En la Argentina, pese a las dilaciones que impone la política de combustibles del gobierno nacional, la industria del bioetanol de maíz viene creciendo y se han batido récords de producción en 2022, cuando se produjo 32% más que en el ciclo anterior. Sin embargo, la utilización de maíz argentino por dicha industria es muy limitada todavía, pues absorbe menos de 4% de la producción. Estados Unidos, que lidera esta carrera hacia los biocombustibles, llega a utilizar más del 35% de su maíz con este objetivo.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) elogió el desempeño del bioetanol argentino, cuya oferta creció 16% interanual en 2022 siguiendo el mayor consumo de naftas. El biocombustible corta el hidrocarburo en un 12%, pero como la oferta de la variedad de caña de azúcar se estancó, el principal papel lo asumieron las fábricas que elaboran el etanol de maíz, cuya oferta creció 32% de un año para otro.
“El bioetanol llega a su máximo de producción de la historia y este hito productivo del 2022 tiene por protagonista al maíz argentino. En este sentido, la producción de bioetanol de maíz creció un 32% en 2022 y alcanzó su máximo histórico. Desafortunadamente la sequía impactó sobre la disponibilidad de caña de azúcar e impidió un mayor crecimiento del bioetanol con origen en este cultivo”, explicó el trabajo. En conjunto se aportaron 1,17 millones de metros cúbicos.
La BCR subrayó que de este modo “la industria del etanol lleva más de una década aportando más valor a la producción maicera argentina” con algunos beneficios visibles: sustituye importaciones de naftas y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero sobre todo, se genera nueva demanda sobre el maíz, lo que representa mayores oportunidades para los productores de este cultivo clave. “Hoy la industria del bioetanol de maíz se asienta en tres provincias argentinas. Sin embargo, de ampliarse su corte obligatorio, podría crecer para aportar dinamismo y más generación de empleo de calidad a nivel federal”, afirma el documento.
Pero lo más interesante del trabajo es un cuadro que compara la situación de la Argentina respecto de otros países que convierten su maíz en este biocombustible: Estados Unidos y Brasil.
Esta comparación muestra que a pesar de batir récords el bioetanol argentino está muy lejos de sus techos, ya que mientras aquí se utilizó en 2022 solo el 3,7% de la cosecha de maíz para elaborar este derivado, en Brasil la industria absorbió el 9,3% del grano disponible y en Estados Unidos nada menos que el 35,3% de la cosecha maícera tuvo este destino.
Aquí en la Argentina, con una cosecha previa de casi 50 millones de toneladas, la industria bioetanolera demandó solo 1,8 millones de toneladas de maíz. En Estados Unidos, en cambio, se utilizaron 135 millones de toneladas.
Por eso desde la BCR se estableció que “esta pujante industria tiene mucho potencial y espacio para crecer en nuestro país, con materia prima abundante para procesar y enormes capacidades para potenciar y brindarle más escala a la industria”.
Pero Brasil y Estados Unidos pican claramente en punta. “Entre estos dos países se explica el 80% de la producción de etanol del mundo. Por un lado, prácticamente la totalidad del bioetanol de los Estados Unidos consiste en bioetanol de maíz. El año pasado Estados Unidos se habría acercado a producir 60 millones de metros cúbicos, la mitad del etanol del mundo”, destacó.
En territorio estadounidense, la mayoría de las 192 plantas de etanol se ubican próximas a las zonas productoras maiceras, con especial peso de Iowa, Nebraska, Minnesota, Illinois e Indiana. La política de biocombustibles en ese país se basa en la Renewable Fuel Standard (RFS), que establece el corte obligatorio a través de determinar volúmenes de producción y mezcla de biocombustibles para cada año. Estos volúmenes se cumplen a través de un mercado de bonos de mezcla de biocombustibles.
Si bien el mandato de corte de naftas con etanol en Estados Unidos se establece en 10% (E10), existe un abanico de políticas complementarias a nivel federal y cada uno de los estados, lo que lleva a los cortes efectivos más usuales se encuentren entre el 20% y 30% de etanol, según el Departamento de Energía de los Estados Unidos. Así, ya hay más de 4.200 estaciones de servicio que proveen y más de 20 millones de vehículos flexibles que pueden cargar hasta gasolina E85, es decir, con un 85% de etanol y un 15% de nafta.
En su caso, Brasil tiene su mercado de etanol dominado por el bioetanol de caña de azúcar. Sin embargo, el etanol de maíz viene creciendo a dos dígitos año tras año. RenovaBio es el nombre del programa que desde 2016 impulsa este sector. Si bien la actual legislación permite al corte obligatorio de bioetanol oscilar entre el 18% y el 27%, se ubica hoy en el 27% y no cae por debajo del 20% desde el 2006.
Brasil tiene la flota de vehículos flexibles más grande del mundo, con más de 30 millones de autos. Estos pueden utilizar etanol hasta E100 (es decir, con un corte del 100%) en los casos del etanol hidratado.