”.
Según Dicker, el sistema fue diseñado específicamente para tareas agrícolas de ciclo anual y no para todas las actividades del campo: “La idea es para trabajos de campo: preparación de suelo, siembra, protección de suelo, trituración. No pusimos foco en la cosecha de forrajes, por ejemplo. No vamos a poner segadoras”, aclaró.
Consultado sobre el perfil de productor al que apunta esta tecnología, el representante de KUHN puso el foco en una problemática cada vez más extendida en Europa, que es la escasez de personal. “El problema es la escasez de gente que quiere trabajar en el campo. Muchas veces son empresas que no solamente tienen agricultura, sino también leche o carne, y muchas tareas con poca gente”.
Mirá la entrevista completa con Jürgen “Jorge” Dicker:
En ese contexto, Dicker explicó que la automatización aparece como una herramienta para ganar tiempo y calidad operativa: “Una posibilidad es ganar tiempo y aumentar la calidad de trabajo, automatizar funciones y trabajos que hay que hacer durante el año, con una combinación tractor-implemento autónomo”.
KARL todavía no está disponible comercialmente, aunque ya se encuentra trabajando en distintos entornos para validar su funcionamiento. “Todavía es un prototipo. Estamos pensando si en tres o cinco años podemos proponerlo. También estamos evaluando si lo vamos a vender o alquilar”, explicó.
Uno de los ejes estratégicos del proyecto es la posibilidad de operar varias unidades de manera simultánea. “Queremos que este aparato sea lo más flexible posible. Ponemos mucho foco en la capacidad de que varios KARL puedan trabajar juntos, dos o tres en el mismo campo”.
Según detalló, las máquinas se comunican entre sí: “Cada uno define su camino y sus paradas, para no tener problemas con varias máquinas en el mismo campo. Se puede agregar una máquina más o sacar una sin tener que reprogramar todo”.
Además, remarcó que se buscó mantener un tamaño compacto: “La idea también es mantener una máquina compacta para facilitar el traslado entre campos”.
Además de KARL, KUHN presentó en Agritechnica otra novedad que también atrajo la atención del público. Y es una segadora de discos suspendida al tres puntos del tractor, la más grande del mundo en su tipo. “Es una segadora simple de discos con casi quince metros de anchura de trabajo”, explicó.
El objetivo, según detalló, es responder a la evolución de los tractores: “Los clientes buscan más eficiencia, los tractores cada vez tienen más potencia y capacidad, y nosotros tenemos que adaptarnos con implementos para que puedan utilizar esa potencia”.
Pese a su tamaño, el equipo fue diseñado para cumplir con normativas de transporte europeas: “La máquina se pliega a tres metros de anchura y cuatro metros de altura en transporte”.
Sobre el cierre, el representante de KUHN se mostró optimista respecto al mercado argentino. “Ya estamos en Argentina con nuestros productos, y esto va a ser algo nuevo también para el campo argentino”, afirmó, al referirse tanto a la segadora como, a futuro, a tecnologías como KARL.




