El FETA (Fondo Estabilizador del Trigo Argentino) que el ex secretario kirchnerista Roberto Feletti armó para subsidiar el precio del cereal y desacoplarlo del exterior (aunque una denuncia penal en su contra argumenta que solo habría sido un traje a medida para socorrer a una empresa, Molino Cañuelas), esta a punto de implosionar. No solo no logró bajar el precio del pan ni detener su escalada, como había prometido el gobierno, sino que tampoco logró convencer a la mayoría de molinos de sumarse. Además, nunca cumplió con los pagos.
Es que el temor de los molinerso se cumplió mucho antes de lo que se pensaba: por los cambios de funcionarios y los problemas financieros dentro del propio Estado, ni Molino Cañuelas ni el otro puñado de empresas que se sumaron a la iniciativa de Feletti están cobrando el dinero que el Fideicomiso Triguero debía pagarles para abaratar artificialmente el precio de la harina mayorista. El insumo de panaderías y casas de pastas vale en el mercado unos 1.700 u 1.800 pesos (por bolsa de 25 kilos), pero gracias a este artificio el gobierno iba a subsidiar la diferencia para que ese grupo de empresas pudieran venderla a 1.200/1.300 pesos.
El dato duro es que Cañuelas, el grupo que lidera el mercado con más del 20% de la molienda total del cereal, habría paralizado en las últimas horas varias de sus plantas de molienda, para no seguir acumulando harina de trigo subsidiada ni engrosar todavía la deuda en que está incurriendo el FETA, que solo le habría pagado el anticipo escandaloso de 1.300 millones de pesos para poner en marcha el operativo, pero después de eso no desembolsó los pagos correspondientes a las ventas de harina subsidiada.
Fuentes del sector contaron que varias de las plantas del grupo de la familia Navilli ingresaron en mantenimiento, y que este sería un modo de forzar una definición de las nuevas autoridades de Comercio Interior para autorizar los desembolsos adeudados por el Fondo Estabilizador, un complejo entramado financiero que se propuso desviar unos 400 millones de dólares que el Estado recaudarían este año por el aumento de las retenciones a los derivados de la soja hacia este fideicomiso administrado por el BICE, que debe certificar la venta efectiva de la harina subsidiada y pagar las compensaciones de acuerdo a un compleja fórmula.
Entre los panaderos que estaban siendo beneficiados con esta harina subsidiada esta mañana ya se corría la voz de que Cañuelas estaba amenazando con cortar desde la semana próxima las entregas de ese insumo. más barato. Hasta ahora no se verificó que la entrega de esa harina subsidiada sirviera para abaratar los precios finales del pan y otros alimentos panificados, dando la razón a quienes argumentaban que ni el trigo ni la harina eran determinantes en la formación del precio final del pan, sino que apenas incidían en cerca del 15/20%.
Por esa misma razón, la inmensa mayoría de los molinos (son 160 plantas en todo el país) rechazó desde el vamos el fideicomiso, y argumentó que sería mucho mejor utilizar el dinero de la soja en subsidiar directamente a los consumidores que más lo necesitaban. Solo unas pocas compañías se sumaron a Cañuelas: Morixe, Harinas Bajo Hondo, Molisud y Pehuajó. Ninguna de ellas estaría cobrando más que el anticipo.
Otro argumento empresario en contra del FETA fue que con este mecanismo solo se iba a lograr distorsionar el mercado de la harina de trigo, otorgando mayor de compra a los molinos subsidiados en desmedro de sus competidores. Fue lo que efectivamente sucedió.
En las próximas horas, según anticiparon diputados de la Coalición Cívica, se conocerá la ampliación de la denuncia penal que presentaron en contra de Feletti, de quien se sospecha armó todo este gigantesco y multimillonario fideicomiso para ayudar en realidad no a los consumidores de pan sino al grupo Molino Cañuelas, que ingresó en convocatoria de acreedores con una monumental deuda de 1.300 millones de dólares, que incluyen al menos 2.500 millones de pesos de pasivo con la AFIP.
En mayo Cañuelas, al igual que su controlada Florencia, y la pampeana Molisud cobraron unos 1.500 millones de pesos que como anticipo pagó el FETA a minutos del cierre bancario de un viernes, tal como informó Bichos de Campo. El lunes siguiente el secretario kirchnerista presentó su renuncia al cargo. Por lo que dice la denuncia penal, para ese momento el Fideicomiso apenas había sido constituido, y no se sabe ni quien ni con qué argumentos se aprobaron esos desembolsos. Solo se sabe que Cañuelas debía comenzar a devolver parte de ese dinero ni bien cobrara la primera liquidación formal, lo que al parecer no sucedió. Otra parte de ese anticipo -con el que la empresa logro financiar la actividad de sus plantas y disputarle clientes a sus competidoras- debía ser reintegrada recién a fines de 2022.
El sucesor de Feletti, Guillermo Hang, también confirmó este mecanismo, e incluso anticipó que el mism,o FETA absorbería otro Fideicomiso armado por el gobierno para subsidiar los precios de los paquetes de harina vendidos bajo el programa de Precios Cuidados, ya que el dinero privado allí aportado apenas alcanzó para sostenerlo un par de meses. Pero Hang también se fue, siguiendo los pasos del ministro Martín Guzmán. El nuevo secretario de Comercio Interior designado por Silvina Batakis, Martín Pollera, ahora debe decidir qué hacer.