A casi un año de su creación, el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), que agrupa a cerca de 60 entidades y cámara vinculadas al sector, expresó su decepción con un gobierno, el de Alberto y Cristina, que se ha radicalizado con el correr de los meses. Por un lado, porque incumplió con su promesa de impulsar una Ley Agroexportadora consensuada con el sector, que el propio Presidente prometió en la última Asamblea Legislativa. Por el otro, por el reciente cierre de las exportaciones de carne, que va a contrapelo.
“Por lo menos no rompamos lo que tenemos y que funciona”, pidió en tono casi suplicante José Martins, el presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que actúa como vocero y coordinador de ese enorme bloque agroindustrial nacido en el afán de restablecer caminos para un diálogo constructivo con el gobierno nacional.
Durante meses, los representantes del CAA trajinaron los despachos de varios gobernadores y se vieron las caras con el presidente Alberto Fernández y hasta con el cuco más temido por el sector, la vicepresidente Cristina Kirchner. También avanzaron en los trabajos técnicos con los ministros Martín Guzmán, Matías Kulfas y Luis Basterra, además de con la vicejefa de Gabinete Cecilia Todesca. El objetivo prometido era lograr un proyecto de ley de fomento a las agroexportaciones, sin costo fiscal y que permitiera incrementar en 15 mil millones de dólares el ingreso de divisas y crear 700 mil puestos de trabajo.
Martins admitió que “hasta el año pasado fue muy febril el funcionamiento de las distintas comisiones” e incluso se llegó al punto en que Alberto anunció el giro de ese proyecto al Congreso en marzo pasado. Pero luego, a partir de ahí, “todo se fue diluyendo muy rápido”. Coincide esta situación con el endurecimiento de la política de control de precios sobre ciertas actividades, que concluyó con el reciente cierre de las exportaciones de carne vacuna y el lanzamiento de un paro ganadero por parte de la Mesa de Enlace. También con el anuncio de una posible estatización de la Hidrovía y las modificaciones del marco regulatorio para los biocombustibles.
En una conferencia de prensa por internet, el coordinador del CAA primero leyó un comunicado donde manifestó no solo la decepción tanto por el estancamiento de esta negociación por la ley agroexportadora como por el intempestivo cierre de las exportaciones de carne, que todavía no pudo ser revertido. Aquí el Consejo mostró su solidaridad y alineamiento con la Mesa de Enlace.
La cadena no adhirió a la protesta agropecuaria que en esta etapa terminará el miércoles a la noche, pero sí mostró su desacuerdo total con el bloqueo de los embarques. Era el reclamo que le habían hecho el lunes los dirigentes de Federación Agraria, Coninagro y CRA, las tres organizaciones agropecuarias que forman parte del bloque, amenazando incluso con dejar el CAA si no se ponía mayor énfasis. Nicolás Pino, el flamante presidente de la Sociedad Rural, deberá ahora decidir si sigue auto-marginando a su entidad de participar de este Consejo como había establecido su antecesor, Daniel Pelegrina.
Luego de expresar su desilusión con este estado actual de cosas, Martins anunció que el Consejo Agroindustrial había decidido pedir una audiencia con el presidente Fernández, ensayando la posibilidad de que regrese al sendero que prometía recorrer hasta no hace muchos meses. Será un momento clave para saber si el ala moderada de la coalición gobernante, conformada por un gabinete económico que también se ilusionaba con tener una ley que permitiera incrementar la inversión de los producción y, en consecuencia, el ingreso de las divisas que tanto necesita la economía.
El comunicado del CAA es bastante elocuente respecto de la desilusión que sienten las casi seis decenas de cámaras de la agroindustria:
CAA COMUNICADO PRENSA 1JUN21-¿Se sienten defraudados?- le preguntaron a Martins los periodistas.
-Defraudados no, somos resilientes. Cuando emprendimos esta voluntad de ponernos a trabajar siempre lo hicimos con el espíritu de trabajar en propuestas de mediano y largo plazo, que vayan trascendiendo a los gobiernos- contestó el dirigente empresario, dando a entender que el trabajo del Consejo Agroindustrial no cesará a pesar de la actitud actual del gobierno.
Este posicionamiento también actúa como una suerte de corte para la estrategia mediática oficial de tratar de mostrar dividida a las representaciones de la agroindustria, pues el gobierno trataba de mostrar que mantenía un diálogo fructífero con el CAA a pesar de la intransigencia de la Mesa de Enlace. Ahora quedó claro que después de tanto chamuyo no se avanzó nada. Por el contrario, se retrocedió con la veda exportadora a las carnes.
Sobre este punto, Martins dejó claro que por ahora no prosperó el intento conciliador lanzado por el CAA hace algunos días, cuando envío a representantes de la Mesa de las Carnes a negociar con Kulfas y la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, en busca de una fórmula para torcer la decisión presidencial de cerrar las exportaciones. Esta vez algo se interpuso a la mesura y no se pudo revertir la medida restrictiva al comercio, como había sucedido con el cierre de las exportaciones de maíz a principios de 2021.
“Roto no está, pero se sigue negociando”, dijo Martins cuando le preguntaron por el diálogo con el gobierno para revertir el cierre de las exportaciones de carne. Daniel Urcía, que forma parte de la Mesa de las Carnes, contó que luego de aquella reunión con ambos funcionarios no pasó mucho más. “Estamos esperando una reunión que se va a realizar en el ámbito del Ministerio donde acordamos el programa de precios. Pero hoy hablar de soluciones sería apresurado. Estamos buscando alternativas”, explicó el representante de la industria frigorífica.
Lo que quedó claro, y lo que pedían las entidades rurales que adhieren al CAA, es que no se avalan los grises. “Restringir exportaciones no mejorará el acceso para el consumo interno. Por el contrario, hará caer la producción afectando la oferta y por supuesto las exportaciones. Los antecedentes avalan”, leyó Martins el comunicado, recordando la masacre ganadera que se produjo con la intervención del mercado de carnes en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
Un periodista de Página/12 preguntó sobre la fuerte suba de los precios de la carne y cuál era la posición del Consejo Agroindustrial. Martins no le esquivó al bulto. “El fenómeno inflacionario tiene mas que ver con una situación macroeconómica, donde se dan un montón de cosas: la devaluación, la maquinita que emitir dinero; los combustibles que aumentan, los salarios que necesitamos que se recuperen. Es un proceso del que ninguno de los productos de la canasta básica puede quedar exento. No podemos despegar lo que pasa con alimentos de lo que sucede con otras cosas”, explicó.