El viernes pasado, en el mismo momento en que Juan Grabois felicitaba a los ministros y candidatos Sergio Massa y Victoria Tolosa Paz por poner en marcha un programa llamado Registro Único de Solicitantes de Lotes (RUS) para “identificar la demanda de suelo” tanto para viviendas como para proyectos productivos de la agricultura familiar, su compañero de fórmula y el ministro de Defensa, Agustín Rossi y Jorge Taiana, celebraban la devolución al Ejercito Argentino de 3.800 hectáreas que formaban parte del “Campo Establecimiento General Paz”,ubicado en la localidad de Ordoñez, Córdoba.
No queda claro. Parece que Rossi y Taiana no comulgan demasiado con la idea de sus compañeros de gobierno y militancia respecto de la necesidad de destinar tierras del Estado que estén ociosas a nuevos ocupantes. Por el contrario, en este caso el Ministerio de Defensa retrotrajo una situación y decidió devolver parte de ese campo cordobés, ubicado en la Ruta Provincial 6, Estación El Retiro, a la Dirección de Remonta y Veterinaria del Ejército. Esta dirección, seguramente, volverá a negociar con contratistas para producir bienes que se destinarán al autoabastecimiento de dicha fuerza. Es algo que también criticaba la ex ministra del área, Nilda Garré, en tiempos del primer kirchnerismo.
Lo que el jefe de Gabinete y su ministro de Defensa festejaron el viernes junto a los altos mandos militares fue la reasignación al Ejército por parte de la AABE (Agencia de Administración de Bienes del Estado) del las dos terceras partes de esa estancia. Es decir, ese organismo dio marcha atrás devolviendo al Estado una de las estancias que el gobierno de Cambiemos había decidido destinar al sector privado.
Aquí los relatos se bifurcan según de qué lado de la grieta nos pongamos, porque la gestión de Mauricio Macri había presentado dicha iniciativa como un proceso de “colonización” agrícola, incluso acordado con la Federación Agraria Argentina. Este gobierno, en cambio, ahora dice que se están recuperando “tierras que se habían puesto a la venta”.
Magro resultado en la primera subasta de lotes del Ejército en Córdoba: solo 7 de 20
Como sea, en el acto encabezado por el el jefe de Gabinete y compañero de fórmula de Massa, Agustín Rossi, el ministro Taiana, el jefe del Ejército Guillermo Olegario Pereda, y el presidente de la AABE Eduardo Albanese, se anunció “la recuperación de parte de un campo” para el propio Ejército. Mejor dicho, queda solo una tercera parte de lo que era el mismo, pues ya se transfirieron unas 8.500 hectáreas a productores cordobeses, las dos terceras partes de la vieja estancia militar.
“Hemos puesto al rol de la defensa y el rol de las Fuerzas Armadas en el centro del debate político nacional y esto era una deuda de la democracia sobre todo en estos tiempos, en los que nos convocan a discutir sobre el pasado. Nosotros proponemos unas Fuerzas Armadas que miren hacia el futuro”, indicó Rossi, que paradójicamente estaba celebrando una medida que implica retrotraer algunas cosas, es decir volver al pasado.
Taiana, por su lado, destacó la importancia de que el Estado tenga “bienes, objetivos y recursos para defender el interés general” y expresó: “Hoy vuelve a Remonta y Veterinaria un campo que es productivo, que es de gran valor, que produce alimentos y recursos y que es uno de los elementos que tienen que tener las Fuerzas Armadas también para avanzar en su autonomía y su autofinanciamiento”.
“Nosotros estamos mostrando que defendemos y llamamos a defender el patrimonio de todos los argentinos, que es el patrimonio del Estado nacional y en particular, el patrimonio de las Fuerzas Armadas y en este caso del Ejército. Tenemos como objetivo un Estado que tenga la capacidad de defender a la sociedad, que se sienta protegida de cualquier agresión externa por parte de cualquiera que quiera aprovecharse de sus derechos, de las riquezas, de la voluntad o de la libertad de nuestro pueblo”, añadió.
La gacetilla oficial dirá que “durante el gobierno anterior, el patrimonio del Ministerio de Defensa sufrió una etapa de constante descapitalización de sus activos inmobiliarios. En ese sentido, simboliza un caso emblemático lo ocurrido con el Campo General Paz, que en el año 2017 por el Decreto 225/17 fueron vendidas 8500 hectáreas, más de las dos terceras partes del lote total por un valor por debajo del cotizado a valor de mercado, generando un doble perjuicio económico al Ejército y a la jurisdicción de Defensa”.
Si nos remontamos al archivo de esos años, el ex titular de la AABE en tiempos del macrismo,
Ramón Lanús: “Hay campos del Ejército que pueden producir más en manos privadas que del Estado”
“Esto tiene que ver con derogar una ley de 1952 que preveía el autoabastecimiento de las fuerzas del Ejército ante presencia de un conflicto bélico. Habiendo pasado 70 años de aquella sanción, las posibilidades de un conflicto bélico son realmente nulas, y no tiene sentido que el Ejército tenga que procurarse el autoabastecimiento para el caso de un conflicto; por lo cual, derogamos esta ley, lo que no implica en el corto plazo, ninguna decisión sobre el stock de 50.000 vacas ni sobre la administración de los campos del Ejército”, explicó Ramón Lanús. La del campo de Ordoñez fue la primera experiencia de una ofensiva que luego no se terminó de concretar, porque en 2019 Cambiemos perdió el gobierno.
“En 2020, con el nuevo Gobierno y una firme decisión de recuperar el patrimonio inmobiliario estatal, el entonces ministro Agustín Rossi tomó intervención en el tema y logró dejar sin efecto la resolución que autorizaba la venta del sector del campo que aún no había sido rematado. Hoy, por indicación del actual ministro Jorge Taiana y el accionar de la AABE las cerca de 3800 hectáreas de tierras recuperadas vuelven a manos del Ejército Argentino”, cuenta ahora Defensa sobre el final de esta historia.
Por lo menos hasta que cambie el gobierno. Porque si gana Massa, el compañero de fórmula de Rossi, el compañero de gabinete de Taiana, tiene previsto utilizar los atierras fiscales disponibles para atender las demandas de tierras que surjan del nuevo RUS, como le prometió a Grabois.
¿O sería otra promesa infundada de campaña?