El productor y agronómo Nicolás Bronzovich, querido y respetado en el ambiente, decidió en diciembre sumarse a la función pública en el marco del cambio de gobierno: ahora es el director nacional de Agricultura. Como tal, de entrada le tocó jugar un partido difícil, ya que a partir de enero es creciente la presencia de “chicharrita del maíz” en los lotes sembrados con ese cultivo, provocando daños que podrían reducir de 8 a 12% el volumen final de la cosecha, según los últimos cálculos oficiales.
Ese nivel de daño representa mucho dinero perdido, sobre todo para los productores más afectados. Nicolás reconoce que, sin una defensa eficaz, el primer “chico” contra la plaga lo estamos perdiendo por varios goles. Poco queda por hacer con la campaña 2023/24 tan avanzada, ya con muchos lotes cosechándose. Aunque suene feo decirlo, a esta altura -con la cosecha avanzando- no queda mucho más que esperar el pitazo final del árbitro y mirar el marcador final, para contabilizar las pérdidas.
Pero al gobierno y a toda la comunidad agrícola les preocupa la revancha, a jugarse en la campaña 2024/25, que debe sembrarse en unos meses. Hay muchos nervios y malas noticias, pues muchos hinchas del país están pensando en seguir produciendo ese cultivo y, asustados por las pérdidas provocadas por la Spiroplasma (la enfermedad que va de lote en lote a bordo de la chicharrita) hasta empiezan a pensar en cambiarse de casada, hacia el sorgo u otras opciones. Bronzovich, en este sentido, dice que sería un error estratégico grave desistir de hacer maíz, en especial pensando en las rotaciones agrícolas. Pero sabe que deberán ofrecer resultados para renovar la ilusión de los productores.
Pensando en ese partido de vuelta, en esta final entre la chicharrita y la agronomía, esta semana Bronzovich asumió como director técnico de un equipo que ha sido reforzado por grandes jugadores venidos de todas las canteras: técnicos de AAPRESID, de los grupos CREA, de los colegios de Ingenieros Agrónomos de las distintas zonas del país, de la industria semillera, de los expertos en aplicaciones, etcétera. Todos ellos y los del propio Estado (INTA, Senasa, INASE) conformaron una mesa técnica para buscar los mejores modos de juego para enfrentar a la chicharrita.
Es algo que venía reclamando la comunidad agropecuaria: una mayor coordinación para salir a la cancha.
“Con el sombrero de agrónomo le doy la bienvenida a la agronomía, junto con todos los agrónomos otra vez al lote. Con el sombrero de productor, sobre todo si fuera un productor de los que están en la zona afectada, tengo que morder los dientes y enfrentar otro desafío más para esta actividad a cielo abierto. Pero también es cierto que los agricultores estamos habituados a superar esos desafíos”, dice Bronzovich en diálogo con el programa Colonia Agropecuaria, por AM550.
El director nacional de Agricultura dice que en particular este partido contra la chicharrita no tiene una fórmula para triunfar, sino muchas. “Ningún agrónomo va a poder traernos una solución, sino (que el camino) es integrando los conocimientos de ese agrónomo con los de muchos otros actores. Ese fue el espíritu que intentamos plasmar en la Mesa Técnica . Juntarnos con distintos saberes que sumados nos ayuden a llevar a la comunidad un conocimiento conjunto.
Eso está muy claro de entrada: las recomendaciones agronómicas que harán falta para frenar el avance de la chicharrita en la próxima campaña maicera no serán una receta infalible, sino múltiples opciones para distintas regiones, para distintos tipos de maíces, si fueran tempranos, si fueran tardíos. La estrategia de juego no girará en torno a un solo jugador ni habrá un producto milagroso, sea un bioinsumo o un agroquímico, ni con una fecha de siembra determinada, ni con una maquinaria determinada, ni con un híbrido específico.
“Sin duda, suena feo y parece una verdad de perogrullo. La principal solución es coordinarnos. Yo sé que suena hasta a vendehumo. Muchos van a decir que este director nacional está metiendo zaraza”, reconoce Bronzovich.
-Lo que van a decir es que cuando quieren esquivar un problema se crea una comisión. Pero en este caso es la manera más adecuada de intercambiar conocimientos entre un montón de actores para tratar de buscar respuestas que hoy agronómicamente no están, porque con la chicharrita hay más dudas que certezas.
-Es cierto. Todos aquellos que tienen conocimiento de agro van a jugar un rol, tenemos que llegar a todo y cada uno de los productores que los curasemillas van a poder hacer un aporte, que los tratamientos de semilla van a poder hacer un aporte. Ahí está trabajando el SENASA rápidamente para que algunos tratamientos de semilla que hoy no estaban habilitados en Argentina lo estén para la próxima campaña. Pero habrá que hacer un buen barbecho, monitorear y controlar sobre todo el maíz guacho, que hasta el conocimiento que tenemos hoy es el único hospedante que tiene el vector de la plaga. Será clave. Ahí hay un montón de herramientas para aprovechar y utilizar. Tenemos que llegar con bajos niveles de vector a la próxima campaña de siembra de maíz.
-¿Pero no habrá nada milagroso?
