El presidente Alberto Fernández creó un fondo de unos 400 millones de dólares de la soja a la medida del secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, para que éste pueda subsidiar a su gusto los precios del trigo utilizado para la elaboración del pan consumido por los argentinos. Pero no hay ninguna certeza de que semejante medida baja a impactar en una baja del precio de ese alimento. Es lo que al menos contestó el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, cuando Bichos de Campo le preguntó por el impacto esperado de la medida.
-Ministro, ¿cuánto podría bajar el precio del pan con semejante subsidio a la industria molinera?
-Nosotros nos hacemos cargo de la competencia propia del Ministerio de Agricultura. La incidencia de la medida corre por cuenta del Secretario de Comercio Interior- contestó Domínguez, que fue obligado a dar explicaciones a la prensa sobre este nuevo fideicomiso triguero, cuya única autoridad de aplicación será Feletti.
Pocas precisiones pudo dar el ministro de Agricultura. Solo atinó a decir que la situación será “temporal” y que se debe “al conflicto bélico que afecta a dos países que son dos destacados productores agrícolas, especial en trigo, donde representan 28% del comercio global”. Esto recalentó los precios del grano en todo el mundo, con una suba del 37% desde el inicio de la guerra, “lo que llevó en pocos días a que el precio interno subiera entre 25 a 35 mil pesos la tonelada”, explicó Domínguez.
Según esta versión, la orden del presidente Alberto Fernández al subir las retenciones de la soja para armar con esos recursos un fondo estabilizador del trigo argentino fue llevar el costo de la materia prima de los molinoa a los “valores pre-bélicos”.
Esta definición permite inferir que el gobierno pretende subsidiar la diferencia entre el precios actual del trigo (que se ha estabilizado en torno a 35 mil pesos por tonelada) y los 25 mil pesos mencionados como valor de antes del inicio de la guerra. El subsidio a los molinos sería entonces de unos 10.000 pesos por tonelada del trigo comprado por los molinos y utilizado para elaborar productos panificados.
En el otro fideicomiso cerealero reglamentado hace unos diez días para poder subsidiar la harina vendida en paquetes de 1 kilos y la utilizada en los paquetes de fideos secos, el precio de corte del trigo había sido fijado todavía más abajo, en 23 mil pesos por toneladas. Por lo que el subsidio a la harina vendida en bolsas de 25 kilos a las panaderías podría ser todavía mayor. Habrá que esperar que Feletti reglamente las cosas. Por ahora es todo un gran misterio.
Javier Preciado Patiño, el subsecretario de Mercados Agropecuarios, calculó a grandes trazos que si Comercio Interior subsidiara unos 10 mil pesos por tonelada de harina (serían diez pesos por kilo), el dinero que se planeaba recaudar en lo que queda del año por la eliminación del diferencial de retenciones a la industria sojera (unos 350 millones de dólares) debería alcanzar para “desacoplar” los precios del trigo utilizado para el mercado interno, que se calculó en 3,5 millones de toneladas. Esto sin contar con las toneladas de trigo que el sector molinero utiliza para elaborar la harina de exportación (no llegan a 1 millón de toneladas por año) y las 800.000 toneladas que se utilizan para los paquetes de 1 kilo de harina y los fideos, y que se subsidiarían a través de otros fideicomiso “privado”. El de Feletti será “público” .
Si se destinan 10 mil pesos para abaratar 3,5 millones de toneladas de trigo, estaríamos hablando de un fondo de intervención por 35.000 millones de pesos, que al tipo de cambio oficial daría una suma equivalente a 320 millones de dólares.
¿Servirá esa suma multimillonaria para abaratar los precios del pan?
En una de sus últimas mediciones, la Fundación FADA calculó que la incidencia del precio del trigo en el precio final de un kilo de pan francés era de solo 12%, mientras que el molino representaba 6%, la panadería el 57% y los impuestos otro 25%. Esos valores se mantienen más o menos estables. Es decir que los eslabones de producción (productor más industria) explicaban el 18% del precio final, menos de lo que cobraba el Estado por impuestos y mucho menos de la participación de los comercios minoristas (mano de obra, alquileres, energía, transporte).
Si el precio del trigo se estabilizara en los 35.000 pesos por tonelada a los que ha llegado en el marco de la guerra, el subsidio de 10 mil pesos por toneladas implicaría abaratar menos de 30% el costo de la materia prima que utilizan los molinos para fabricar la harina. Pero esta medida tendría un impacto bastante menor entre los costos que se tienen en cuenta para ponerle precio al kilo de pan, ya que como se dijo el peso de la cadena triguera hasta la salida del molino inciden en menos del 20% del valor final.
En febrero pasado, según el INDEC, el precio del pan francés promediaba los 200 pesos. Ahora, con el conflicto bélico avanzado, las panaderías habrían remarcado el producto hasta llevarlo a por los menos 250 pesos.
Si un 18% sobre ese valor fuera el costos de la cadena trigo/harina, resultaría que solo unos 40 pesos de ese precio final corresponden a los sectores productivos. Imaginando que el nuevo subsidio llegara a los 10 mil pesos por tonelada, el 30% de subsidio operaría solo sobre la materia prima, y representaría en el mejor de los casos unos 15 pesos por kilo.
El pan que en febrero pasado se vendía a 200 pesos y que ahora ha llegado a valer 250 pesos (por el acumulado de muchos costos y no solo por el valor de la harina) podría abaratarse y pasar a valer unos 235 pesos.
Es decir más que antes del comienzo del conflicto armado entre Rusia y Ucrania. Por eso es muy razonable pensar que los 400 millones de dólares para Feletti -que pondrán los productores agrícola- se diluirán entre los molinos y las panaderías, pero sin representar un beneficio concreto para los productores.
-Señor secretario Feletti… ¿Cuánto podría bajar el precio del pan con este gigantesco subsidio?
Cri, cri, cri. Ojalá el secretario de Comercio Interior brindara conferencias de prensa para poder hacerle esta pregunta.