Alfonso Ramón Suárez es un pequeño productor muy diverso, ya que en las 3 chacras en las que trabaja realiza una interesante colección de cultivos, algunos para vender y subsistir, y algunos otros para consumo personal.
Alfonso trabaja las 15 hectáreas que resultan de la suma de las 3 chacras productivas junto a su esposa y sus hijos, quienes día a día recorren y realizan las labores pertinentes.
En esas 15 hectáreas, la familia Suárez cultiva yerba mate, tabaco, maracuyá, palta Hass, mandioca, papaya, bananas, verduras como tomate y cebolla, maíz y hasta mangos. Claro, la producción de Alfonso y su familia está en pleno corazón de Misiones, en la zona de Dos de Mayo.
Si bien la región donde viven los Suárez es conocida por la producción de yerba mate, Alfonso cuenta a Bichos de Campo que quizá el cultivo que mayores beneficios le da es el tabaco, ya económicos como cotidianos. Algo controversial, ya que el, como muchos otros productores de este cultivo, quiere dejar de hacerlo y dedicar esas tierras a otras producciones.
Cuenta Alfonso que “la idea es dejar de hacer tabaco, pero siempre te da algún ingreso”, explicando la encerrona en la que se encuentra. Según su visión, además del destino final que tiene el tabaco – que ya es motivo suficiente para abandonar su siembra- es muy trabajoso el trabajo diario para mantener un cultivo en condiciones: “El tabaco te da mucho trabajo y el precio nunca acompaña. No recompensa el trabajo que te da. Es un trabajo de todos los días. Si lo hacés, no te queda tiempo para producir otra cosa”, dice el agricultor en diálogo con este medio.
Sin embargo, el misionero explica que el rubro tabacalero hace mucho esfuerzo para que la producción de este cultivo se mantenga. “El colono sigue plantando tabaco por la obra social. La mejor obra social que tiene Misiones es la del tabacalero. La otorgan los gremios tabacaleros. Lo hacen para mantener vivo al cultivo y al colono también”.
“De alguna manera estás obligado, se podría decir que sí. Tenés una buena obra social, un ingreso durante todo el año, porque hay retorno cada 30 o 60 días, y a fin de año tenés la Caja Verde”, resume Suárez haciendo referencia en esto último a un bono anual que reciben los productores de tabaco con recursos del Fondo Especial del Tabaco (FET), que financia el Estado Nacional.
Mirá la entrevista completa con Alfonso Ramón Suárez:
Ya que lo produce, Alfonso intenta sacarle el máximo provecho al mismo. En la hectárea destinada a tabaco, comenzó a aplicar insumos de origen biológico, algo que le representó un incremento de la producción en más del 100%.
Según cuenta, plantó este año en esa hectárea 11 mil plantas. “De esas plantas tuve un rendimiento de 175 gramos por planta”, algo que está muy por encima de lo habitual. “Normalmente el tabaco rinde 70 gramos por planta. Estuvimos aplicando el fertilizante orgánico de Agrosustentable y tuvimos un rendimiento buenísimo, por la utilización de estos insumos, el fertilizante particularmente. Si ponés 70 contra 170 el rendimiento es altísimo”, grafica el agricultor.
Alfonso describe la actualidad productiva de sus chacras, en las que busca migrar hacia lo “orgánico total” basado principalmente en los resultados obtenidos en tabaco, pero también porque mucho de lo que produce lo consume directamente, y “le gustaría comer alimentos más sanos y seguros”. A partir de eso, relata: “La idea es ir directamente a lo orgánico, no usar nada de químicos. Ni herbicidas, ni abonos, ni insecticidas químicos, todo orgánico. Tenemos que pensar todos los productores en ir a lo orgánico y natural, porque en fin es para nuestro consumo”.
Si se recorre la geografía donde trabaja Alfonso y su familia, inevitablemente llamará la atención de quien lo haga grandes plantas de palta Hass, pero también de banana, maracuyá, mandioca y maíces.
Mucho de lo que hace es para consumo personal, pero al maracuyá y la palta le aguardan otros destinos: Buenos Aires o las grandes ciudades de la región central del país.
Entonces le preguntamos a Suárez a cuanto vende la palta y si está al tanto de lo que se vende en los centros urbanos. Dice que sí, y nos cuenta que la cosecha del año pasado la vendió 190 pesos el kilo, mientras que una hermana suya que vive en Buenos Aires lo anotició que allá en la Capital, ese es el precio de una sola fruta, algo que decepciona un poco al agricultor.
el tabaco es un GRAN cultivo, sobre todo para pequeñas superficies . ademas mantiene activos a estos “colonos” que de lo contrario pasarían su tiempo degradando el bosque nativo, cazando venados o bebiendo alcohol. el cultivo del tabaco es altamente tecnificado, tiene algunas ventajas que el productor bien describe y ademas siempre tiene un precio justo y un mercado activo. otros productos de la zona tienen mercados muy inestables.