-Todo suma un poco. Yo no te puedo asegurar que un buen curasemilla te solucione el problema, pero digo que hará un pequeño aporte, y que se integra al control del maíz guacho, y que se integra a la mejor selección de la fecha de siembra. Es tecnología de procesos. En Argentina ahora tenemos que ajustar esos procesos. Pero nosotros, los argentinos, fuimos campeones de manejar la fecha de siembra de maíz y generamos una revolución, que yo le llamo bioeconómica, con mucha convicción, atrasando fechas de siembra de maíz, ajustando densidades. Bueno, ahora tenemos que rediscutir esto en el marco de esta plaga.
-¿Qué quiere decir?
-Tenemos que coordinarnos, tenemos que repensar en qué zonas realmente tenemos que ir a maíz tardío, en qué zonas no. Seguramente al norte, donde la plaga es más endémica y está más instalada, sea clave que esas fechas de siembra tratemos de coordinarlas. Ahí estamos pensando cómo facilitar, porque este no es un Estado que vaya a poner ninguna obligatoriedad, pero sí empezar a generar información valedera, que dé ciertas certezas.
-¿Recomendaciones?
-Recomendaciones, exacto, prescripciones.
Bronzovich coincide en que en que la Argentina se juega mucho en este partido. Si estas recomendaciones no aparecen pronto y muestran eficiencia, se corre serio peligro de que la Argentina descienda en sus intenciones de siembra del maíz en la campaña 2024/25, lo que tendría impacto no solo en el ingreso de divisas en 2025 sino sobre muchas actividades que utilizan internamente ese grano, como los productores de carnes, de leche, de bioetanol.
Dice el funcionario que, en este contexto, “no queremos generar miedo sino alerta, que es algo muy distinto. Estemos alertados que sufrimos una plaga. A quien la sufrió ya en carne propia no necesito alertarlo yo, pero que sepa que hay múltiples actores trabajando en trasladar soluciones, y que hay muchísimas zonas donde la plaga no es tan endémica, donde esas soluciones adquieren mayor valor y realmente limitan mucho el potencial daño de la plaga. También hay zonas en donde es muy difícil acotar, y dependemos mucho de cómo juegue el clima, de cuán frío venga el invierno”, reconoció.
Bronzovich, como buen agrónomo, cree que en algunos casos podría ser necesario tomar medidas drásticas como cambiar maíz por sorgo, pero cree que serán acotados. “Yo entendería perfectamente que una persona decida cambiar de cultivo y me parece una decisión libre y valedera, pero la verdad es que, sin la plaga por medio, el cultivo de maíz juega un rol en la rotación de cualquier empresa agropecuaria, así que yo como agrónomo no me costaría recomendar que lo bajen así del todo”.
Cree, de todos modos, que este tipo de recomendaciones deberán surgir “del agrónomo más cercano, el que está en el lote”.
-Lo concreto es que armaron una suerte de seleccionado agrícola, como para hacer frente a un equipo que por ahora es poderoso, la chicharrita, con el que venimos perdiendo por goleada, si fuera un ida y vuelta. ¿Compartís los diagnósticos de pérdidas de al menos 6 millones de toneladas de maíz este año?
-Dentro del área de la Dirección de Agricultura también me toca la responsabilidad de las estimaciones agrícolas, y esto ha sido motivo de horas de trabajo y miles de kilómetros de ruta. Pero cuando te toca ir al lote a dimensionar la plaga, estamos ahí preguntándonos si nos estamos quedando cortos. Todavía falta, necesitamos llegar a esta cosecha para ver cuán bueno fuimos estimando el daño. Nosotros como Dirección de Estimaciones Agrícolas estamos viendo entre un 8% y 12% de la cosecha prevista de maíz. Cuando sos productor y te tocó 90% de daño, que los hay y muchos, realmente parece poco. Pero lo que vemos nosotros es un gran daño en maíces tardíos, sobre todo del norte de Córdoba, de Santiago del Estero, del norte de Santa Fe, Tucumán, Entre Ríos. En esos cultivos vemos un alto porcentaje de daño.
-¿Allí estará en discusión si volver a sembrar maíz?
-Si bien en el norte este año va a haber niveles de daño en algunos lotes, ahí sí integrando diversas prácticas, seguramente nos aseguren buena prevención de la enfermedad. El problema es del norte de la provincia de Buenos Aires para arriba y sobre todo del centro de Santa Fe para arriba. Ahí la cosa va a implicar mucho más esfuerzo de nuestra parte.
-Bueno, pero aceptado que perdimos el primer chico, porque los daños ya están, el bueno va a ser el partido de vuelta y ahí van a ser claves las recomendaciones y los avances que pueda hacer la agronomía pública y privada. El comité técnico se vuelva a juntar el 2 de mayo. Esta mesa técnica debería producir cosas buenas y oportunas que van a llegar para dar vuelta el marcador en la campaña 2024-25…
-Sí, perdimos el primer chico por goleada. Me hago cargo como agrónomo, lamentablemente me hubiera gustado tener el conocimiento para prevenir la plaga, no la pudimos prevenir, realmente es difícil de prevenir. Hubo algunas alertas que se nos pasaron. Bueno, ahora ajustemos el sistema para que no se nos pase en la próxima campaña. La Argentina, aún con toda esta autocrítica que hago, tiene agrónomos mucho mejores que yo. Seguramente en cooperación con muchas otras profesiones vamos a salir a la cancha a buscar esta revancha.